Carta de los Mahatmas No. 85B

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Esta es la Carta N.° 85B en Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett, 4.ª edición cronológica (en inglés). Corresponde a la Carta N.° 24B en la numeración de Barker. Ver a continuación contexto y antecedentes




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Datos Rápidos
Personas vinculadas
Escrita por: = Kuthumi
Recibida por: A. P. Sinnett
Enviada vía: se desconoce
Fechas
Escrita: se desconoce
Recibida: mediados de septiembre de 1882
Otras fechas: se desconoce
Lugares
Enviada desde: “muy cerca de Darjeeling”
Recibida en: Simla, India
Vía: se desconoce

Página 1 - traducción, imagen y notas


[A]

En esta etapa de nuestra correspondencia, incomprendidos como generalmente parecemos serlo, incluso por usted mismo, mi fiel amigo, quizá valga la pena y sea útil para ambos, que se lo mantenga al tanto sobre ciertos hechos, y muy importantes, con relación al adeptado. Tenga en cuenta, entonces, los siguientes puntos.

[1] Un adepto, el más alto como el más bajo, lo es solo durante el ejercicio de sus poderes ocultos.

[2] Cada vez que se necesitan estos poderes, la voluntad soberana abre la puerta al hombre interior [el adepto] quien puede emerger y actuar libremente pero con la condición de que su carcelero —el hombre exterior quede total o parcialmente paralizado— según sea el caso; viz: ya sea (a) mental y físicamente; (b) mentalmente, pero no físicamente; (c) físicamente pero no del todo mentalmente; (d) ninguno de los dos, pero con


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NOTAS:

  • Viz. es la abreviatura del adverbio latín videlicet, que significa "a saber", "es decir", y "de la siguiente forma".



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una película acásica interpuesta entre el hombre exterior y el interior.

[3] El mínimo ejercicio de poderes ocultos entonces, como ahora verá, requiere un esfuerzo. Podemos compararlo con el esfuerzo muscular interno de un atleta que se prepara para usar su fuerza física. Así como es probable que ningún atleta se entretenga todo el tiempo hinchando sus venas previo a levantar una pesa, de igual manera se supone que ningún adepto mantiene su voluntad en constante tensión y al hombre interior en plena función, cuando no hay una necesidad inmediata de ello. Cuando el hombre interior descansa el adepto se convierte en un hombre común, limitado a sus sentidos físicos y las funciones de su cerebro físico. El hábito agudiza las intuiciones de esta última, pero es incapaz de hacerlas suprasensibles. El adepto interior está siempre listo, siempre alerta, y eso es suficiente para nuestros propósitos. En los momentos


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NOTAS:


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de reposo entonces, las facultades de este también están en reposo. Cuando me siento a comer, o cuando me visto, leo o estoy ocupado en otra cosa, no pienso ni siquiera en los que están cerca de mí; y, Djual Khool puede romperse fácilmente la nariz y hacer que sangre, al chocarse en la oscuridad contra una viga, como lo hizo la otra noche —(solo porque en lugar de colocar una "película" había paralizado tontamente todos sus sentidos externos mientras hablaba con un amigo lejano)— y permanecí plácidamente sin enterarme del hecho. No estaba pensando en él, de ahí mi desconocimiento.

De lo anterior, bien puede inferir, que un adepto es un mortal común, en cada momento de su vida diaria, excepto en los que actúa el hombre interior.

Combine esto con el hecho desagradable de que tenemos prohibido usar ni una pizca de nuestros poderes en relación con los Eclécticos [por lo cual debe agradecerle a su Presidente y solo a él] y que lo poco


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NOTAS: