Raza-Raíz

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Raza-Raíz es un concepto Teosófico que se refiere a las sucesivas etapas evolutivas a través de las cuales la humanidad va en su peregrinaje en nuestro plano físico. Siete de tales razas-raíces tienen lugar antes de completar el ciclo evolutivo en este globo, la Tierra.

NOTA: El termino Raza-Raíz no se refiere a conceptos étnicos o raciales del mundo moderno.

Descripción general

En la visión Teosófica hay siete Razas-Raíz o ciclos evolutivos a través de los cuales la humanidad evoluciona. H.P. Blavatsky escribió:

Cada ciclo de vida en el Globo D (nuestra Tierra) se compone de siete razas-raíz. Comienzan con lo Etéreo y terminan con lo espiritual en la doble línea de evolución física y moral, desde el comienzo de la ronda terrestre hasta su fin. (Uno es una “ronda planetaria” del Globo A al Globo G, el séptimo; el otro, la “ronda del globo”, o la terrestre).[1]

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  1. Hay siete RONDAS en cada manvantara; ésta es la Cuarta, y nosotros estamos en la Quinta Raza-Raíz, en la actualidad.
  2. Cada Raza-Raíz tiene siete su-brazas.
  3. Cada sub-raza tiene, a su vez, siete ramificaciones, que pueden llamarse Ramas o razas “Familiares”.
  4. Las pequeñas tribus, brotes y ramificaciones de estos últimos son innumerables y dependen de la acción Kármica.

Examine el “árbol genealógico” adjunto a la presente, y comprenderá. La ilustración es puramente esquemática y solo pretende ayudar al lector a obtener una ligera comprensión del tema. . . .
El tallo principal de un árbol puede compararse con la raza-raíz (A).
Sus miembros más grandes a las diversas sub-razas; siete en número (B1, B2).
En cada uno de estos miembros hay siete ramas o razas-familiares (C).

Después de esto, la planta de cactus es una mejor ilustración, porque sus "hojas" carnosas están cubiertas de espinas afiladas, cada una de las cuales puede compararse con una nación o tribu de seres humanos.[2]

Raza-Raíz es un concepto Teosófico que se refiere a las sucesivas etapas evolutivas a través de las cuales la humanidad va en su peregrinaje en nuestro plano físico. Siete de tales razas-raíz tienen lugar antes de completar el ciclo evolutivo en este globo, la Tierra.

NOTA: El termino Raza-Raíz no se refiere a conceptos étnicos o raciales del mundo moderno.

Siete Razas-Raíz

Las Razas-Raíz pasan por un proceso de evolución cíclica yendo de la sutileza a la materialidad y de vuelta a la sutileza:

Estas Razas evolucionan de lo etéreo a lo material, y de este último nuevamente a una relativa tenuidad física de textura, por lo que cada especie viva (así llamada) orgánica de animales con vegetación incluida, cambia con cada nueva Raza-Raíz.[3]

Recordemos que la Primera Raza se muestra en las ciencias Ocultas como espiritual por dentro y etérea por fuera; el segundo, psico-espiritual mentalmente, y etéro-físico corporalmente; el tercero, todavía desprovisto de intelecto en su comienzo, es astro-físico en su cuerpo y vive una vida interior, en la que el elemento psico-espiritual no es interferido de ninguna manera por los sentidos fisiológicos apenas incipientes.[4]

Estos ciclos tienen lugar a lo largo de las siete Rondas, y varían en duración:

Las siete Rondas disminuyen y aumentan en sus respectivas duraciones, así como las siete razas en cada una. Por lo tanto, la 4.ª Ronda, así como cada 4.ª raza, son las más cortas, mientras que la 1.ª y la 7.ª Ronda, así como la 1.ª y 7.ª raza raíz, son las más largas.[5]

Es importante tener en cuenta que el término Razas-Raíz no se refiere a etnias. Son diferentes etapas evolutivas por las que la humanidad en su conjunto atraviesa sucesivamente. Además, las mismas individualidades que componen la humanidad actual han sido renacidas en todas las Razas-Raíces anteriores. En las palabras de H. P. Blavatsky: "La humanidad de la Primera Raza-Raíz es la humanidad de la segunda, tercera, cuarta, quinta, etc."[6]

Cada Raza-Raíz se sucede, aunque hay un período de superposición entre las formas antiguas que se extinguen y las formas nuevas que comienzan a ser cada vez más dominantes:

Para mostrar como los continentes, razas, naciones, y los ciclos se superponen entre sí, uno tiene que pensar en Lemuria, la última de cuyas tierras pereció unos 700.000 años antes del comienzo del período Terciario (ver p. 65 de la misma obra), y la última de “Atlantis” hace sólo 11.000 años; por tanto, ambos se superponen: uno del período Atlante y otro del Ario.[7]

El fin de una Raza-Raíz y el comienzo de una nueva esta marcada por importantes cambios geológicos:

El periodo de las grandes razas raíces se dividen unas de otras por grandes convulsiones de la Naturaleza, y por grandes cambios geológicos.[8]

Cada raza-raíz esta separada por una catástrofe, un cataclismo, la base y el fundamento histórico de las fábulas tejidas más tarde en el tejido religioso de cada pueblo, ya sea civilizado o salvaje, bajo los nombres de "diluvios", "lluvias de fuego" y similares.[9]

Al final de cada Raza-Raíz se produce un cataclismo, a su vez por fuego o agua. Inmediatamente después de la “Caída en generación”, la escoria de la tercera Raza-Raíz –aquellos que cayeron en la sensualidad al apartarse de la enseñanza de los Divinos Instructores– fueron destruidos, después de lo cual se originó la Cuarta Raza-Raíz, al final de la cual tuvo lugar el último Diluvio.[10]

También hay cataclismos a la mitad de cada ciclo:

El acercamiento de cada nueva "obscuración" está siempre señalada por cataclismos — ya sea de fuego o de agua. Pero, fuera de esto, cada "Anillo" o Raza Raíz tiene que ser cortado en dos, es decir, ya sea por uno o por otro.[11]

Según Blavatsky, al comienzo de una nueva Raza-Raíz encarna un gran adepto (Manu), elige a la mejor porción de la humanidad como semilla de la próxima Raza-Raíz, y deja que la vieja civilización sea destruida en los cataclismos.

En la escritura hindú Vishnu Purana (4:24) encontramos un concepto similar:

Cuando . . . el fin de la era de Kali estará cerca, una porción de ese ser divino que existe por su propia naturaleza espiritual en el carácter de Brahma, y que es el principio y el fin, y que comprende todas las cosas, descenderá a la tierra: él nacerá en la familia de Viṣṇuyaśas, un eminente brahmán de la aldea de Sambhala, como Kalki, dotado de las ocho facultades sobrehumanas. Con su poder irresistible destruirá a todos los Mlecchas y ladrones, y a todos aquellos cuyas mentes están dedicadas a la iniquidad. Entonces restablecerá la justicia sobre la tierra; y las mentes de aquellos que vivan al final de la era de Kali se despertarán y serán tan diáfanas como el cristal. Los hombres que sean así cambiados en virtud de ese tiempo peculiar serán como las semillas de los seres humanos, y darán a luz a una raza que seguirá las leyes de la era de Krita, o era de pureza.

Siete Sub-razas

Cada raza-raíz esta dividida en siete ciclos menores llamados sub-razas,[12] que a su vez se dividen en siete ramas o razas familiares. Estas sub-divisiones están relacionadas con el nuevo concepto de razas y etnias.

Hay que recordar que las sub-razas se refieren a cualidades culturales y no al nivel de evolución del alma. Cuando se le preguntó si las encarnaciones de uno están "en progresión de sub-raza", Annie Besant respondió: "No siguen ninguna ley regular de sucesión".[13] Las personas encarnan en las diversas sub-razas en diferentes órdenes para acumular experiencias. Actualmente, la humanidad está pasando por la quinta etapa de la Raza-Raíz y ha desarrollado cinco sub-razas. Sin embargo, la mayoría de los seres humanos están encarnados en culturas que derivan de Razas-Raíces anteriores, y que tuvieron su cúspide de desarrollo en un pasado lejano. Mahatma K.H. escribió:

La mayoría de la humanidad pertenece a la séptima sub-raza de la cuarta Raza Raíz: los chinos antes mencionados y sus retoños y ramas (malayos, mongoles, tibetanos, javaneses, etc., etc., etc.) y remanentes de otras sub-razas de la cuarta y la séptima sub-raza de la tercera raza. Todas estas apariencias caídas y degradadas de la humanidad son descendientes lineales directos de naciones altamente civilizadas cuyos nombres o recuerdos no han sobrevivido excepto en libros como Popalvul y algunos otros desconocidos para la ciencia.[14]

Contra el racismo

Al acercarse a un concepto moderno de etnicidad, Blavatsky rechazó claramente la idea de que una raza sea intrínsecamente mejor que otra. Las diferencias entre ellas existen, pero sólo se deben a condiciones externas (cultura, medio ambiente, aislamiento geográfico, etc.). En cualquier caso, para apreciar correctamente la visión teosófica sobre este tema, el punto más importante a considerar es que la verdadera identidad de una persona se considera que está al nivel del eterno yo "espiritual", y no al de las condiciones corporales siempre cambiantes:

Se supone que todos los que ingresan a la sociedad simpatizan con la teoría de la hermandad esencial; un parentesco que existe en el plano del yo superior, no en el de las diferencias y antipatías raciales, sociales y mentales. Estos elementos de discordia pertenecen al hombre físico y son el resultado de un desarrollo desigual bajo la ley de la evolución. Creemos que el cuerpo humano no es más que la caparazón, la cubierta o el velo de la entidad real; y aquellos que aceptan la filosofía esotérica y la teoría del “Karma” (la ley universal de la causalidad ética) creen que la entidad, al transitar por ciertos ciclos mayores y menores de existencia con toda la masa de los seres humanos, toma una forma diferente al nacer, y lo descascara al morir, bajo la operación de esta ley Kármica. Sin embargo, aunque así pueda vestirse y revestirse mil veces en una serie de reencarnaciones, la entidad es inalterable e inmutable, siendo de naturaleza divina, superior a todos los ambientes en el plano terrenal. Es sólo el cuerpo físico el que tiene tipo racial, color, sexo, odios, ambiciones y amores. Así pues, cuando postulamos la idea de la fraternidad universal, deseamos que se entienda que no tiene un sentido utópico, aunque no soñemos con realizarla de una vez en el plano ordinario de las relaciones sociales o nacionales. Seguramente, si esta visión del parentesco de toda la humanidad pudiera ganar aceptación universal, el sentido mejorado de responsabilidad moral que engendraría haría que la mayoría de los males sociales y las asperezas internacionales desaparecieran; porque un verdadero altruismo, en lugar del egoísmo actual, sería la regla en todo el mundo.[15]

Blavatsky también mantuvo el origen común de todas las razas de la humanidad, aunque difieran entre sí:

La unidad de la especie humana fue aceptada por el ilustre profesor de Cambridge (EE. UU.) [Profesor Agassiz] de la misma manera que lo hacen los Ocultistas, es decir, en el sentido de su homogeneidad esencial y original y su origen de uno y la misma fuente:—por ejemplo, Negros, Arios, Mongoles, etc., todos se han originado de la misma manera y de los mismos antepasados. Estos últimos eran todos de una sola esencia, pero diferenciados, porque pertenecían a siete planoss que diferían en grado aunque no en especie. Esa diferencia física original fue poco más acentuada por la de las condiciones geográficas y climáticas, más adelante.[16]

Argumentando en contra del concepto europeo de la época de que sus razas eran intrínsecamente mejores que las Africanas, Blavatsky explicó:

Los Africanos nunca han dejado su continente durante varios cientos de miles de años. Si mañana el Continente Europeo desapareciera y en su lugar resurgieran otras tierras; y si las tribus Africanas se separaran y dispersaran sobre la faz de la tierra, serían ellas quienes, dentro de unos cien mil años, formarían la mayor parte de las naciones civilizadas. Y son los descendientes de aquellos de nuestras naciones altamente cultas, que podrían haber sobrevivido en alguna isla, sin ningún medio de cruzar los nuevos mares, los que volverían a caer en un estado de relativo salvajismo. Así, la razón dada para dividir a la humanidad en razas superiores e inferiores cae por tierra y se convierte en una falacia.[17]

Primeras civilizaciones

Desde este punto de vista, han habido en la Tierra muchas civilizaciones de las que no sabemos nada por el momento. Maestro K.H. escribió a A. P. Sinnett:

Afirmamos que una serie de civilizaciones existieron antes, así como después del Período Glacial, que existieron en varios puntos del globo, alcanzaron el ápice de la gloria y — murieron.Error en la cita: Etiqueta de apertura <ref> sin su correspondiente cierre </ref>< /cita en bloque>

En cuanto a por qué no encontramos restos de las civilizaciones anteriores, una de las razones es que las Razas-Raíces viven en diferentes partes de la tierra, muchas de las cuales se hunden cíclicamente a medida que se eleva un nuevo pedazo de tierra para albergar la nueva Raza-Raiz:

Nuestros continentes actuales, como "Lemuria" y "Atlantis", ya han sido sumergidos varias veces y tuvieron tiempo de reaparecer nuevamente, y dar a luz a sus nuevos grupos de humanidad y civilización; y que, en el primer gran levantamiento geológico, en el próximo cataclismo, en la serie de cataclismos periódicos que ocurren desde el principio hasta el final de cada Ronda, nuestros continentes ya autopsiados descenderán, y las Lemurias y las Atlántidas volverán a surgir. .[18]

Además, como explica el Maestro K.H., "todos los objetos de las porciones civilizadas de la humanidad que habitaban esas regiones ha[n] sido pulverizados por las grandes masas de glaciares móviles" dejando atrás "solo implementos toscos tal como se encuentra ahora entre esas tribus salvajes".Error en la cita: Etiqueta de apertura <ref> sin su correspondiente cierre </ref>

Séptima Raza-Raíz

La última séptima Raza tendrá su Budha como lo tuvieron todos sus predecesores; pero, sus adeptos serán mucho más altos que cualquiera de la raza actual, porque entre ellos morará el futuro Planetario, el Dhyan Chohan cuyo deber será instruir o "refrescar la memoria" de la primera raza de los hombres de quinta Ronda después del planeta futuro obscuración.[19]

A mediados de la Séptima Raza, dice una profecía oculta, la lucha de los dos Poderes en conflicto (Budi y Kama-Manas) casi se habrá extinguido. Todo lo que es irremediablemente pecaminoso y malvado, cruel y destructivo, habrá sido eliminado, y lo que se descubra que sobreviva será barrido de ser, debido, por así decirlo, a un maremoto Kármico en la forma de plagas carroñeras, convulsiones geológicas y otros medios de destrucción. La Quinta Ronda producirá un tipo superior de Humanidad; y, como la Naturaleza inteligente siempre procede gradualmente, la última Raza de esta Ronda debe necesariamente desarrollar los materiales necesarios para ella. [20]

La última séptima Raza tendrá su Buda como cada uno de sus predecesores; pero, sus adeptos serán mucho más altos que cualquiera de la raza actual, porque entre ellos morará el futuro Planetario, el Dhyan Chohan cuyo deber será instruir o "refrescar la memoria" de la primera razas de los hombres de la quinta Ronda después de esteplaneta futuro oscuración.[21]


Continents

  1. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. I, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 160.
  2. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 434-435.
  3. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Adyar, Madras: Theosophical Publishing House, 1979), 697.
  4. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 298-299, nota al pie.
  5. Helena Petrovna Blavatsky, Collected Writings vol. VI (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1989), 117.
  6. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Adyar, Madras: Theosophical Publishing House, 1979), fn. 146.
  7. Helena Petrovna Blavatsky, The Secret Doctrine vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 433, nota al pie.
  8. Alfred Percy Sinnett, Esoteric Buddhism, (London: Theosophical Publishing House LTD, 1972), 48.
  9. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos recopilados vol. XIV (Los Ángeles, CA: Sociedad de Investigación Filosófica, 1950), 81, nota al pie.
  10. Helena Petrovna Blavatsky, Collected Writings vol. X (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1988), 608.
  11. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Maestros a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 93b (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 314.
  12. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 66 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 174-175.
  13. Annie Besant, Theosophical Lectures, (Chicago: The Rajput Press, 1907), 147.
  14. Vicente Hao Chin, Jr. , Las Cartas de Mahatma a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 93b (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 312.
  15. Helena Petrovna Blavatsky, Collected Writings vol. XII (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1988), 302.
  16. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 607, nota al pie.
  17. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 425.
  18. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 93b (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 310.
  19. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 93b (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 314.
  20. Helena Petrovna Blavatsky, Collected Writings vol. XIII (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1982), 128.
  21. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 93b (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 314.