Mónada

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"Monad" by James S. Perkins

Mónada es un termino derivado del Griego μονάς (monas) que significa "unidad" o "uno"; que no tiene partes. Con los Pitagóricos, "mónada" era un termino para la Divinidad--la fuente de todo, referido como "el Uno." Leibniz, el filósofo Alemán, habló de las "mónadas" como las almas indivisibles-como partículas que son los elementos finales del universo. En Teosofía, la palabra "mónada" generalmente se refiere a la chispa divina, compuesta por los dos Principios más elevados, atma y buddhi, las que durante el proceso de evolución humana asimilan los atributos más elevados de manas.

Punto de vista Teosófico

En el universo manifestado, la mónada aparece como una unidad compuesta de los tres principios más elevados. No obstante, la Mónada existe como una Unidad más allá del plano manifestado. Mme. Blavatsky escribió:

La mónada, pues, vista como UNO, está arriba del séptimo principio (en el cosmos y el hombre), y como una triada, es la progenie radiante directa de dicha UNIDAD compuesta.[1]

Al comienzo de la evolución la Mónada manifestada consta de dos principios:

La [palabra] Mónada es del Griego, “Uno” la unidad, lo que sea que es. . . . Atma en realidad no es una unidad, sino que el principio universal uno, y es simplemente un rayo. El que usa a Buddhy como un vehículo es ese rayo del principio universal. Por lo tanto, en realidad es Buddhi, que es la Mónada, la unidad[2]

Esta mónada dual que, durante el proceso de evolución gradualmente evolucionará en Mónadas triples, se dice que es parte de los Dhyāni-Chohans:

La Mónada de cada ser viviente . . . es un Dhyan Chohan individual, distinto de los demás, un tipo de individualidad espiritual propia, durante un Manvantara especial. Es Primario, el Espíritu (Atman) es uno, por supuesto, con el Paramatma (el Espíritu Universal uno), pero el vehículo (Vahan) está consagrado en Buddhi, es parte integrante de esa Esencia Dhyan-Chohánica.[3]

La Mónada dual

Atma y buddhi siendo principios universales, la Mónada dual es omnipresente y no se puede decir que es una "propiedad" del ser humano:

Âtma y Buddhi no se puede afirmar que tengan nada que ver con el hombre, excepto que el hombre está inmerso en ellos. Mientras viva el está eclipsado por estos dos; pero no es más propiedad de eso que ninguna otra cosa.[4]

La Mónada dual universal no esta dotada con conciencia individual:

Los principos sexto y séptimo aparte del resto constituyen la Mónada eterna, e imperecedera, pero también la “Mónada” inconsciente.[5]

En este estado, se dice que la Mónada permanece inmanifestada:

Pytágoras tuvo una razón para nunca usar la finita, inútil figura — 2, y por descartarla del todo. El UNO, puede, cuando manifestado, convertirse sólo en 3. Lo inmanifestado cuando una simple dualidad permanece pasiva y oculta. La mónada dual (los principios 6to. y 7mo.) debe, con el fin de manifestarse como un Logos, "Kwan-shai-yin" primero convertirse en una triada.[6]

Obligado por el circulo de necesidad, la mónada dual comprometida en un proceso de evolución a través de los reinos inferiores hasta lograr la etapa humana:

La Mónada [es] esa parte inmortal del hombre que reencarna en los reinos inferiores, y gradualmente progresa a través de ellos al Hombre y luego a la meta final — Nirvâna.[7]

La Monada triple

Después que la Mónada dual universal e inconsciente se desarrolla a través de los reinos inferiores alcanza la humana. Aquí, a medida que la Mónada se pone en contacto con manas, desarrolla una conciencia que es capaz de funcionar en los planos inferiores. Mme. Blavatsky escribió:

La Mónada es impersonal y un dios per se, aunque inconsciente en este plano. Porque, divorciada de su tercer (a menudo llamado quinto) principio, Manas, que es la línea horizontal del primer triángulo manifestado o trinidad, no puede tener conciencia o percepción de las cosas en este plano terrenal. “El más alto ve a través del ojo del más bajo” en el mundo manifestado; Purusha (Espíritu) permanece ciego sin la ayuda de Prakriti (materia) en la esfera material; y también Atma-Buddhi sin Manas.[8]

Buddhi es la primera diferenciación, el primer rayo, es conciencia universal, y no podría actuar en ningún otro plano, especialmente en el plano terrenal. Y para ser consciente de algo, o de alguien, tiene que tener Manas, es decir, la conciencia de este plano.[9]


Es absorviendo los atributos más elevados de manas que la Mónada dual se vuelve consciente:

Para despertar en ella [la Mónada] a la vida la conciencia latente, especialmente la de la individualidad personal, se requiere de la mónada además atributos más elevados del quinto [principio].[10]

La Mónada astral

En Isis sin Velos la "mónada astral" es mencionada en relación al concepto de reencarnación.[11] Debido a que estos pasajes trajeron una controversia, el Maestro K.H. tuvo que explicar en una de sus cartas que ellos "reconocen en la mónada astral el Ego personal", agregando eso que la "mónada personal, o astral, el "moi fluidique" [es] el manas, o la mente intelectual, el 5to principio".[12]

Mónada Pitagórica

El concepto de "Mónada" parece haber sido concebida por los Pitagóricos. Se refiere a una sola fuente e indivisible origen para toda la diversidad en el universo. Con ellos, la Mónada fue una divinidad, el primer ser, o la totalidad de todos los seres.

En la descripción Pitagórica del proceso de manifestación, la Mónada es la primera cosa que llegó a existir. Esto engendró la díada (dualidad), de donde provinieron todos los números (como entidades abstractas). De los números salieron los puntos; después líneas, dos-entidades dimensionales, entidades tri-dimensionales, cuerpos, culminando en los cuatro elementos tierra, agua, fuego y aire, a partir de los cuales se construye nuestro mundo.

Mónada de Leibniz

Gottfried Wilhelm Leibniz (Julio 1, 1646 – Noviembre 14, 1716) fue filósofo y matemático Alemán. Su contribución más conocida a la metafísica es su teoría de las sustancias simples o mónadas, publicada en su libro Monadología. De acuerdo con Leibniz, las mónadas son partículas primarias, siendo los elementos últimos del universo. Son "formas sustanciales de ser" con una percepción borrosa entre sí. Las mónadas son centros de fuerza, de los que el espacio, la materia, y el movimiento son meramente fenómenos. Ellas son eternas, indescomponibles, individuales, sujetas a sus propias leyes, sin-interacción, y cada una reflejando el universo entero en una armonía preestablecida.

Recursos en línea

Articulos

Audio

Notas

<referencias/>

  1. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. I, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 573.
  2. Michael Gomes (transcriptor), Comentarios de la Doctrina Secreta (The Hague: I.S.I.S. foundation, 2010), 566.
  3. Helena Petrovna Blavatsky, The Secret Doctrine vol. I, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 265.
  4. Michael Gomes (traductor), Comentarios de la Doctrina Secreta (The Hague: I.S.I.S. foundation, 2010), 644.
  5. Vicente Hao Chin, Jr. Las Cartas de los Maestros a A. P. Sinnett en secuencia cronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 194.
  6. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Maestros a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 111 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 378.
  7. Helena Petrovna Blavatsky, El Glosario Teosófico (Krotona, CA: Theosophical Publishing House, 1973), 216.
  8. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 123, fn.
  9. Michael Gomes (traductor), Comentarios de la Doctrina Secreta (The Hague: I.S.I.S. foundation, 2010), 610.
  10. Vicente Hao Chin, Jr. The Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 194.
  11. Ver Isis Sin Velos vol. I, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1972), pp. 351.
  12. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Maestros a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 85b (Quezon City: Theosophical Publishing Publishing House, 1993), 260.