Diferencia entre revisiones de «Luz Astral»
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[[Plano#Solar o Planos Prakríticos|plano terrestre; por lo tanto, no se extiende más allá del cuarto plano, donde, se podría decir, comienza el Akâsa. Hay una gran diferencia entre la Luz Astral y el Akâsa que debe recordarse. El último es eterno, el primero periódico. La Luz Astral cambia no sólo con los [[Manvantara|Maha manvantaras]], sino también con cada subperíodo y ciclo planetario o [[Ronda]].<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Escritos Recolectados'' vol. X (Wheaton, IL: Editorial Teosófica, 1988), 360-361.</ref></blockquote> | [[Plano#Solar o Planos Prakríticos|plano terrestre; por lo tanto, no se extiende más allá del cuarto plano, donde, se podría decir, comienza el Akâsa. Hay una gran diferencia entre la Luz Astral y el Akâsa que debe recordarse. El último es eterno, el primero periódico. La Luz Astral cambia no sólo con los [[Manvantara|Maha manvantaras]], sino también con cada subperíodo y ciclo planetario o [[Ronda]].<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Escritos Recolectados'' vol. X (Wheaton, IL: Editorial Teosófica, 1988), 360-361.</ref></blockquote><blockquote>La región invisible que rodea nuestro [[Globo#Globo D|globo]], como a todos los demás, y que corresponde, como segundo Principio del Kosmos (el tercero es [[Prāṇa|Vida]], de la que es el vehículo), al [[Liṅga-śarīra|Linga Sharira]] o Doble Astral en el hombre. Una Esencia sutil visible sólo para un ojo clarividente, y la penúltima (es decir, la tierra) de los Siete Principios Akásicos o Kósmicos.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''El Glosario Teosófico'' (Krotona, CA: Editorial Teosófica, 1918), 35.</ref></blockquote> | ||
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<blockquote>La región invisible que rodea nuestro [[Globo#Globo D|globo]], como a todos los demás, y que corresponde, como segundo Principio del Kosmos (el tercero es [[Prāṇa|Vida]], de la que es el vehículo), al [[Liṅga-śarīra|Linga Sharira]] o Doble Astral en el hombre. Una Esencia sutil visible sólo para un ojo clarividente, y la penúltima (es decir, la tierra) de los Siete Principios Akásicos o Kósmicos.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''El Glosario Teosófico'' (Krotona, CA: Editorial Teosófica, 1918), 35.</ref></blockquote> | |||
<blockquote>La Luz Astral no es una materia universalmente difusa, sino que pertenece a nuestra Tierra y a todos los demás cuerpos del sistema que se encuentran en el mismo plano de materia que ella. Nuestra Luz Astral es, por así decirlo, el Linga-Sharîra de nuestra Tierra; sólo que en lugar de ser su prototipo primordial, como en el caso de nuestro Chhâyâ, o Doble, es lo contrario. Mientras que los cuerpos humanos y animales crecen y se desarrollan según el modelo de sus Dobles antetípicos, es la Luz Astral la que nace de las emanaciones terrestres, crece y se desarrolla según su progenitor prototípico.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Escritos Recolectados'' vol. XII (Wheaton, IL: Editorial Teosófica, 1980), 613.</ref></blockquote | |||
== The "Great Serpent" == | == The "Great Serpent" == |
Revisión del 22:11 25 dic 2024
Luz Astral es un término usado por el ocultista Francés Eliphas Levi para referirse al medio de toda luz, energía y movimiento, muy de acuerdo con la teoría del éter luminífero comúnmente sostenido en el siglo XIX. En su visión, la luz astral era una fuerza vital fluídica que llena todo el espacio y los seres vivos.
H. P. Blavatsky adoptó el término y lo usó en sus escritos. La Luz Astral no es un principio universal, pero pertenece a nuestro planeta. Siendo un aspecto inferior del Ākāśa universal, abarca el segundo, tercero y cuarto de los Planos Prakríticos, aunque a veces se caracteriza por ser solo el segundo plano, correspondiente con el Liṅga-śarīra en los seres humanos.
La Luz Astral recive las "impresiones" producidas en el plano Terrestre y conserva un registro de todo lo que sucede.También refleja los planos superiores. Sin embargo, por su naturaleza, las reflexiones son fragmentarias y engañosas. La Luz Astral responde a la fuerza de voluntad y, por lo tanto, puede utilizarse para producir algunos Por su naturaleza, las reflexiones son fragmentarias y engañosas. La Luz Astral responde a la fuerza de voluntad y, por lo tanto, puede utilizarse para producir algunos fenómenos ocultos y psíquicos.
Descripción General
La Luz Astral no es un principio universal, pero pertenece a nuestro planeta, abrazando a los tres Planos prakríticos inferiores no objetivos:
La Luz Astral es la que refleja los tres planos superiores de conciencia y está por encima del plano inferior o [[Plano#Solar o Planos Prakríticos|plano terrestre; por lo tanto, no se extiende más allá del cuarto plano, donde, se podría decir, comienza el Akâsa. Hay una gran diferencia entre la Luz Astral y el Akâsa que debe recordarse. El último es eterno, el primero periódico. La Luz Astral cambia no sólo con los Maha manvantaras, sino también con cada subperíodo y ciclo planetario o Ronda.[1]
La región invisible que rodea nuestro globo, como a todos los demás, y que corresponde, como segundo Principio del Kosmos (el tercero es Vida, de la que es el vehículo), al Linga Sharira o Doble Astral en el hombre. Una Esencia sutil visible sólo para un ojo clarividente, y la penúltima (es decir, la tierra) de los Siete Principios Akásicos o Kósmicos.[2]
La Luz Astral no es una materia universalmente difusa, sino que pertenece a nuestra Tierra y a todos los demás cuerpos del sistema que se encuentran en el mismo plano de materia que ella. Nuestra Luz Astral es, por así decirlo, el Linga-Sharîra de nuestra Tierra; sólo que en lugar de ser su prototipo primordial, como en el caso de nuestro Chhâyâ, o Doble, es lo contrario. Mientras que los cuerpos humanos y animales crecen y se desarrollan según el modelo de sus Dobles antetípicos, es la Luz Astral la que nace de las emanaciones terrestres, crece y se desarrolla según su progenitor prototípico.[3]</blockquote
La región invisible que rodea nuestro globo, como a todos los demás, y que corresponde, como segundo Principio del Kosmos (el tercero es Vida, de la que es el vehículo), al Linga Sharira o Doble Astral en el hombre. Una Esencia sutil visible sólo para un ojo clarividente, y la penúltima (es decir, la tierra) de los Siete Principios Akásicos o Kósmicos.[4]
La Luz Astral no es una materia universalmente difusa, sino que pertenece a nuestra Tierra y a todos los demás cuerpos del sistema que se encuentran en el mismo plano de materia que ella. Nuestra Luz Astral es, por así decirlo, el Linga-Sharîra de nuestra Tierra; sólo que en lugar de ser su prototipo primordial, como en el caso de nuestro Chhâyâ, o Doble, es lo contrario. Mientras que los cuerpos humanos y animales crecen y se desarrollan según el modelo de sus Dobles antetípicos, es la Luz Astral la que nace de las emanaciones terrestres, crece y se desarrolla según su progenitor prototípico.[5]</blockquote
The "Great Serpent"
The Astral Light is originally a pure reflection of the higher planes. However, since it also absorbs the emanations (thoughts and emotions) produced on our plane, in the course of human evolution it becomes "polluted". This pollution is reflected on earth and becomes a source of moral and physical suffering to humanity:
As the Esoteric Philosophy teaches us, the Astral Light is simply the dregs of Akâsa or the Universal Ideation in its metaphysical sense. Though invisible, it is yet, so to speak, the phosphorescent radiation of the latter, and is the medium between it and man’s thought-faculties. It is these which pollute the Astral Light, and make it what it is—the storehouse of all human and especially psychic iniquities. In its primordial genesis, the astral light as a radiation is quite pure, though the lower it descends approaching our terrestrial sphere, the more it differentiates, and becomes as a result impure in its very constitution. But man helps considerably in this pollution, and gives it back its essence far worse than when he received it.[6]
Eliphas Levi calls it the great Serpent and the Dragon from which radiates on Humanity every evil influence. This is so; but why not add that the Astral Light gives out nothing but what it has received; that it is the great terrestrial crucible, in which the vile emanations of the earth (moral and physical) upon which the Astral Light is fed, are all converted into their subtlest essence, and radiated back intensified, thus becoming epidemics--moral, psychic and physical.[7]
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recolectados vol. X (Wheaton, IL: Editorial Teosófica, 1988), 360-361.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, El Glosario Teosófico (Krotona, CA: Editorial Teosófica, 1918), 35.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recolectados vol. XII (Wheaton, IL: Editorial Teosófica, 1980), 613.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, El Glosario Teosófico (Krotona, CA: Editorial Teosófica, 1918), 35.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recolectados vol. XII (Wheaton, IL: Editorial Teosófica, 1980), 613.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, Collected Writings vol. X (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1988), 251.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, The Theosophical Glossary (Krotona, CA: Theosophical Publishing House, 1918), 35.