Diferencia entre revisiones de «Estancias de Dzyan»

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1. ...La última vibración de la [[Siete Eternidades|Séptima Eternidad]] palpita a través de la infinitud. La [[Madre (símbolo)|madre]] se hincha expandiéndose de dentro afuera, como el capullo del loto.  
1. ...La última vibración de la [[Siete Eternidades|Séptima Eternidad]] palpita a través de la infinitud. La [[Madre (símbolo)|madre]] se hincha expandiéndose de dentro afuera, como el capullo del loto.  


2. La vibración barre, tocando con su veloz ala (''simulatáneamente'') el Universo entero y el [[Huevo|germen]] que mora en las [[tinieblas]]: tinieblas que alientan (''se mueven'') sobre las adormecidas [[Caos|aguas de vida]].
2. La vibración barre, tocando con su veloz ala (''simultáneamente'') el Universo entero y el [[Huevo|germen]] que mora en las [[tinieblas]]: tinieblas que alientan (''se mueven'') sobre las adormecidas [[Caos|aguas de vida]].


3. Las "[[Tinieblas]]" irradian [[Logos|luz]], y la luz emite un [[Rayo (símbolo)|rayo]] solitario en las aguas, dentro del [[Caos|abismo de la madre]]. El rayo atraviesa el [[Huevo#Huevo Virgen|huevo virgen]]; el rayo hace estremecer al [[Huevo#Huevo Eterno|huevo eterno]], y deja caer el germen no-eterno (''periódico''), que se condensa en el [[Huevo#Huevo del Mundo|huevo del mundo]].
3. Las "[[Tinieblas]]" irradian [[Logos|luz]], y la luz emite un [[Rayo (símbolo)|rayo]] solitario en las aguas, dentro del [[Caos|abismo de la madre]]. El rayo atraviesa el [[Huevo#Huevo Virgen|huevo virgen]]; el rayo hace estremecer al [[Huevo#Huevo Eterno|huevo eterno]], y deja caer el germen no-eterno (''periódico''), que se condensa en el [[Huevo#Huevo del Mundo|huevo del mundo]].

Revisión del 18:04 7 oct 2016

Las Estancias de Dzyan son, según Helena Petrovna Blavatsky parte del Libro de Dzyan de origen Tibetano. Estas Estancias forman la base de La Doctrina Secreta, una de las obras fundamentales del movimiento Teosófico, escrita por Mme. Blavatsky.

Evolución Cósmica

Estancia I

1. La eterna madre (el Espacio) envuelta en sus siempre-invisibles vestiduras, había dormitado una vez más por siete eternidades.

2. El Tiempo no existía, pues yacía dormido en el seno infinito de la duración.

3. ...La Mente Universal no existía, pues no había Ah-hi (seres celestiales) para contenerla (y por lo tanto, manifestarla).

4. Las siete sendas a la felicidad (Mokṣa o Nirvāṇa) no existían. Las grandes causas de la desdicha (Nidāna and Māyā) no existían, porque no había nadie que las produjese y fuese aprehendido por ellas.

5. Sólo tinieblas llenaban el todo sin límites; pues padre, madre e hijo eran una vez más uno, y el hijo no había aún despertado para la nueva rueda y su peregrinación en ella.

6. Los siete Señores sublimes y las siete Verdades habían dejado de ser; y el Universo, el hijo de la necesidad, estaba sumido en Paranishpanna (perfección absoluta, Paranirvāṇa, que es Yong-Grub), para ser exhalado por aquello que es, y sin embargo, no es. Nada existía.

7. Las causas de la existencia habían sido destruidas; lo visible que fue y lo invisible que es, descansaban en un eterno no-ser – el único ser.

8. Sólo la única forma de existencia se extendía, sin límites, infinita, sin causa, en un sueño sin ensueños; y la vida palpitaba inconsciente en el espacio universal, a través de aquella Omnipresencia que es percibida por el "Ojo Abierto" del Dangma.

9. Pero, ¿dónde estaba el Dangma cuando el Ālaya del Universo (el Alma como base de todo, Anima Mundi) estaba en Paramārtha (Ser y Conciencia Absolutos, que son No-Ser e Inconciencia Absolutos), y la Gran Rueda era Anupādaka?

Estancia II

1. ...¿Dónde estaban los Constructores, los luminosos hijos de la aurora del Manvantara?... En las desconocidas tinieblas, en su Paranishpanna Ah-hi (Chohanico, Dhyani-Búdico). Los Productores de la forma (rūpa), derivada de la no-forma (arūpa)–que es la Raíz del Mundo–la Devamatri y Svabhavat, reposaban en la felicidad del No–Ser.

2. ...¿Dónde estaba el silencio? ¿En dónde los oídos para percibirlo? No; no había silencio ni sonido; nada, salvo el incesante Aliento Eterno (movimiento), que no se conoce a sí mismo.

3. La hora no había sonado todavía; el rayo no había aún destellado hacia el interior del germen; la Matripadma (madre-loto) aún no se había henchido.

4. Su corazón aún no se había abierto para que entre el rayo único, y desde allí caer, como tres en cuatro, en el regazo de Maya.

5. Los Siete (Hijos) no habían nacido todavía de la Red de Luz. El Padre–Madre, Svabhavat, era sólo Tinieblas; y Svabhavat estaba en tinieblas.

6. Estos dos son el Germen, y el Germen es uno. El Universo estaba aún oculto en el Pensamiento Divino y en el Seno Divino.

Estancia III

1. ...La última vibración de la Séptima Eternidad palpita a través de la infinitud. La madre se hincha expandiéndose de dentro afuera, como el capullo del loto.

2. La vibración barre, tocando con su veloz ala (simultáneamente) el Universo entero y el germen que mora en las tinieblas: tinieblas que alientan (se mueven) sobre las adormecidas aguas de vida.

3. Las "Tinieblas" irradian luz, y la luz emite un rayo solitario en las aguas, dentro del abismo de la madre. El rayo atraviesa el huevo virgen; el rayo hace estremecer al huevo eterno, y deja caer el germen no-eterno (periódico), que se condensa en el huevo del mundo.

4. Entonces los tres (triángulo) caen en los cuatro (cuaternario). La radiante esencia se torna en siete interiormente, siete exteriormente. El luminoso huevo (Hiraṇyagarbha), que es tres en sí mismo (las tres hipóstasis de Brahmā, o Vishṇu, los tres "Avasthās"), cuaja y se esparce en coágulos blancos como la leche, por la totalidad de las profundidades de la madre, la raíz que crece en las profundidades del océano de la vida.

5. La raíz permanece. La luz permanece. Los coágulos permanecen, y sin embargo, Oeaohoo es uno.

6. La raíz de la vida estaba en cada gota del océano de inmortalidad (Amṛita), y el océano era luz radiante, la cual era fuego y calor y movimiento. Las Tinieblas se desvanecieron, y no fueron más: desaparecieron en su propia esencia, el cuerpo de fuego y agua, del Padre y la Madre.

7. Mira, ¡0h, Lanú!, al radiante Hijo de los dos, la gloria refulgente sin par —el Espacio Luminoso, Hijo del Espacio Oscuro, que surge de las profundidades de las grandes Aguas Oscuras. Él es Oeaohoo, el Más Joven, el *** (quien tú conoces ahora como Kuan-shih-yin.--Comment). Él brilla como el Sol, es el flameante Dragón Divino de la Sabiduría. El Eka (uno) es Chatur (cuatro), y Chatur toma para sí tres, y la unión produce el Sapta (siete), en quien están los siete que se tornan los Tridaśa (los tres veces diez), o las huestes y las multitudes. Mírale levantando el Velo y desplegándolo de Oriente a Occidente. Él oculta lo de arriba y deja ver lo de abajo como la Gran Ilusión. Él marca los sitios para los resplandecientes (estrellas), y convierte lo superior en un Mar de Fuego sin orillas, y el (elemento) Uno manifestado en las Grandes Aguas.

8. ¿Dónde estaba el germen y dónde estaban las Tinieblas ahora? ¿En dónde está el espíritu de la llama que arde en tu Lámpara, oh, Lanú? El germen es aquello, y aquello es luz, el blanco hijo resplandeciente del oscuro padre oculto.

9 La luz es llama fría, y la llama es fuego, y el fuego produce calor, que produce agua: el agua de vida en la gran madre (Caos).

10. El Padre–Madre teje una red, cuyo extremo superior está unido al Espíritu (Puruṣa), la luz de la Oscuridad una, y el inferior a la Materia (Prakṛti), su (del espíritu) extremidad sombría; y esta red es el Universo, tejido con las dos sustancias hechas en Una, que es Svābhāvat.

11. Ésta (la red) se expande cuando el aliento de fuego (el Padre) está sobre ella; se contrae cuando el aliento de la madre (la raíz de la materia) la toca. Entonces los hijos (los Elementos con sus respectivos Poderes, o Inteligencias) se disocian y se esparcen, para volver al seno de su madre, al final del "Gran Día", y ser de nuevo uno con ella. Cuando ésta (la red) se enfría, se vuelve radiante, y los hijos se expanden y contraen a través de sus seres y corazones; ellos abarcan el infinito.

12. Entonces Svābhāvat envía a Fohat para endurecer los átomos. Cada uno (de estos) es una parte de la red (el Universo). Reflejando al "Señor que Existe por Sí Mismo", como un espejo, cada cual a su vez se transforma en un Mundo. . . .

Estancia IV

1. ...Hijos de la Tierra, escuchad a vuestros Instructores, los Hijos del Fuego. Sabed que no hay ni primero ni último; porque todo es un Número, que procede de lo que no es Número.

2. Aprended lo que nosotros que descendemos de los Siete Primeros, lo que nosotros, que nacimos de la Primitiva Llama, hemos aprendido de nuestros Padres...

3. Del Resplandor de la Luz —el Rayo de las Eternas Tinieblas— surgen en el Espacio las Energías despertadas de nuevo; el Uno del Huevo, el Seis y el Cinco. Después el Tres, el Uno, el Cuatro, el Uno, el Cinco, el doble Siete, la Suma Total. Y éstas son las Esencias, las Llamas, los Elementos, los Constructores, los Números, los Arûpa, los Rûpa y la Fuerza o el Hombre Divino, la Suma Total. Y del Hombre Divino emanaron las Formas, las Chispas, los Animales Sagrados, y los Mensajeros de los Sagrados Padres dentro del Santo Cuatro.

4. Éste era el Ejército de la Voz, la Divina Madre de los Siete. Los Destellos de los Siete están sometidos y son los servidores del Primero, del Segundo, del Tercero, del Cuarto, del Quinto, del Sexto y del Séptimo de los Siete. Éstos son llamados Esferas, Triángulos, Cubos, Líneas y Modeladores: pues así se sostiene el Eterno Nidâna — el Oi-Ha-Hou.

5. El Oi-Ha-Hou, que es las Tinieblas, el Ilimitado o el que no es Número. Âdi-Nidâna, Svabhâvat, el Oi-Ha-Hou.

I. El Âdi-Sanat, el Número; pues él es Uno.

II. La Voz de la Palabra, Svabhâvat, los Números; pues él es Uno y Nueve.

III. El "Cuadrado sin Forma".

Y estos Tres, encerrados dentro del O, son el Cuatro Sagrado; y los Diez son el Universo–Arûpa. Luego vienen los Hijos, los Siete Combatientes, el Uno, el Octavo excluido, y su Aliento que es el Hacedor de la Luz.

5. ...Después los Segundos Siete, que son los Lipika, producidos por los Tres. El Hijo Desechado es Uno. Los "Hijos–Soles" son innumerables.

Estancia V

1. Los Siete Primordiales, los Siete Primeros Soplos del Dragón de la Sabiduría, producen a su vez el Torbellino de Fuego con sus Sagrados Alientos de Circulación giratoria.

2. Ellos hacen de él, el Mensajero de su Voluntad. El Dzyu se convierte en Fohat: el Hijo veloz de los Hijos Divinos, cuyos Hijos son los Lipika, lleva mensajes circulares. Fohat es el Corcel, y el Pensamiento el Jinete. Él atraviesa como el rayo las nubes de fuego; da Tres y Cinco y Siete Pasos a través de las Siete Regiones superiores y de las Siete inferiores. Alza la Voz, y llama a las Chispas innumerables y las reúne.

3. Él es su conductor, el espíritu que las guía. Cuando comienza su obra, separa las Chispas del Reino Inferior, que se ciernen y tiemblan gozosas en sus radiantes moradas, y forma con ellas los Gérmenes de las Ruedas. Las coloca en las Seis Direcciones del Espacio, y una en el Centro: la Rueda Central.

4. Fohat traza líneas espirales para unir la Sexta a la Séptima — la Corona. Un Ejército de los Hijos de la Luz se sitúa en cada uno de los ángulos; los Lipika se colocan en la Rueda Central. Dicen ellos: "Esto es bueno". El primer Mundo Divino está dispuesto, el Primero, el Segundo. Entonces, el "Divino Arûpa" se refleja en Chhâyâ Loka, la Primera Vestidura de Anupâdaka.

5. Fohat da cinco pasos, y construye una rueda alada en cada ángulo del cuadrado para los Cuatro Santos... y sus Huestes.

6. Los Lipika circunscriben el Triángulo, el Primer Uno, el Cubo, el Segundo Uno y el Pentaclo dentro del Huevo. Éste es el Anillo llamado "No Se Pasa", para los que descienden y ascienden; para los que durante el Kalpa están marchando hacia el Gran Día "Sed Con Nosotros"... Así fueron formados los Arûpa y los Rûpa: de la Luz Única, Siete Luces; de cada una de las Siete, siete veces Siete Luces. Las Ruedas vigilan el Anillo...

Estancia VI

1. Por el poder de la Madre de Misericordia y Conocimiento, Kwan-Yin —la Triple de Kwan-Shai-Yin, que reside en Kwan-Yin-Tien— Fohat, el Aliento de su Progenie, el Hijo de los Hijos, habiendo hecho salir de las profundidades del Abismo inferior la Forma Ilusoria de Sien-Tchan y los Siete Elementos.

2. El Veloz y Radiante Uno produce los Siete Centro Laya, contra los cuales nadie prevalecerá hasta el Gran Día "Sed Con Nosotros"; y asienta el Universo sobre estos Eternos Fundamentos, rodeando a Sien-Tchan con los Gérmenes Elementales.

3. De los Siete — primero Uno manifestado. Seis ocultos; Dos manifestados, Cinco ocultos; Tres manifestados, Cuatro ocultos; Cuatro producidos, Tres escondidos; Cuatro y Un Tsan revelados, Dos y Una Mitad ocultos; Seis para manifestarse. Uno dejado aparte. Últimamente, Siete Pequeñas Ruedas girando; una dando nacimiento a la otra.

4. Él las construye a semejanza de Ruedas más antiguas, colocándolas en los Centros Imperecederos. ¿Cómo las construye Fohat? Él reúne el Igneo Polvo. Hace Esferas de Fuego, corre al través de ellas y a su alrededor, infundiéndoles vida; y después las pone en movimiento: a las unas en esta dirección, a las otras en aquélla. Están frías, y él las caldea. Están secas, y él las humedece. Brillan, y él las aventa y las refresca. Así procede Fohat del uno al otro Crepúsculo, durante Siete Eternidades.

5. En la Cuarta, los Hijos reciben orden de crear sus Imágenes. La Tercera parte se niega. Las Otras Dos obedecen. La Maldición se pronuncia. Nacerán en la Cuarta; sufrirán y harán sufrir. Ésta es la Primera Guerra.

6. Las Ruedas más Antiguas rodaban hacia abajo y hacia arriba... La hueva de la Madre llenaba el Todo. Hubo Batallas reñidas entre los Creadores y los Destructores, y Batallas reñidas por el Espacio; apareciendo y reapareciendo la Semilla continuamente.

7. Haz tus cálculos, Lanú, si quieres saber la edad exacta de tu Pequeña Rueda. Su Cuarto Rayo "es" nuestra Madre. Alcanza el Cuarto Fruto del Cuarto Sendero del «Conocimiento que conduce al Nirvâna, y tú comprenderás porque verás...

Estancia VII

1. He aquí el principio de la Vida informe senciente. Primero, el Divino, el Uno que procede del Espíritu–Madre; después, el Espiritual; los Tres emanando del Uno, los Cuatro emanando del Uno, y los Cinco, de los cuales proceden los Tres, los Cinco y los Siete. Éstos son los Triples y los Cuádruples hacia abajo; los Hijos nacidos de la Mente del Primer Señor, los Siete Resplandecientes. Ellos son tú, yo, él ¡oh, Lanú!, los que velan sobre ti y tu madre, Bhûmi.

2. El Rayo Único multiplica los Rayos menores. La Vida precede a la Forma, y la Vida sobrevive al último átomo. A través de los Rayos innumerables el Rayo de Vida, el Uno parecido a un Hilo que ensarta muchas cuentas.

3. Cuando el Uno se convierte en Dos, aparece el Triple, y los Tres son Uno; y éste es nuestro Hilo, ¡oh, Lanú!, el Corazón del Hombre–Planta, llamado Saptaparma.

4. Él es Raíz que Jamás perece; la Llama de Tres Lenguas y Cuatro Pabilos. Los Pabilos son las Chispas que parten de la Llama de Tres Lenguas proyectada por los Siete —de quienes es la Llama— Rayos de Luz y Chispas de una Luna que se refleja en las movientes Ondas de todos los Ríos de la Tierra.

5. La Chispa pende de la Llama por el más tenue hilo de Fohat. Ella viaja a través de los Siete Mundos de Mâyâ. Se detiene en el Primero; y es un Metal y una Piedra; para el Segundo, y hela hecha una Planta; la Planta gira a través de siete cambios, y viene a ser un Animal Sagrado. De los atributos combinados de todos ellos, se forma Manu, el Pensador. ¿Quién lo forma? Las Siete Vidas y la Vida Una. ¿Quién lo completa? El Quíntuplo Lha. ¿Y quién perfecciona el último Cuerpo? Pez, Pecado y Soma...

6. Desde el Primer nacido, el Hilo entre el Silencioso Vigilante y su Sombra, se hace más y más fuerte y radiante a cada Cambio. La Luz del Sol de la mañana se ha cambiado en la gloria del mediodía...

7. "Ésta es tu Rueda actual" —dijo la Llama a la Chispa—. "Tú eres yo misma, mi imagen y mi sombra. Yo me he revestido de ti, y tú eres mi Vâhan hasta el día "Sed Con Nosotros", en que has de volver a ser "yo misma y otros, tú misma y yo". Entonces los Constructores, terminada su primera Vestidura, descienden sobre la radiante Tierra, y reinan sobre los Hombres, que son ellos mismos.

Antropogénesis