Devachán

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Devachán es una ortografía fonética del termino Tibetano bde ba can o bde ba chen (escrita frecuentemente como "dewachen"), publicada primero por el erudito Alemán Emil Schlagintweit en su libro Buddhismo en el Tibet (1863).[1] El termino puede ser traducido como "Reino dichoso" o "tierra pura" y corresponde al Mahayanic sukhāvatī o el Hindu devaloka or svarga.


Descripción General

En la visión Teosófica, Devachán es una etapa en el proceso post-mortem que viene después de haber pasado a través del kamaloka H.P. Blavatsky lo define como sigue:

La “morada de los dioses”. Un estado intermedio entre las vidas-terrenales, dentro de las cuales el EGO (Atmâ-Buddhi-Manas o La Trinidad hecha Una) entra, después de su separación del Kâma Rupa, y la desintegración de los principios inferiores en la tierra. [2]

En el Devachán, la persona goza de los resultados de las buenas acciones hechas en la vida finalizada recién, así como recibe una compensación por los sufrimientos inmerecidos experimentados:

Devachán es la continuación idealizada de la vida terrenal que acaba de dejar atrás, un periodo de ajuste retributivo, y un premio por los errores y sufrimientos inmerecidos sufridos en esa Vida especial.[3]

Para el mortal ordinario, su dicha en ella es completa. Es el olvido absoluto de todo lo que le dio dolor y pena en la encarnación pasada, e incluso el olvido de los hechos que tales cosas como dolor y tristeza existen en absoluto. El Devachanee vive su ciclo intermedio entre dos encarnaciones rodeado de todas las cosas que aspiró, y en la compañía de todos los que amó en la tierra. Ha alcanzado la realización de todos los anhelos-del alma. Y por lo tanto así vive por a lo lago de largos siglos una existencia de pura felicidad, que es el premio por sus sufrimientos en la vida terrena.[4]

Ya que devachán es un tipo de paraíso temporal, un lugar (o estado) de dicha y felicidad suprema, [5] Mme. Blavatsky lo comparó con el concepto religioso de Cielo:

La localidad, de los antiguos [el Ego] habitantes, es denominado por los Ocultistas Budistas del Norte “Deva-chan,” la palabra respondiendo, quizás, al Paraíso o el Reino del Cielo del Cristiano elegido.[6]

Sin embargo, debido a las diferencias importantes que existen entre los dos conceptos, Mahatma K. H. rechazó tal comparación:

Este último [Devachán] tampoco —incluso omitiendo toda idea “antropomórfica de Dios”— cualquier parecido al paraíso o cielo de ninguna religión, y es la fantasía literaria de H.P.B. la que le sugirió la maravillosa comparación.[7]

Devachán no es un estado para unos pocos elegidos. Cualquier persona que haya experimentado instancias de amor desinteresado en su vida gozará algún tiempo en el devachán:

De ahí que todos aquellos que no han caído en el fango del pecado irredimible y la bestialidad— van al Deva Chan.[8]

Sin embargo, la profundidad del estado de devachán y la duración de este será diferente de acuerdo con la espiritualidad de la persona.

Devachán no es un estado "espiritual" completo. Todavía está condicionado por las experiencias del "ego personal" de la encarnación anterior:

Por supuesto es un estado, uno, por decirlo así, de intenso egoísmo, durante el cual un Ego cosecha la recompensa de su altruismo en la tierra. El está completamente absorto en la dicha de todos sus afectos terrenales personales, preferencias y pensamientos, y recoge en el fruto de sus acciones misteriosas. Sin dolor, sin pena ni siquiera la sombra de una dolor viene a oscurecer el brillo del horizonte de su felicidad pura: es un estado de "Maya" perpetuo."[9]

Ya que la experiencia de Devachán está asociada al principio manásico, este estado es inferior cuando se compara a la experiencia de la Mónada liberada en el Nirvana, y por lo tanto sigue siendo una "ilusión", sin embargo de una naturaleza más real que la ilusión de la existencia física:

La participación de manas en la dicha Devachánica, no agrega a, sino que por el contrario quita de, la realidad que caería en la suerte de la Mónada si estuviera completamente libre de su presencia [como en Nirvana]. . . . Todo esto es lo que guía a los ocultistas considerar la asociación o “relación” entre dos entidades desencarnadas en el Devachán—sin embargo más real que la vida puede ser-como una ilusión, y desde su punto de vista sigue siendo "un sueño."[10]

Debido a esto, aquellos que no han sido atrapados en la ilusión de la personalidad no entran al Devachán:

Aquél que se ha puesto más allá del velo de maya - y tales son los más elevados - Adeptos e Iniciados - no pueden tener Devachán.[11]

Rupa y Arupa Lokas

Las Cartas de los Mahatmas mencionan tres esferas (Tribhuvana o Trailokya) la espiritualidad ascendente después de la muerte: Kama-Loka, Rupa-Loka y Arupa-Loka,[12] las tres últimas son parte del devachán:

Las sensaciones, percepciones e ideación de un devachanee en Rupa-Loka, será, por supuesto, de una naturaleza menos subjetiva que deberían ser en Arupa-Loka, en ambas de las cuales las experiencias dechánicas variarán en su presentación a la entidad - subjetiva, no sólo en cuanto a forma, color, y substancia, sino también en sus potencialidades formativas. Pero ni siquiera la experiencia más exaltada de una mónada en el estado devachánico más elevado en Arupa-Loka (el último de los siete estados) — es comparable la condición subjetiva perfectamente de pura espiritualidad desde la que emergió la mónada para “descender a la materia,” y al cual debe regresar al completar el gran ciclo. El Nirvana mismo tampoco es comparable al Para-Nirvana.[13]

Una personalidad espiritual pasará rápido a través de las esferas inferiores para despertar en el arupa-loka:

La “recompensa proporcionada por la naturaleza para los hombres que son benevolentes en una gran sistemática medida” y que no han enfocado su afectos hacia una especialidad individual, es esa — si es pura — pasan más rápido por eso a través del Kama y Rupa Lokas en la esfera más elevada de Tribhuvana, debido a que es una en donde la formulación de ideas abstractas y la consideración de principios generales llenan el pensamiento de sus ocupantes.[14]

Ego Devachánico

Mme. Blavatsky escribió:

El estado futuro y el destino kármico del hombre depende si Manas gravita más hacia abajo a Kama rupa, el asiento de las pasiones animales, o hacia arriba a Buddhi, el Ego Espiritual. En este último caso, la consciencia más elevada de las aspiraciones individuales de la mente (Manas), asimilando Buddhi, son absorbidas por esta y forman el Ego, que va a la dicha Devachánica.[15]

Después de pasar a través de [kāmaloka]] el ego personal sufre un Periodo de gestación donde es purificado de todo lo que no conviene ser expresado en el devachán. Entonces "el nuevo Ego renace —como el legendario Fénix de sus cenizas— del antiguo":[16]

“¿Quién va al Devachán?” El Ego personal por supuesto, pero beatificado, purificado, santo. Cada Ego — la combinación de los principios sexto y séptimo — que, después de un periodo de gestación inconsciente renace en el Devachán, es necesariamente tan inocente y puro como un bebé recién nacido.[17]

Usualmente, dos y medio Principios entran en el Devachán, aunque en algunos casos sólo lo hacen los dos más elevados:

Los [principios] séptimo y sexto, es decir el espíritu inmortal y su vehículo, el inmortal o alma espiritual, entran en él solo (un caso excepcional) o, que casi siempre tiene lugar, el alma lleva en el caso de personas muy buenas (e incluso los indiferentes y algunas veces los muy malvados), la esencia, por decirlo así, del quinto principio que ha sido retirado del EGO personal (el alma material). Sólo es este último, en el caso del malvado irremediable y cuando el alma espiritual e impersonal no tiene nada que sustraer de su individualidad personalidad terrestre). Debido a que este último no tiene nada que ofrecer sino lo puramente material y sensual—que se aniquila.[18]

Actividad en el Devachán

Crecimiento Espiritual

Además del aspecto de gozo y felicidad, El Devachán es también un lugar donde el crecimiento espiritual puede ocurrir. En las palabras de H. P. Blavatsky:

INVESTIGADOR. ¿Poseemos más conocimiento en el Devachán que en la vida Terrenal?
TEÓSOFO. En un sentido, podemos adquirir más conocimiento; es decir, podemos desarrollar aún más cualquier facultad que amamos y luchamos durante la vida, siempre que esté relacionada con cosas abstractas e ideales, como la música, la pintura, la poesía, etc., ya que el Devachán es simplemente una continuación idealizada y subjetiva de la vida-terrena.[19]

Enorme crecimiento, por ejemplo, del conocimiento mismo son posibles en el Devachán, para la entidad espiritual que ha comenzado la “búsqueda” de tal conocimiento durante la vida. No puede suceder nada al espíritu en el Devachán, cuya nota clave no se ha tocado durante la vida; las condiciones de una existencia subjetiva son tales que la importación de impulsos completamente externos y pensamientos extraños es imposible. Pero la semilla del pensamiento una vez sembrada, la corriente de pensamientos una vez puesta en marcha (la metáfora puede variarse libremente para adaptarse a cualquier gusto), y entonces sus desarrollos en el Devachán pueden ser infinitos, porque el sexto sentido allí y el sexto principio son nuestros instructores; y en tal sociedad no puede haber aislamiento, como la humanidad física entiende el término.[20]

Relación con los seres queridos

Se dice que una persona en el Devachán es capaz de establecer contacto con aquellos que el/ella aman, aún cuando estas personas pueden estar todavía vivas y no tener conciencia física de esta relación. Esto a veces se interpreta en el sentido de que esta relación en Devachán es una ilusión creada por la mente del "devachanee". Sin embargo, Blavatsky explica que la relación es real, y sucede entre el Yo superior de las personas:

El glorioso “Yo Superior” con los que estamos unidos durante la vida, reúne a su alrededor los Yoes superiores de todas las personas que amaba en la tierra con un amor espiritual inmortal.[21]

El estado de la conciencia de una mónada, ya sea en el Devachán o aún en la tierra, puede mezclarse con, por así decirlo, e influir en la ideación de otra mónada también en Devachan. Tal será el caso donde hay una simpatía cariñosa fuerte entre los dos egos derivados de la participación en los mismos sentimientos y emociones elevadas, o de la búsqueda intelectual similar o aspiraciones espirituales. Así como los pensamientos de un hipnotizador parado a distancia son comunicados a su sujeto por la emanación de una corriente de energía magnética atraída fácilmente hacia el sujeto, el tren de ideas de un Devachanee son comunicadas por una corriente de fuerza magnética o eléctrica atraída hacia otro Devachanee por motivo de la fuerte simpatía existente entre las dos mónadas, especialmente cuando dichas ideas se relacionan con cosas que están asociadas subjetivamente con el Devachanee en cuestión.[22]


[Desde] el punto de vista de aquel que conoce algo de las leyes que gobiernan los mundos invisibles, la relación entre las mónadas es real, mutua, y tan actual en el mundo de la subjetividad, como es en este nuestro mundo de realidad engañosa.[23]

Influencia en las personas vivas

La actividad en el Devachán puede también influir la actividad en el plano físico, aún cuando el Devachanee puede estar inconsciente de esto. En las palabras de Blavatsky:

El erudito que ha vivido principalmente bajo la influencia de manas, y por el placer de desarrollar su más elevada inteligencia física, se mantuvo absorto en los misterios del universo material, seguirá siendo retenido magnéticamente por sus atracciones mentales hacia los eruditos y su trabajo, influyendo y siendo influido por ellos subjetivamente-(aunque en un modo muy diferente del que se conoce en salas de espiritismo y médiums). . . . En Devachán, por lo tanto, la entidad es afectada por y recíprocamente afecta el estado físico de cualquier otra entidad cuya relación es tan estrecha con ella como para sobrevivir, como se comentó anteriormente, la evolución purgatoria de las esferas post-mortem inferiores [kama-loka].[24]

Duración del Devachán

Sr Sinnett preguntó a Mahatma K.H.: "¿Perdura este estado de bienaventuranza espiritual durante años? ¿por décadas? ¿por siglos?" Su respuesta fue:

Por años, dácadas, siglos y milenios, a menudo - multiplicado por algo más. Todo depende de la duración del karma. Llene con aceite la tacita de Den, y un depósito de agua de la ciudad, y encienda ambos para ver cuál arde más tiempo. El Ego es la mecha y el Karma el aceite.[25]

La percepción de tiempo en el devachán, sin embargo, no es la misma como en la tierra. Mahatma K.H. escribió:

No; no hay relojes, no cronómetros en Devachán, mi estimado chela, por lo tanto todo el Cosmos es un cronómetro gigante en un sentido. Nosotros tampoco, mortales, — ici bas même — tomamos mucha conciencia, si es que hay alguna, del tiempo durante los períodos de felicidad y dicha, y encontrarlos siempre demasiado cortos; un hecho que no nos impide en lo más mínimo disfrutar de esa felicidad de todos modos — cuando venga. . . . Yo puedo también recordarle en este sentido que el tiempo es algo creado completamente por nosotros mismos; que mientras un segundo corto de intensa agonía puede aparecer, afortunado incluso en la tierra, como una eternidad para un hombre, para otro, más afortunado, horas, días, y algunas veces años enteros pueden parecer revolotear como un breve instante; y que, finalmente, de todos los seres sintientes y conscientes de la tierra, el hombre es el único animal que tiene algún conocimiento del tiempo, aunque no lo hace ni más feliz ni más sabio. Entonces como, puedo explicarle lo que no se puede sentir, ya que pareces incapaz de comprenderlo? Símiles finitos no sirven para expresar lo abstracto y lo infinito; ni puede lo objetivo nunca reflejar lo subjetivo.[26]

Bardo Thodol y las Cartas de los Mahatmas

En una de las Cartas de los Mahatmas a A. P. Sinnett la palabra "bardo" se usa en conexión con devachán. Maestro K.H. escribió:

“Bardo” es el periodo entre la muerte y el renacimiento — y puede durar desde unos pocos años a un kalpa. Se divide en tres sub-periodos (1) cuando el Ego se ha liberado de su cuerpo mortal en Kama-Loka (la morada de los Elementales); (2) cuando entra en su “Estado de Gestación”; (3) cuando renace en el Rupa-Loka del Devachán.[27]

Comparando las enseñanzas del Devachán con la de los "bardos" encontrada en el llamado Libro Tibetano de la Muerte (Bardo Thodol), David Reigle escribió:

Lo que se conoce en Occidente como el Libro Tibetano de la Muerte enseña seis bardos, tres de los cuales pertenecen a una persona mientras vive, y tres pertenecen a una persona después de la muerte. Estos tres últimos son de los que normalmente se habla. De estos, el tercero es el srid-pa'i bar-do, en el que una persona renace en un cuerpo mental (yid lus) en este nuevo estado de existencia. Este se llama con más detalle, "el cuerpo mental de experiencia de aparición en el estado intermedio," en la traducción 2006 por Gyurme Dorje, p. 274. . . . La explicación de las cartas de Los Mahatmas de los tres bardos coincide con la explicación dada en el Libro Tibetano de la Muerte. Lo que la carta del Mahatma agrega es que el tercer bardo donde la persona renace es devachán. El Libro Tibetano de la Muerte no habla de devachán, que viene del Sutra Sukhavati-vyuha.[28]

Jamgön Kongtrül define el srid pa'i bar do (sidpa bardo) como: "Bardo del devenir". El periodo del surgimiento de la confusión, el surgimiento de uno en un cuerpo mental hasta ser concebido en el vientre de la próxima vida".[29]

Ver también

Recursos en Línea

Articulos

Libros

Video

Notas

<referencias/>

  1. Online version Buddhism in Tibet, Ch. VIII, p. 85.
  2. Helena Petrovna Blavatsky, Glosario Teosófico (Krotona, CA: Theosophical Publishing House, 1973), 98.
  3. Helena Petrovna Blavatsky, La Clave de la Teosofía (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 132.
  4. Helena Petrovna Blavatsky, La Clave de la Teosofía (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 148.
  5. Helena Petrovna Blavatsky, La Clave de la Teosofía, (London, Theosophical Publishing House, 1987), 145.
  6. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recopilados vol. IV (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1991), 121.
  7. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia chronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 190.
  8. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Maestros a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 190.
  9. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 190-191.
  10. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recopilados vol. IV (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1991), 78.
  11. Helena Petrovna Blavatsky, LA Clave de la Teosofía (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 148.
  12. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 104 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 361.
  13. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 104 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 362.
  14. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 104 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 362.
  15. Helena Petrovna Blavatsky, La Clave de la Teosofía (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 91.
  16. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos recopilados vol. IV (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1991), 121.
  17. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 190.
  18. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos recopilados vol. V (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1997), 42-43.
  19. Helena Petrovna Blavatsky, La clave de la Teosofía (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 156.
  20. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recopilados vol. IV (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1991), 444-445.
  21. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recopilados vol. VII (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1987), 317.
  22. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recopilados vol. V (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1997), 84.
  23. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recopilados vol. V (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1997), 88.
  24. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recopilados vol. V (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1997), 92-93.
  25. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Maestros a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 195.
  26. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 356-357.
  27. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 194. See Mahatma Letter No. 68, page 15.
  28. Tibetan Buddhist Bardo's Comparable a Blavatsky's 'Devachán'? por David Reigle en Septiembre 10, 2011 a las 10:19am en Teosofía.net
  29. srid pa'i bar do at the Dharma Dictionary.