Diferencia entre revisiones de «Devachan»

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<blockquote>INVESTIGADOR.¿Poseemos más conocimiento en el Devachán que en la vida Terrenal?<br>
<blockquote>INVESTIGADOR.¿Poseemos más conocimiento en el Devachán que en la vida Terrenal?<br>
TEÓSOFO. En un sentido, podemos adquirir más conocimiento; es decir, podemos desarrollar aún más cualquier facultad que amamos y luchamos durante la vida, siempre que esté relacionada con cosas abstractas e ideales, como la música, la pintura, la poesía, etc., ya que el Devachán es simplemente una continuación idealizada y subjetiva de la vida-terrena.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''La clave de la Teosofía'' (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 156.</ref></blockquote>
TEÓSOFO. En un sentido, podemos adquirir más conocimiento; es decir, podemos desarrollar aún más cualquier facultad que amamos y luchamos durante la vida, siempre que esté relacionada con cosas abstractas e ideales, como la música, la pintura, la poesía, etc., ya que el Devachán es simplemente una continuación idealizada y subjetiva de la vida-terrena.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''La clave de la Teosofía'' (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 156.</ref></blockquote>


<blockquote>Enorme crecimiento, por ejemplo, del conocimiento mismo son posibles en el Devachán, para la entidad espiritual que ha comenzado la  “búsqueda” de tal conocimiento durante la vida. No puede suceder nada al espíritu en el Devachán, cuya nota clave no se ha tocado durante la vida; las condiciones  de una existencia subjetiva son tales que la importación de impulsos completamente externos y pensamientos extraños es imposible. Pero la semilla del pensamiento una vez sembrada, la corriente de pensamientos una vez puesta en marcha (la metáfora puede variarse libremente para adaptarse a cualquier gusto), y entonces sus desarrollos en el Devachán pueden ser infinitos, porque el sexto sentido allí y el sexto principio son nuestros instructores; y en tal sociedad no puede haber aislamiento, como la humanidad física entiende el término.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Collected Writings'' vol. IV (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1991), 444-445.</ref></blockquote>
<blockquote>Enorme crecimiento, por ejemplo, del conocimiento mismo son posibles en el Devachán, para la entidad espiritual que ha comenzado la  “búsqueda” de tal conocimiento durante la vida. No puede suceder nada al espíritu en el Devachán, cuya nota clave no se ha tocado durante la vida; las condiciones  de una existencia subjetiva son tales que la importación de impulsos completamente externos y pensamientos extraños es imposible. Pero la semilla del pensamiento una vez sembrada, la corriente de pensamientos una vez puesta en marcha (la metáfora puede variarse libremente para adaptarse a cualquier gusto), y entonces sus desarrollos en el Devachán pueden ser infinitos, porque el sexto sentido allí y el sexto principio son nuestros instructores; y en tal sociedad no puede haber aislamiento, como la humanidad física entiende el término.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Collected Writings'' vol. IV (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1991), 444-445.</ref></blockquote>
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Se dice que una persona en el Devachan es capaz de establecer contacto con aquellos que el/ella aman,  aún cuando estas personas pueden estar todavía vivas y no tener conciencia física de esta relación. Esto a veces se interpreta en el sentido de que esta relación en Devachan es una ilusión creada por la mente del "devachanee". Sin embargo, Blavatsky explica que la relación es real, y sucede entre el Yo superior de las personas:
Se dice que una persona en el Devachan es capaz de establecer contacto con aquellos que el/ella aman,  aún cuando estas personas pueden estar todavía vivas y no tener conciencia física de esta relación. Esto a veces se interpreta en el sentido de que esta relación en Devachan es una ilusión creada por la mente del "devachanee". Sin embargo, Blavatsky explica que la relación es real, y sucede entre el Yo superior de las personas:


<blockquote>EEl glorioso “Yo Superior” con los que estamos unidos durante la vida, reúne a su alrededor los Yoes superiores de todas las personas quee amaba en la tierra con un amor espiritual inmortal.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Collected Writings'' vol. VII (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1987), 317.</ref></blockquote>
<blockquote>El glorioso “Yo Superior” con los que estamos unidos durante la vida, reúne a su alrededor los Yoes superiores de todas las personas quee amaba en la tierra con un amor espiritual inmortal.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Collected Writings'' vol. VII (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1987), 317.</ref></blockquote>


<blockquote>The state of consciousness of one monad whether in Devachan or yet on earth, may blend with, as it were, and influence the ideation of another monad also in Devachan. Such will be the case where there is strong, affectionate sympathy between the two egos arising from participation in the same higher feelings or emotions, or from similar intellectual pursuits or spiritual aspirations. Just as the thoughts of a mesmerizer standing at a distance are communicated to his subject by the emanation of a current of magnetic energy attracted readily towards the subject, the train of ideas of a Devachanee are communicated by a current of magnetic or electric force attracted towards another Devachanee by reason of the strong sympathy existing between the two monads, especially when the said ideas relate to things which are subjectively associated with the Devachanee in question.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Collected Writings'' vol. V (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1997), 84.</ref></blockquote>
<blockquote>El estado de la conciencia de una mónada, ya sea en el Devachan o aún en la tierra, puede mezclarse con, por así decirlo, e influir en la ideación de otra mónada también en Devachan. Tal será el caso donde hay una simpatía cariñosa fuerte entre los dos egos derivados de la participación en los mismos sentimientos y emociones elevadas, o de la búsqueda intelectual similar o aspiraciones espirituales. Así como los pensamientos de un hipnotizador parado a distancia son comunicados a su sujeto por la emanación de una corriente de energía magnética atraída fácilmente hacia el sujeto, el tren de ideas de un Devachanee son comunicadas por una corriente de fuerza magnética o eléctrica atraída hacia otro Devachanee por motivo de la fuerte simpatía existente entre las dos monadas, especialmente cuando dichas ideas se relacionan con cosas que están asociadas subjetivamente con el Devachanee en cuestión.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Collected Writings'' vol. V (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1997), 84.</ref></blockquote>

Revisión del 16:54 14 abr 2023

Devachan es una ortografía fonética del termino Tibetano bde ba can o bde ba chen (escrita frecuentemente como "dewachen"), publicada primero por el erudito Alemán Emil Schlagintweit en su libro Buddhismo en el Tibet (1863).[1] El termino puede ser traducido como "Reino dichoso" o "tierra pura" y corresponde al Mahayanic sukhāvatī o el Hindu devaloka or svarga.

== Descripción General== [edit]

En la visión Teosófica, Devachan es una etapa en el proceso post-mortem que viene después de haber pasado a través del kamaloka H.P. Blavatsky lo define como sigue:

La “morada de los dioses”. Un estado intermedio entre las vidas-terrenales, dentro de las cuales el EGO (Atmâ-Buddhi-Manas o La Trinidad hecha Una) entra, después de su separación del Kâma Rupa, y la desintegración de los principios inferiores en la tierra. [2]

En el Devachan, la persona goza de los resultados de las buenas acciones hechas en la vida finalizada recién, así como recibe una compensación por los sufrimientos inmerecidos experimentados:

Devachan es la continuación idealizada de la vida terrenal que acaba de dejar atrás, un periodo de ajuste retributivo, y un premio por los errores y sufrimientos inmerecidos sufridos en esa Vida especial.[3]

Para el mortal ordinario, su dicha en ella es completa. Es el olvido absoluto de todo lo que le dio dolor y pena en la encarnación pasada, e incluso el olvido de los hechos que tales cosas como dolor y tristeza existen en absoluto. El Devachanee vive su ciclo intermedio entre dos encarnaciones rodeado de todas las cosas que aspiró, y en la compañía de todos los que amó en la tierra. Ha alcanzado la realización de todos los anhelos-del alma. Y por lo tanto así vive por a lo lago de largos siglos una existencia de pura felicidad, que es el premio por sus sufrimientos en la vida terrena. life.[4]

Ya que devachán es un tipo de paraíso temporal, un lugar (o estado) de dicha y felicidad suprema, [5] Mme. Blavatsky lo comparó con el concepto religioso de Cielo:

La localidad, de los antiguos [el Ego] habitantes, es denominado por los Ocultistas Budistas del Norte “Deva-chan,” la palabra respondiendo, quizás, al Paraíso o el Reino del Cielo del Cristiano elegido.[6]

Sin embargo, debido a las diferencias importantes que existen entre los dos conceptos, Mahatma K. H. rechazó tal comparación:

Este último [Devachan] tampoco —incluso omitiendo toda idea “antropomórfica de Dios”— cualquier parecido al paraíso o cielo de ninguna religion, y es la fantasía literatura de H.P.B. la que le sugirió la maravillosa comparasión.[7]

Devachán no es un estado para unos pocos elegidos. Cualquier persona que haya experimentado instancias de amor desinteresado en su vida gozará algún tiempo en el devachán:

De ahí que todos aquellos que no han caído en el fango del pecado irredimible y la bestialidad— van al Deva Chan.[8]

Sin embargo, la profundidad del estado de devachán y la duración de este será diferente de acuerdo con la espiritualidad de la persona.

Devachan no es un estado "espiritual" completo. Todavía está condicionado por las experiencias del "ego personal" de la encarnación anterior:

Por supuesto es un estado, uno, por decirlo así, de intenso egoísmo, durante el cual un Ego cosecha la recompensa de su altruismo en la tierra. El está completamente absorto en la dicha de todos sus afectos terrenales personales, preferencias y pensamientos, y recoge en el fruto de sus acciones misteriosas. Sin dolor, sin pena ni siquiera la sombra de una dolor viene a oscurecer el brillo del horizonte de su felicidad pura: es un estado de "Maya" perpetuo."[9]

Ya que la experiencia de Devachan está asociada al principio manásico, este estado es inferior cuando se compara a la experiencia de la Mónada liberada en el Nirvana, y por lo tanto sigue siendo una "ilusión", sin embargo de una naturaleza más real que la ilusión de la existencia física:

La participación de manas en la dicha Devachanica, no agrega a, sino que por el contrario quita de, la realidad que caería en la suerte de la Mónada si estuviera completamente libre de su presencia [como en Nirvana]. . . . Todo esto es lo que guía a los ocultistas considerar la asociación o “relación” entre dos entidades desencarnadas en el Devachán—sin embargo más real que la vida puede ser-como una ilusión, y desdee su punto de vista sigue siendo "un sueño."[10]

Debido a esto, aquellos que no han sido atrapados en la ilusión de la personalidad no entran al Devachán:

Aquél que se ha puesto más allá del velo de maya - y tales son los más elevados - Adeptos e Iniciados - no pueden tener Devachán.[11]

Rupa y Lokas Arupa

Las Cartas de los Mahatmas mencionan tres esferas (Tribhuvana o Trailokya) la espiritualidad ascendente después de la muerte: Kama-Loka, Rupa-Loka and Arupa-Loka,[12] las tres últimas son parte del devachán:

Las sensaciones, percepciones e ideación de un devachanee en Rupa-Loka, será, por supuesto, de una naturaleza menos subjetiva que deberían ser en Arupa-Loka, en ambas de las cuales las experiencias dechánicas variarán en su presentación a la entidad - subjetiva, no sólo en cuanto a forma, color, y substancia, sino también en sus potencialidades formativas. Pero ni siquiera la experiencia más exaltada de una mónada en el estado devachánico más elevado en Arupa-Loka (el último de los siete estados) — es comparable la condición subjetiva perfectamente de pura espiritualidad desde la que emergió la monada para “descender a la materia,” y al cual debe regresar al completar el gran ciclo. El Nirvana mismo tampoco es comparable al Para-Nirvana.[13]

Una personalidad espiritual pasará rápido a través de las esferas inferiores para despertar en el arupa-loka:

La “recompensa proporcionada por la naturaleza para los hombres que son benevolentes en una gran sistemática medida” y que no han enfocado su afectos hacia una especialidad individual, es esa — si es pura — pasan más rápido por eso a través del Kama y Rupa Lokas en la esfera más elevada de Tribhuvana, debido a que es una en donde la formulación de ideas abstractas y la consideración de principios generales llenan el pensamiento de sus ocupantes.[14]

Ego Devachánico

Mme. Blavatsky escribió:

El estado futuro y el destino kármico del hombre depende si Manas gravita más hacia abajo a Kama rupa, el asiento de las pasiones animales, o hacia arriba a Buddhi, el Ego Espiritual. En este último caso, la consciencia más elevada de las aspiraciones individuales de la mente (Manas), asimilando Buddhi, son absorbidas por esta y forman el Ego, que va a la dicha Devachánica.[15]

Después de pasar a través de [kāmaloka]] el ego personal sufre un Periodo de gestación donde es purificado de todo lo que no conviene ser expresado en el devachán. Entonces "el nuevo Ego renace —como el legendario Fénix de sus cenizas— del antiguo":[16]

“¿Quién va al Devachán?” El Ego personal por supuesto, pero beatificado, purificado, santo. Cada Ego — la combinación de los principios sexto y séptimo — que, después de un periodo de gestación inconsciente renace en el Devachán, es necesariamente tan inocente y puro como un bebé recién nacido.[17]

Usualmente, dos y medio Principios entran en el Devachán, aunque en algunos casos sólo lo hacen los dos más elevados:

Los [principios] séptimo y sexto, es decir el espíritu inmortal y su vehículo, el inmortal o alma espiritual, entra en él solo (un caso excepcional) o, que casi siempre tiene lugar, el alma lleva en el caso de personas muy buenas (e incluso los indiferentes y algunas veces los muy malvados), la esencia, por decirlo así, del quinto principio que ha sido retirado del EGO personal (el alma material). Sólo es este último, en el caso del malvado irremediable y cuando el alma espiritual e impersonal no tiene nada que sustraer de su individualidad personalidad terrestre). Debido a que este último no tiene nada que ofrecer sino lo puramente material y sensual—que se aniquila.[18]

Actividad en el Devachan

Crecimieento Espiritual

Además del aspecto de gozo y felicidad, El Devachán es también un lugar donde el crecimiento espiritual puede ocurrir. En las palabras de H. P. Blavatsky:

INVESTIGADOR.¿Poseemos más conocimiento en el Devachán que en la vida Terrenal?
TEÓSOFO. En un sentido, podemos adquirir más conocimiento; es decir, podemos desarrollar aún más cualquier facultad que amamos y luchamos durante la vida, siempre que esté relacionada con cosas abstractas e ideales, como la música, la pintura, la poesía, etc., ya que el Devachán es simplemente una continuación idealizada y subjetiva de la vida-terrena.[19]

Enorme crecimiento, por ejemplo, del conocimiento mismo son posibles en el Devachán, para la entidad espiritual que ha comenzado la “búsqueda” de tal conocimiento durante la vida. No puede suceder nada al espíritu en el Devachán, cuya nota clave no se ha tocado durante la vida; las condiciones de una existencia subjetiva son tales que la importación de impulsos completamente externos y pensamientos extraños es imposible. Pero la semilla del pensamiento una vez sembrada, la corriente de pensamientos una vez puesta en marcha (la metáfora puede variarse libremente para adaptarse a cualquier gusto), y entonces sus desarrollos en el Devachán pueden ser infinitos, porque el sexto sentido allí y el sexto principio son nuestros instructores; y en tal sociedad no puede haber aislamiento, como la humanidad física entiende el término.[20]

Relación con los seres queridos

Se dice que una persona en el Devachan es capaz de establecer contacto con aquellos que el/ella aman, aún cuando estas personas pueden estar todavía vivas y no tener conciencia física de esta relación. Esto a veces se interpreta en el sentido de que esta relación en Devachan es una ilusión creada por la mente del "devachanee". Sin embargo, Blavatsky explica que la relación es real, y sucede entre el Yo superior de las personas:

El glorioso “Yo Superior” con los que estamos unidos durante la vida, reúne a su alrededor los Yoes superiores de todas las personas quee amaba en la tierra con un amor espiritual inmortal.[21]

El estado de la conciencia de una mónada, ya sea en el Devachan o aún en la tierra, puede mezclarse con, por así decirlo, e influir en la ideación de otra mónada también en Devachan. Tal será el caso donde hay una simpatía cariñosa fuerte entre los dos egos derivados de la participación en los mismos sentimientos y emociones elevadas, o de la búsqueda intelectual similar o aspiraciones espirituales. Así como los pensamientos de un hipnotizador parado a distancia son comunicados a su sujeto por la emanación de una corriente de energía magnética atraída fácilmente hacia el sujeto, el tren de ideas de un Devachanee son comunicadas por una corriente de fuerza magnética o eléctrica atraída hacia otro Devachanee por motivo de la fuerte simpatía existente entre las dos monadas, especialmente cuando dichas ideas se relacionan con cosas que están asociadas subjetivamente con el Devachanee en cuestión.[22]

  1. Online version Buddhism in Tibet, Ch. VIII, p. 85.
  2. Helena Petrovna Blavatsky, Glosario Teosófico (Krotona, CA: Theosophical Publishing House, 1973), 98.
  3. Helena Petrovna Blavatsky, La Clave de la Teosofía (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 132.
  4. Helena Petrovna Blavatsky, La Clave de la Teosofía (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 148.
  5. Helena Petrovna Blavatsky, La Clave de la Teosofía, (London, Theosophical Publishing House, 1987), 145.
  6. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recopilados vol. IV (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1991), 121.
  7. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia chronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 190.
  8. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Maestros a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 190.
  9. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 190-191.
  10. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos Recopilados vol. IV (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1991), 78.
  11. Helena Petrovna Blavatsky, LA Clave de la Teosofía (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 148.
  12. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 104 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 361.
  13. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en seecuencia cronológica No. 104 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 362.
  14. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 104 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 362.
  15. Helena Petrovna Blavatsky, La Clave de la Teosofía (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 91.
  16. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos recopilados vol. IV (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1991), 121.
  17. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 68 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 190.
  18. Helena Petrovna Blavatsky, Escritos recopilados vol. V (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1997), 42-43.
  19. Helena Petrovna Blavatsky, La clave de la Teosofía (London: Theosophical Publishing House, [1987]), 156.
  20. Helena Petrovna Blavatsky, Collected Writings vol. IV (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1991), 444-445.
  21. Helena Petrovna Blavatsky, Collected Writings vol. VII (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1987), 317.
  22. Helena Petrovna Blavatsky, Collected Writings vol. V (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1997), 84.