Carta de los Mahatmas No. 8
Esta es la Carta N.° 8 en Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett 4.ª edición cronológica (en inglés). Corresponde a la Carta N.° 99 en la numeración de Barker. Vea a continuación Contexto y antecedentes.
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Página 1 - traducción, imagen y notas
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Simla. 20-11-80. Mi estimado Koot Humi: Le he enviado a Sinnett la carta que usted me escribió y él amablemente me ha enviado la que usted le escribió. Deseo hacer algunas observaciones al respecto, no para discutir nimiedades, sino porque estoy muy ansioso de que me comprenda. Es muy probable que sea mi presunción, pero sea así o no, tengo una convicción profundamente arraigada de que podría trabajar eficazmente si tan solo pudiera ver cómo hacerlo, y no puedo soportar la idea de que me deje de lado debido a una concepción errónea de mis puntos de vista. Y sin embargo cada carta suya que veo, me demuestra que aún no se da cuenta de lo que pienso y siento.* Para explicar esto me atrevo a apuntar algunos comentarios sobre su carta a Sinnett. Usted dice que si Rusia no logra invadir el Tíbet, será debido a ustedes y en este sentido al menos merecen nuestra gratitud. No estoy de acuerdo con esto en el sentido que usted le da. (1) Si yo pensara que Rusia gobernaría en general el Tíbet o la India de tal manera que los habitantes en general fueran más felices de lo que son bajo los Gob[ierno]s existentes, yo mismo le daría la bienvenida y trabajaría para que suceda. Pero hasta donde puedo juzgar el Gob[ierno] Ruso es un despotismo corrupto, hostil a la libertad de acción individual y por tanto al verdadero progreso. Y solo sería al igual que todos quienes desean el bien de la humanidad y no como inglés (y de hecho yo no tengo nacionalidad) que yo debería sentir gratitud hacia ustedes o cualquier otra persona que por medios legítimos (y cuáles son |
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según las circunstancias los medios legítimos e ilegítimos pueden ser un asunto abierto a discusión) impidieron la expansión adicional de un poder, que es esencialmente hostil a los más elevados intereses de la humanidad. Ahora sobre el vaquil de habla inglesa. ¿Tenía ese hombre tanta culpa? Usted y los suyos nunca le han enseñado que había algo en el Yog Vidya. Las únicas personas que se han tomado la molestia de educarlo, al hacerlo le han enseñado el materialismo. Usted está disgustado con él, pero ¿quién tiene la culpa? ¿Aquel que, no teniendo más enseñanza que la materialista, rechaza como sueños, los vagos rumores que le han llegado en cuanto a posibilidades espirituales, o ustedes (me refiero a su hermandad) que sabiendo todo sobre esto no han logrado popularizar el conocimiento, de hecho no han logrado enseñarle mejor? Quizás yo juzgue como alguien ajeno, pero me parece, que el impenetrable velo de secretismo con el que ustedes se rodean, las enormes dificultades que ustedes ponen y obstaculizan la comunicación de su conocimiento espiritual, son las principales causas del desenfrenado materialismo que tanto condenan. Ustedes son las únicas personas que poseen un verdadero conocimiento experimental de las cosas espirituales; sin duda millones y millones poseen una especie de conocimiento de estas a través de la fe, la vida pura, la meditación y de hecho la disciplina elevada de todas las religiones dignas de ese nombre. Pero este conocimiento de ellos aunque es suficiente para sus propias almas, no posee el carácter para producir resultados objetivos, o argumentos tangibles, a los que puedan apelar para guiar a otros de naturaleza menos espiritualmente interesados hacia convicciones similares a las que ellos poseen. Solo ustedes poseen los medios para hacerle ver al tipo de hombre común, convicciones de esta naturaleza, |
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pero ustedes, aparentemente sujetos a reglas antiguas, lejos de divulgar celosamente este conocimiento, lo envuelven en una nube de misterio tan densa, que naturalmente la masa de la humanidad, descree de su existencia. Y este velo de secretismo es, me permito sugerir, un anacronismo. Quizás pudo haber sido muy necesario en tiempos pasados en que la exhibición de los poderes que poseían los adeptos podría haber dado lugar a enjuiciamientos o persecuciones. Pero ahora cuando en los países más civilizados, tales exhibiciones en el peor de los casos conllevarían el ridículo y el abuso (los cuales la inexorable lógica de los hechos con seguridad sofocaría lentamente) no puede haber justificación para no darle con claridad al mundo los aspectos más importantes de su filosofía, acompañando la enseñanza con una serie de demostraciones que aseguren la atención de todas las mentes sinceras. Que duden en conferir apresuradamente grandes poderes de los cuales muy probablemente se abuse, lo entiendo muy bien, pero esto de ninguna manera impide una enunciación dogmática de los resultados de sus investigaciones psíquicas, acompañada de fenómenos, lo suficientemente claros y repetidos con frecuencia para demostrar que realmente sí sabían más de los temas que trataban de lo que sabe la ciencia occidental. (2) Tal vez responderán "¿qué hay del caso de Slade?" pero no olvide que él aceptaba dinero por lo que hacía; ganándose la vida con eso. Muy diferente sería la posición de un hombre, que se ofrece a enseñar de forma gratuita, con manifiesto sacrificio de su propio tiempo, comodidad y conveniencia, lo que él creyera que sería bueno que la humanidad supiera. Al principio sin duda todo el mundo diría que el hombre estaba loco o era un impostor, pero luego cuando se repitiera una y otra vez un fenómeno tras otro, tendrían que admitir que había algo en eso, y en tres años, tendrían a todas las mentes más destacadas del mundo de cualquier país civilizado que se ocupe de la cuestión y decenas de miles de ansiosos investigadores de los cuales el diez por ciento podrían resultar trabajadores útiles, y uno de cada mil tal vez desarrolle las calificaciones necesarias para convertirse en última instancia en un adepto. Si desea producir un efecto en el nativo a través de la mente europea esa es la forma de lograrlo. Por supuesto, hablo sujeto a corrección e ignorando las condiciones, posibilidades, etc., pero |
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de esta ignorancia en todo caso no tengo la culpa. Entonces usted dice: "No es posible que haya mucho más en el mejor de los casos que una neutralidad benévola de parte de su gente hacia la nuestra. Hay un punto de contacto tan ínfimo entre las dos civilizaciones que ellos representan respectivamente que casi podríamos decir que es imposible que se toquen." Ahora bien ¿es esto correcto? ¿No es en primer lugar engañoso hablar de dos civilizaciones? Todas las civilizaciones tienen los mismos ingredientes necesarios, una cultura mental y moral (o si lo prefiere espiritual). Un elemento puede predominar aquí, el otro allá, pero en ambos casos debe haber una vasta cant[idad] en común. Esencial para toda civilización que de alguna manera amerite el nombre de tal es la cultura intelectual necesaria para discriminar lo bueno, lo verdadero y lo bello y la cultura moral esencial para adherirse a toda costa a estos en vez de a sus opuestos. En un país puede que haya menos capacidad intelectual y una devoción más pura a las verdades percibidas más débilmente, en el otro puede que sea más de "Meliora videon proboque, deteriora sequor" pero en ambos los elementos esenciales son los mismos y me parece que es una contradicción de términos hablar de dos civilizaciones de las que casi se puede decir que no se tocan en absoluto. Tampoco es una mera cuestión de palabras, porque comenzar con tal idea garantiza el fracaso, mientras que si la gran cant[idad] que es común a ambos se comprende y se reconoce y si buscamos construir sobre esta base común, una activa cooperación en lugar de una neutralidad benévola se convierte no sólo en una posibilidad, sino en algo que se puede alcanzar. (3) Y ahora paso al párrafo "¿Se le ha ocurrido que las dos publicaciones de Bombay si no han sido influidas pueden al menos no haber sido impedidas por aquellos que podrían haberlo hecho porque vieron la necesidad de que tanta agitación produjera el doble resultado de generar una desviación necesaria después de la granada del broche y, tal vez, de probar la fuerza |
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de su interés personal en el ocultismo y la teosofía? No digo que fuera así, sólo pregunto si alguna vez la contingencia se le cruzó por la mente." Ahora bien por supuesto esto iba dirigido a [[Alfred Percy Sinnet|Sinnett, pero aún así deseo responderlo a mi manera. Primero debería decir, ¿cui bono lanzando tal insinuación? Usted debe saber si fue así o no. Si no lo fue, ¿por qué hacernos especular sobre si pudo haber sido así, cuando sabe que no lo fue? Pero si fue así, entonces propongo que, en primer lugar, un asunto tan estúpido como ese no podría ser una prueba del interés personal de ningún hombre (por supuesto hay muchos seres humanos que son sólo una especie de mono educado) en nada. ¿Algún hombre, que sintiera el más mínimo interés por algo, perseguiría este interés para luego verse afectado por el hecho de que alguna otra persona hace el ridículo en relación con eso? En segundo lugar si los Hermanos permitieron deliberadamente la publicación de esas cartas, solo puedo decir que, desde mi punto de vista mundano no iniciado, creo que cometieron una triste equivocación. Una causa puede implicar asesinato y robo y sin embargo no estar completamente desacreditada, pero tórnela ridícula y podrá escribir el epitafio. Sepa que no defiendo esto ni por un momento. Es monstruoso que así sea, pero desafortunadamente es un hecho, y al ser el objetivo de los Hermanos manifiestamente hacer respetar la S.T., difícilmente podrían haber elegido un medio peor, que la publicación de estas absurdas cartas. Por supuesto yo no les doy una gran importancia; si hay un verdadero aliento vital subyacente a la S.T. (y es a esto a lo que realmente estoy tratando de llegar), sobrevivirá y sofocará a cien de esos bévues - magna est veritas et prevalebit. Pero aun cuando la pregunta se plantea en términos generales, ¿alguna vez consideró si los Hermanos permitieron esta publicación? No puedo evitar responder, si no lo hicieron, es inútil desperdiciar consideración al respecto, y si lo hicieron, me parece que fueron imprudentes al hacerlo. (4) Luego vienen sus comentarios sobre el coronel Olcott. El querido y viejo Olcott, a quien todo el que lo conoce lo ama. Comparto plenamente todo lo que dice |
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a favor de él, pero no puedo dejar de objetar los términos en los que usted lo elogia, cuyo punto central es que nunca cuestiona sino que siempre obedece. Esta es una vez más la organización jesuita. Y esta renuncia al discernimiento propio, esta abnegación de la propia responsabilidad personal, esta aceptación de los dictados de voces externas como un sustituto de la propia conciencia, es en mi opinión un pecado de no poca magnitud e implica un principio adverso a toda verdadera civilización. Además me atrevo a predecir que tal sistema de obediencia pasiva nunca obtendrá la cooperación de las mentes más elevadas de ninguna sociedad. Más aún, me siento obligado a decir que si, como puedo deducir de muchos pasajes incidentales de nuestras cartas, esta doctrina de la obediencia ciega es esencial en su sistema, dudo mucho que cualquier luz espiritual que esta pueda conferir compense a la humanidad por la pérdida de esa libertad de acción privada, de ese sentido de responsabilidad personal e individual del que se la privaría. Más aún, considero que, a menos que yo haya malinterpretado todas las enseñanzas de la historia y el espíritu de la época, cualquier organización que tenga como nota clave la obediencia pasiva está condenada al fracaso. (5)
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Y aquí debo tomar mi posición, en cuanto a las cuestiones físicas, cuándo dónde o qué se come o se toma, dónde o cómo se vive o se duerme, todos estos son accidentes, asuntos sin consecuencias terrenales, siempre que mi salud no sufra gravemente, con gusto podría vivir de hierbas y agua y dormir y vivir en una cueva o una choza de barro si algo bueno resultara de eso, como de otras formas. Pero si se pretende que yo alguna vez, reciba instrucciones para hacer esto o aquello y sin entender razón o motivo, sin escrutar las consecuencias, a ciegas y descuidadamente, ve de inmediato y hazlo; entonces, francamente, el asunto para mí ha terminado —no soy una máquina militar— soy un enemigo declarado de la organización militar, amigo y defensor del sistema industrial o cooperativista, y no me uniré a ninguna Sociedad ni Organismo que pretenda limitar o controlar mi derecho al propio discernimiento. Por supuesto que no soy doctrinario, (!?) y no deseo tornarme obsesivo con ningún principio. Cuando un asunto es inmaterial, es decir, en la medida en que mi juicio por sí solo me permita discernir no puede causar ningún daño, entonces si las personas que me pidieran que lo hiciera fueran personas en cuya buena fe y capacidad tuviera confianza yo al igual que Olcott estaría dispuesto a obedecer y no hacer preguntas. Pero si la cosa fuera material, e implica consecuencias que no podría prever claramente, o me parece incorrecta o imprudente, entonces me negaría claramente a obedecer a menos que los "hakims" estuvieran dispuestos a explicarme las razones de su "hukum" y me dejaran en claro que a pesar de las dudas anteriores, realmente fue lo correcto. Volviendo a Olcott, no creo que su conexión con la Sociedad propuesta sea algo malo. Sinnett cree esto me parece, yo no, si se le da un verdadero principio vital como base a la Sociedad, la conexión de esta con cualquier individuo no podría causarle ningún daño permanente. Así que estoy bastante de acuerdo con todo lo que ustedes dicen al respecto. Pero cuando continúa diciendo, "Pero si ahora tanto les disgusta la idea de una supervisión ejecutiva puramente nominal por parte del coronel Olcott, un estadounidense de su misma raza, seguramente se rebelará contra el dictado de un hindú", de algún modo se equivoca totalmente respecto a mis sentimientos.
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En primer lugar, no objetaría de ninguna manera la supervisión del querido viejo Olcott, porque sé que sería nominal, e incluso si intentara hacerlo de otra manera, Sinnett y yo somos bastante capaces de callarlo si interfiriera innecesariamente. Pero ninguno de nosotros podría aceptarlo como nuestro verdadero guía (6), porque ambos sabemos que somos intelectualmente superiores a él. Esta es una forma cruel, como dirían los franceses, de decirlo, pero ¿qué voulez vous? Sin una franqueza perfecta no se puede llegar a un entendimiento. En verdad me opondría al dictado no sólo de un hindú sino de cualquier ser humano; no permito que ningún hombre me dicte. Pero si un hindú viene a mí y me da un buen consejo, y me muestra las razones por las que debería hacer esto o no hacer lo otro, estaría dispuesto a guiarme por ese consejo como si hubiese provenido de un inglés o un francés. En lo que a mí respecta las palabras " y cuya raza todavía no ha aprendido a tolerar y mucho menos a amar o respetar" no es pertinente. No me agradan los miserable y embusteros mookhteares y vaquiles, los khitmutgares y el grueso de los funcionarios y empleados de clase baja, hindúes o mahometanos. Tampoco me agradan las clases similares de Alemania, Francia o Inglaterra. Tampoco me agradan los egoístas, aduladores, prestamistas y similares, que constituyen la mayoría de los que se agolpan en torno a nosotros, los funcionarios oficiales ingleses. Soy cortés con ellos, trato, de ser amable con ellos, pero no me agradan ni los respeto, no porque sean hindúes sijs o mahometanos, sino porque buscan el beneficio personal— Mezquinos, Vulgares— y porque su presencia me sienta como una pesadilla y abruma mis propios pensamientos. Pero ha habido nativos hindúes y mahometanos a quienes he amado y respetado tanto como podría haber amado y respetado a cualquier europeo. No es para nada una cuestión de raza, color o credo. Es una mera cuestión de cualidades intrínsecas: "sifaten". Cuando usted dice que sus más altos adeptos son "grasientos tibetanos y punjabi singhs" y que "el león es proverbialmente una bestia sucia y repulsiva", supongo que bromea. Si no es así, aunque un diamante es un diamante, y yo lo valoraría de igual manera por mal engastado que esté, preferiría que esté engastado adecuadamente; y aunque la pureza del alma es el primer gran requisito, y todas lo demás comparativamente insignificantes, sin embargo en sí mismos la pureza y el aseo del cuerpo no deben despreciarse y confieso que creo que la joya perfecta, la piedra pura engastada en el cuerpo limpio y puro, a lo que
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NOTA - Se omitió toda la página de las ediciones impresas y se agregó texto de la imagen de la letra, indicado en negrita.
Estoy bastante seguro de que si usted es sincero y genuino, y creo que lo es, los amables sentimientos que esta correspondencia ha engendrado hacia usted no se debilitarían de ninguna manera, sino más bien se fortalecerían con la relación personal con usted. Casi nunca veo el exterior de la gente. A menudo conozco y me preocupo por las personas casi sin saber cómo son físicamente. La mayoría de los hombres piensan mucho en el aspecto de las mujeres, y a veces me ha sorprendido al prometerle una mujer a un hombre, que me digan "mira puede que sea muy buena pero es muy poco atractiva" y luego al volver a mirar detenidamente a mi amiga descubro, aunque nunca antes lo había notado, que era muy poco atractiva. De modo que estoy bastante seguro de que nada de su apariencia personal externa podría afectar en lo más mínimo mis sentimientos. En cuanto a su querido y sucio neófito, desearía que me lo hubieran enviado a mí, con su sucio pagri y todo, y habría sido duro para mí, si mientras aprendía de él cosas superiores, no hubiera podido convertirlo a mis puntos de vista sobre la belleza y la bondad de la limpieza.
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NOTAS:
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NOTA - Se omitió toda la página de las ediciones impresas y se agregó texto de la imagen de la letra, indicado en negrita.
El punto más importante de la carta que me envía es en el que dice "impotente para enviarle un neófito antes de que usted se haya comprometido con nosotros". Quizás aquí esté el verdadero quid. ¿Cuál es la promesa que requieren? Todo parece girar en torno a esto. Si es meramente preservar un máximo secretismo en cuanto a todo lo que podamos aprender, y es ante ustedes y sus seguidores, nunca sin permiso utilizar cualquier conocimiento obtenido de ustedes y siempre actuar de acuerdo con sus deseos en todos los casos en los que no parece equivocado hacerlo, al menos creo que si estoy satisfecho con los puntos a los que se hace referencia en cartas anteriores, podría hacerla. Y si la hiciera la cumpliría pase lo que pase. Pero si es la vieja claudicación de "dhun, man, fan [?]" que se me propuso hace veinte años, entonces, por mi parte nunca la haré. Siento que soy responsable ante inteligencias superiores a las terrenales. No pretendo saber cuáles son. Pero sé que existen, con tanta certeza como sé que el azúcar es dulce a mi paladar, aunque no puedo probar ninguno de los dos hechos a nadie más. Delegaré esa responsabilidad a manos no terrenales. Por otro lado, no me interesa jugar a la Teosofía. O me comprometo con total seriedad o no lo hago en absoluto. Si mi restricción del derecho al propio discernimiento torna la verdadera seriedad imposible según sus reglas, muy bien, la cosa debe llegar a su fin para mí. Me parece inútil discutir los estatutos y cosas por el estilo a menos que se resuelvan primero estas cuestiones fundamentales. Sinnett está profundamente interesado en los fenómenos como tales. Yo no. A él le parece
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Página 11
NOTA - Se han agregado en negrita omisiones en el texto impreso, según la imagen de la carta.
Casi lamento haberle cansado con estas extensas cartas ya que siento que soy esencialmente demasiado radical en el fondo, para ser aceptado en su orden naturalmente conservadora, pero me perdonará porque hablo en serio y aunque no surja nada más de nuestro intercambio de pensamientos, piense con bondad de mí, como yo siempre lo haré de ustedes ya que somos compañeros de trabajo en la misma causa, aunque bajo diferentes banderas, y usted es un funcionario e ingeniero y yo un simple obrero. Atentamente,
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Contexto y antecedentes
Según George Linton y Virginia Hanson, "AOH probablemente estaba en Simla. APS estaba en Allahabad. Los Fundadores estaban de gira por el noroeste de la India. Mientras estaba en Lahore, HPB enfermó de fiebre. Ver HVD 2:266 para conocer el relato de HSO sobre esta enfermedad".[1]
La Carta N ° 8 (CM-99) y la N ° 9 (CM-98) deben considerarse juntas. La Carta N.° 8 está fechada el 20 de noviembre de 1880, pero no se le transmitió al Mahatma hasta el 1 de diciembre de 1880 o después. La Carta N.° 9 fue recibida el 1 de diciembre de 1880 o poco después, en la misma fecha en que la Carta N.° 8 se transmitió a K.H. La Carta N.° 8 es de Hume al Mahatma; la Carta N.° 9 es una respuesta a esa carta, pero está dirigida a Sinnett y no a Hume.
Esto puede parecer confuso. En El mundo oculto, pág. 122 (en inglés), Sinnett menciona que Hume escribió una larga respuesta a la primera carta que le envió el Mahatma, y posteriormente una carta adicional a K.H. que envió a Sinnett, pidiéndole que la lea y luego la selle y la envíe o entregue a H.P.B. para su transmisión, ya que la esperaban pronto en Allahabad. La Carta N.° 8 es esta carta adicional. [2]
Una nota a pie de página en las tres primeras ediciones (en inglés) dice: "Solo se dan extractos de esta carta". Ofrecemos aquí la transcripción completa por primera vez.
Descripción física de la carta
El original se encuentra en la Biblioteca Británica, Folio 3. Según George Linton y Virginia Hanson:
La CM-99 es una carta de A.O.H. a K.H., enviada a A.P.S. por K.H. con sus comentarios al respecto (CM-98). La carta de A.O.H. está en tinta negra en papel doblado. .[3]
Historial de publicaciones
Comentario sobre esta carta
Notas
- ↑ George E. Linton y Virginia Hanson, eds., Readers Guide to The Mahatma Letters to A. P. Sinnett (Adyar, Chennai, India: Theosophical Publishing House, 1972), 47.
- ↑ George E. Linton and Virginia Hanson, eds., Readers Guide to The Mahatma Letters to A. P. Sinnett (Adyar, Chennai, India: Theosophical Publishing House, 1988), 43.
- ↑ George E. Linton and Virginia Hanson, eds., Readers Guide to The Mahatma Letters to A. P. Sinnett (Adyar, Chennai, India: Theosophical Publishing House, 1988), 43.