Pitris

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Pitaras (o Pitara) (Sánscrito).- Nominativo plural de Priti, o sea Pitris, castellanizando la palabra. –Los padres, antecesores [o pitris.] Los padres de las razas humanas. –(Véase: Pitris). (G.T. H.P.B.)

Pitris (devanāgarī: पितृ pitṛ, plural: pitara)es un término Sánscrito que significa "padres". En el Hinduismo hay dos clases de Pitris: los humanos y los divinos. Los pitris humanos (manuṣyāḥ pitaraḥ) son los espíritus de los antepasados fallecidos. Suelen recordarse anualmente. Los Pitris divinos (devāḥ pitaraḥ) son dioses de diferentes orígenes, formas, grados y moradas, considerados los progenitores de la humanidad. En Teosofía, el término "Pitri" se utiliza para las clases divinas y se interpreta de forma esotérica para denotar ciertas clases de seres celestiales que participaron en la "creación" o desarrollo de la humanidad.

Pitris divinos en el Hinduismo

Hay siete clases de los devāḥ pitaraḥ (Pitris divinos). Tres de ellos son amurtayah (incorpóreos; compuestos de sustancia intelectual, no elemental) mientras que los otros cuatro son samurtayah (corpóreos). Los nombres y funciones de las diferentes clases de Pitris varían considerablemente en diferentes textos. La clasificación más común se da a continuación:[1]

  • Incorpóreo

1. «Agnishvātta» son los Pitris de los dioses.

2. «Barhishad» son los Pitris de los demonios.

3. «Vairāja» son los Pitriss de los grandes ascetas.

  • Corpóreo

4. «Somapa» son los pitris de los brāhmanes.

5. «Havishmat» son los pitriss de los kshattriyas.
6. «Ājyapa» son los pitris de los vaiśyas.

7. «Sukālin» son los pitris de los śudras.

A veces se menciona una categoría de ocho:

8. Vyāma, "humo", los pitris de los bárbaros.

El Rig Veda y el Manu forman dos clases independientes: aquellos que mantenían encendida la llama del hogar (Agni-dagdhas) y aquellos que no la mantenían encendida (Anagni-dagdhas). El Vishnu Purana identifica a los Barishads con los que mantenían encendida la llama del hogar y a los Agnishwāttas con estos últimos.[2]

Blavatsky relata estas enseñanzas como sigue:

Existen siete clases de Pitris, como se muestra a continuación, tres incorpóreos y cuatro corpóreos; y dos tipos, el Agnishwatta y el Barhishad. Además podemos añadir que, como existen dos tipos de Pitris, por lo que hay un conjunto doble y uno triple de Barhishad y Agnishwatta. Los primeros, habiendo dado a luz a sus dobles astrales, renacen como Hijos de Atri, y son los "Pitris de los Demonios", o seres corpóreos, según la autoridad de Manu (III, 196); mientras que los Agnishwatta renacen como Hijos de Marichi (un hijo de Brahmâ), y son los Pitris de los Dioses (Manu nuevamente, Matsya y Padma Purânas y Kulluka en las Leyes de los Manavas, III, 195). Además, el Vâyu Purâna declara que todas las siete órdenes fueron originalmente los primeros dioses, los Vairâjas, a quienes Brahmâ "con el ojo del Yoga, contempló en las esferas eternas, y que son los dioses de los dioses"; y el Matsya agrega que los Dioses los adoraron; mientras que el Harivansa (S. I, 935) distingue a los Virâjas como una clase de Pitris solamente, una declaración corroborada en las Enseñanzas Secretas, que, sin embargo, identifican a los Virâjas con los Agnishwattas mayores y los Rajasas, o Abhutarajasas, que son incorpóreos sin siquiera un fantasma astral.[3]

Pitris en la Teosofía

Al referirse a los creadores divinos de la humanidad, Helena Petrovna Blavatsky tomó prestada la palabra "Pitri" del hinduismo. Sin embargo, afirmó que este término no es el que se utiliza en la Filosofía Esotérica:

El término Pitris es utilizado por nosotros en estos Slokas para facilitar su comprensión, pero no se utiliza así en las Estancias originales, donde tienen denominaciones propias, además de ser llamados "Padres" y "Progenitores".[4]

El uso de este término no es arbitrario. Según Blavatsky, las mitologías hindúes relacionadas con los Pitris son, de hecho, una alegoría exotérica de verdades esotéricas:

Pitris (Sk.). Los antepasados o creadores de la humanidad. Son de siete clases, tres de las cuales son incorpóreas, arupa, y cuatro corpóreas. En la teología popular se dice que fueron creados a partir del costado de Brahmâ. Se les ha dado una genealogía diversa, pero en la filosofía esotérica se dan como se dan en La Doctrina Secreta.[5]

El ocultismo define y limita el número de razas primordiales a siete, debido a los "siete progenitores", o prajâpatis, los evolucionadores de los seres. No son dioses ni seres sobrenaturales, sino Espíritus avanzados de otro planeta inferior, renacidos en éste y que dan nacimiento a su vez en la presente Ronda a la Humanidad actual.[6]

De las dos clases de Pitris, los Barhishads o Pitris Lunar tienen que ver con la evolución de los principios inferiores del ser humano, mientras que los Agnishvattas o Pitris Solares son aquellos que dotaron a la humanidad con intelecto:

The Progenitors of Man, called in India "Fathers," Pitara or Pitris, are the creators of our bodies and lower principles. They are ourselves, as the first personalities, and we are they. Primeval man would be "the bone of their bone and the flesh of their flesh," if they had body and flesh. As stated, they were "lunar Beings."

The Endowers of man with his conscious, immortal EGO, are the "Solar Angels"—whether so regarded metaphorically or literally. The mysteries of the Conscious EGO or human Soul are great. The esoteric name of these "Solar Angels" is, literally, the "Lords" (Nath) of "persevering ceaseless devotion" (pranidhâna). Therefore they of the fifth principle (Manas) seem to be connected with, or to have originated the system of the Yogis who make of pranidhâna their fifth observance (see Yoga Shastra, II., 32.)

It has already been explained why the trans-Himalayan Occultists regard them as evidently identical with those who in India are termed Kumâras, Agnishwattas, and the Barhishads.[7]

Barhishads

Barhishad (devanāgarī: बर्हिषद् barhiṣad) is a Sanskrit word used to denominate a kind of Pitṛs (fathers) or ancestors who, when alive, kept up the household flame, and presented offerings with fire. In Theosophical literature, this myth and the question of the "sacred fire" are interpreted as an allegory:

Exoteric Hindu books mention seven classes of Pitris, and among them two distinct kinds of Progenitors or Ancestors: the Barhishad and the Agnishwatta; or those possessed of the "sacred fire" and those devoid of it. Hindu ritualism seems to connect them with sacrificial fires, and with Grihasta Brahmins in earlier incarnations: those who have, and those who have not attended as they should to their household sacred fires in their previous births. The distinction, as said, is derived from the Vedas. The first and highest class (esoterically) the Agnishwatta, are represented in the exoteric allegory as Grihasta (Brahman-householders) who, in their past births in other Manvantaras having failed to maintain their domestic fires and to offer burnt sacrifices, have lost every right to have oblations with fire presented to them. Whereas the Barhishad, being Brahmins who have kept up their household sacred fires, are thus honoured to this day. Thence the Agnishwatta are represented as devoid of, and the Barhishad as possessed of, fires.
But esoteric philosophy explains the original qualifications as being due to the difference between the natures of the two classes: the Agnishwatta Pitris are devoid of fire (i.e., of creative passion), because too divine and pure (vide supra, Sloka 11th); whereas the Barhishad, being the lunar spirits more closely connected with Earth, became the creative Elohim of form, or the Adam of dust.[8]

These Pitris are in charge of guiding the physical evolution of humanity by providing an astral model upon which the early human body could be formed:


Pitris [Propiamente Pitaras] (Sánscrito).- Los antecesores o creadores de la humanidad. Son de siete clases, tres de las cuales son incorpóreas (arûpa), y cuatro corpóreas. En la teología popular se dice que fueron creados del costado de Brahmâ. Tocante a su genealogía, varían las opiniones; pero, segun la filosofía esotérica, los Pitris son tal como se expone en la Doctrina Secreta. En Isis sin velo se dice de ellos: “Creése ordinariamente que este término indo significa los espíritus de nuestros antecesores, de personas desencarnadas, y de ahí el argumento de algunos espiritistas de que los faquires (y yoguis) y otros hacedores de prodigios del Oriente son médium. Esto es erróneo en más de un concepto. Los Pitris no son los antecesores de los actuales hombres vivientes, sino los de la especie humana o de las razas adámicas; los espíritus de razas humanas, que en la gran escala de la evolución descendente precedieron a nuestras razas de hombres, y fueron físicamente, lo mismo que espiritualmente, muy superiores a nuestros pigmeos. En el Mânava Dharma Zâstra se les da el nombre de Antecesores lunares.” (Isis sin velo, I, XXXVIII). La Doctrina Secreta ha explicado ahora lo que cautelosamente se había adelantado en los primeros libros teosóficos. (G.T. H.P.B.)

¡Durante el manvantara lunar, la evolución produjo siete clases de seres, denominados Pitris o “Padres”, por la razón de que engendraron los seres del manvantara terrestre. Estos seres son los antecesores de la humanidad actual. Así, pues, los Pitris (Padres, Antecesores, Divinidades, espíritus o regentes lunares) son Mónadas, que habiendo terminado su ciclo de vida en la Cadena lunar, inferior a la terrestre, se encarnan en nuestro planeta y pasan a ser hombres en realidad. Son las Mónadas que entran en el ciclo de evolución en el globo A, y dando la vuelta a la Cadena de globos, desarrollan la forma humana. Al principio del período humano de la cuarta Ronda en este globo, “exudan”, por decirlo así, sus chhâyâs, sombras o dobles astrales de las formas, parecidas a las del mono, que habían desarrollado en la tercera Ronda, y esta forma sutil, más fina, es la que sirve como modelo, alrededor del cual la Naturaleza construye al hombre físico. (Doctrina Secreta, I, 202-203). Los libros exotéricos indos mencionan siete clases o jerarquías de Pitris, tres de ellas incorpóreas, Arûpa-Pitris, esto es, sin forma o cuerpo, y cuatro corpóreas, Rûpa-Pitris, por otro nombre llamados Barhichads. Los primeros, denominados también Vairâjas o “Hijos de Virâja (Brahmâ)”, son inteligentes y espirituales, mientras que los segundos son materiales y desprovistos de intelecto. Esotéricamente, los Asuras constituyen las tres primeras clases de Pitris, “nacidos en el cuerpo de la Noche”, mientras que las otras cuatro fueron producidas del “Cuerpo de la Aurora”, (véanse estas palabras). Se han dividido además los Pitris o Antecesores en dos géneros distintos: los Barhichad-Pitris y los Agnichvâtta-Pitris. Los primeros de ellos poseen el “fuego sagrado”, y los segundos están privados de él. El ritualismo indo parece relacionarlos con los fuego sacrificiales y con los brahmanes “jefes de familia” (Grihasta). Los de la clase más elevada (esotéricamente), la de los Agnichvâttas, están representados, en la alegoría exotérica, como brahmanes jefes de familia, que, habiendo descuidado mantener sus sagrados fuegos domésticos y ofrecer holocaustos en sus pasadas existencias en anteriores manvantaras, han perdido todo derecho a recibir oblaciones con fuego; mientras que los Barhichads, por razón de ser brahmanes que mantuvieron los fuegos domésticos, son honrados de esta suerte aun hoy día. Pero la filosofía esotérica declara que las calificaciones originales son debidas a la diferencia que existe entre las naturalezas de ambas clases: los Agnichvâtta-Pitris están desprovistos de “fuego”, esto es, de pasión creadora, porque son demasiado divinos y puros; en tanto que los Barhichad-Pitris, por ser los Espíritus lunares más estrechamente ligados con la Tierra, vinieron a ser los Prajâpatis inferiores; los Elohim “creadores” de la forma o del Adam de polvo (Doctrina Secreta, II, 81), esto es, del hombre físico (nuestro cuerpo) y sus principios inferiores; mientras que los Pitris más elevados (los Pitris de los Devas, Mânasa-Dhyânis o Agnichvâtta-Pitris), verdaderas divinidades solares representantes de la evolución intelectual, son los formadores del hombre interno, dándole la inteligencia y la conciencia (Id., I, 114 y 204), sin tomar parte alguna en la creación física del hombre. Hay una doble y hasta triple serie de Barhichads y Agnichvâttas: los primeros, habiendo dado nacimiento a sus “dobles astrales” (chhâyâs, sombras o imágenes astrales o etéreas), renacen como hijos de Atri, y son los Pitris de los daityas, dânavas y otros seres demoníacos; mientras que los Agnichvâttas renacen como hijos de Marîchi (hijo de Brahmâ), y son los Pitris de los dioses. (Leyes de Manú, III, 195-196). –Por Pitris se entienden además los manes de los antepasados (padres, abuelos), esto es, de los ascendientes directos de una familia. A esta clase de Pitris de refiere el Bhagavad-Gîtâ (I, 42-44), al hablar de las ofrendas funerarias prescritas en los libros sagrados, ofrendas que deben practicar los jefes de familia hasta la tercera generación, el día de la luna nueva de cada mes, para asegurar en el otro mundo la felicidad de sus mayores. -¿Se referiría a los Pitris san Pablo al hablar de “la congregación de los primogénitos que están alistados en los cielos” (Hebreos, XII, 23)? -Véase: Agnichvâttas, Barhichads, Dhyânis, Dioses lunares, Pitris lunares, Pitris solares, Somapas, Vairâjas, etc.] (G.T. H.P.B.)

  1. Benjamin Walker, The Hindu World vol. I, "Ancestors", (Nueva York, Frederick A. Praeger, 1968), 40.
  2. John Dowson, A Classical Dictionary of Hindu Mythology, "Pitris" (Londres, Routedge & Kegan Paul Ltd, 1968), 236.
  3. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Editorial Teosófica, 1993), 89.
  4. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 34, fn.
  5. Helena Petrovna Blavatsky, El Glosario Teosófico (Krotona, CA: Theosophical Publishing House, 1973), 254-255.
  6. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 611.
  7. Helena Petrovna Blavatsky, The Secret Doctrine vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 88.
  8. Helena Petrovna Blavatsky, The Secret Doctrine vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 77-78.