Tiempo
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- Tiempo.- No es más que una ilusión producida por la sucesión de nuestros estados de conciencia en nuestro viaje a través de la Duración eterna, y no existe allí donde no existe conciencia alguna en que pueda producirse la ilusión. El Presente es sólo una línea matemática que separa aquella parte de la Duración eterna que llamamos Futuro, de aquella otra parte que denominamos Pasado. Nada hay en la tierra que tenga verdadera duración, porque nada permanece sin cambio, o sigue siendo lo mismo, durante la billonésima parte de un segundo; y la sensación que tenemos de la realidad de la división del Tiempo que se conoce como Presente viene de la confusa impresión de la momentánea vislumbre o vislumbres sucesivas de las cosas que nuestros sentidos nos comunican al pasar dichas cosas de la región de lo ideal, que denominamos Futuro, a la región de los recuerdos, que llamamos Pasado. De igual manera experimentamos una sensación de duración en el caso de la instantánea chispa eléctrica, a causa de la continuar la confusa impresión en la retina. La verdadera persona o cosa no consiste solamente en lo que vemos en cualquier momento dado, sino que está compuesta de la suma de todas sus condiciones diversas y cambiantes, -desde el momento de su aparición en forma material hasta que desaparece de la tierra. Estas “sumas totales” son las que existen desde la eternidad en lo Futuro, y pasan gradualmente por la materia para existir por toda la eternidad en lo Pasado. (Doctr. Secr., I, 68, 69). Los tres períodos Presente, Pasado y Futuro son, en filosofía esotérica, un tiempo compuesto sólo en relación con el plano fenomenal, pero en el reino del nóumeno carecen de validez abstracta. Como dicen las Escrituras: “El tiempo pasado es el tiempo presente, como es también el futuro, el cual, aunque no ha entrado todavía en la existencia, sin embargo es”. (Id., I, 75). –El Tiempo es una ilusión; los ciclos, las épocas, dependen de la conciencia; nosotros no estamos aquí por primera vez; los ciclos vuelven porque nosotros volvemos a la existencia consciente; los ciclos son medidos por la conciencia de la humanidad, y no por la Naturaleza. Porque somos los mismos que en las pasadas épocas, estos sucesos nos acontecen a nosotros. (Id., III, 563). El Tiempo y el Espacio son infinitos y eternos. Los dos son simplemente formas de AQUELLO que es el Todo Absoluto (Id, II, 168), formas de la Deidad Una e incognoscible (II, 399). –El Tiempo es sólo una forma de Vichnú, como dice el Vichnu Purâna. El chackra o disco de Vichnú designa la Rueda del Tiempo. (Id., II, 576). El Espacio y el Tiempo son una sola y misma cosa. No tienen nombre porque son el incognoscible AQUELLO que sólo puede ser percibido por medio de los siete Rayos (las siete Creaciones, los siete Mundos, las siete Leyes). (Id., II, 647). –Zecha o Ananta, el “lecho de Vichnú”, es una abstracción alegórica que simboliza el Tiempo infinito en el Espacio, que contiene el Germen y emite periódicamente la florescencia de este Germen, el Universo manifestado. (Id., I, 102). Kronos o Cronus es el Tiempo en su curso cíclico. (Id., II, 434). –Véase: Espacio, Ananta, Kâla, Khanda-Kala, Yugas, etc. (G.T. H.P.B.)