Lemuria

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Lemuria fue un continente que existió cerca de treinta y cuatro millones de años atrás, de acuerdo con La Doctrina Secreta, y fue el hogar de la tercera Raza-Raiz. Fue destruida por fuego volcánico y la mayor parte de su tierra yace ahora bajo el océano.

Lemuria temprana

La extensión y forma del continente de Lumuria varió a través de su ciclo evolutivo. Durante las primeras etapas fue una isla extensa. Según H. P. Blavatsky:

Su Sweta-Dwipa [la Isla Blanca], durante los primeros días de Lemuria, sobresalía como un pico gigante del fondo del mar; el área entre Atlas [en el norte de África] y Madagascar estuvo ocupada por las aguas hasta aproximadamente el período temprano de la Atlántida (después de la desaparición de Lemuria), cuando África emergió del fondo del océano y el Atlas estaba medio hundido.[1]

Lemuria Media

El continente principal de Lemuria en la cima de su desarrollo incluía parte de lo que ahora es Asia y el sur hacia el Océano Pacífico:

“Lemuria”, como hemos llamado al continente de la Tercera Raza, era entonces una tierra gigantesca. Cubría toda el área del espacio desde el pie de los Himalayas, que lo separaba del mar interior haciendo rodar sus olas sobre lo que ahora es el Tíbet, Mongolia y el gran desierto de Schamo (Gobi); desde Chittagong, hacia el oeste hasta Hardwar y hacia el este hasta Assam. Desde allí, se extendía hacia el Sur a través de lo que conocemos como el Sur de la India, Ceilán y Sumatra; luego, abrazándose en su camino, a medida que avanzamos hacia el Sur, con Madagascar a su derecha y Australia y Tasmania a su izquierda, descendió hasta unos pocos grados del Círculo Polar Antártico; cuando, desde Australia, una región interior en el Continente Madre en esas edades, se extendía hasta el Océano Pacífico, no sólo más allá de Rapa-nui (Teapy, o Isla de Pascua), que ahora se encuentra en la latitud 26 S., y longitud 110 W .[2]

La Dorsal del Atlántico Medio se eleva 9,000 pies bajo el agua.

Sin embargo, el continente también se extendía hacia el Norte, mostrando la forma de una "herradura":

Lemuria, que sirvió como cuna de la Tercera Raza-Raíz, no solo abarcaba una vasta área en los Océanos Pacífico e Índico, sino que se extendía en forma de herradura más allá de Madagascar, alrededor de "Sudáfrica" (entonces un mero fragmento en proceso de formación), a través del Atlántico hasta Noruega. El gran depósito de agua dulce Inglés llamado Wealden, que todo geólogo considera la desembocadura de un antiguo gran río, es el lecho de la corriente principal que drenaba el norte de Lemuria en la Edad Secundaria.[3]

Esta "herradura" se convirtió en la base para el continente futuro de la Atlántida:

No se puede dar una confirmación más llamativa de nuestra posición que el hecho de que la CRESTA ELEVADA en la cuenca del Atlántico, de 9,000 pies de altura, que se extiende por unas dos o tres mil millas hacia el sur desde un punto cerca de las Islas Británicas, primero desciende hacia América del Sur, luego cambia casi en ángulo recto para continuar en una línea SUR-ORIENTAL hacia la costa Africana, desde donde continúa hacia el sur hasta Tristan d'Acunha. Esta cordillera es un remanente de un continente Atlántico y, si pudiera rastrearse más, establecería la realidad de una unión submarina en forma de herradura con un antiguo continente en el Océano Índico.
La porción Atlántica de Lemuria fue la base geológica de lo que generalmente se conoce como Atlántida. Este último, de hecho, debe considerarse más como un desarrollo de la prolongación Atlántica de Lemuria, que como una masa de tierra completamente nueva levantada para cumplir con los requisitos especiales de la Cuarta Raza-Raíz.[4]

[Lemuria] se extendió, durante la Tercera Raza, al este y al oeste, hasta donde ahora se encuentran las dos Américas, y dado que la actual Australia es solo una parte de ella, como lo son también algunas islas sobrevivientes sembradas aquí y allá, sobre la faz del Pacífico y una gran parte de California, que le pertenecía.[5]

Como evidencia de este continente perdido Blavatsky se refiere a las referencias en las leyendas antiguas en India, Grecia, Madagascar, Sumatra, Java la Polynesia, y las Americas:

Ambas Malaca y la Polynesia, que se encuentran en los dos extremos del océano, y que, puesto que la memoria del hombre nunca tuvo, y nunca pudo haber coito con, o incluso un conocimiento una de la otra, todavía tiene tradición común a todas las islas e islotes, que sus respectivos países se extendían muy, muy lejos en el mar. [6]

Ella también se refiere a la similitud de los lenguajes Oceánicos como una prueba que estas islas una vez fueron parte de un continente común.

Lemuria tardía

Hacia el final de su ciclo, "el continente gigante de Lemuria comenzó a separarse en continentes más pequeños":[7]

En la época que estamos tratando, el Continente de “Lemuria,” ya se había separado en dos en muchos lugares, y formó nuevos continentes separados. No existían, sin embargo, ni Africa ni las Américas, menos aún Europa en esos días, todos estos durmiendo todavía en los fondos del Océano. Tampoco había mucho de Asía actual; por que las regiones de Cis-Himalaya estaban cubiertas de mares, y más allá se extendían las “hojas de Lotos” de Sveta-dwipa, los países que ahora se llaman Groenlandia, Siberia Oriental y Occidental, etc., etc. El inmenso Continente, que una vez reinaba supremamente sobre la India, Océanos Pacífico y Atlántico, ahora consistía en enormes islas que fueron desapareciendo gradualmente una después de la otra, hasta que la convulsión final envolvió los últimos restos de ella. La Isla de Pascua, por ejemplo, pertenece a la civilización más antigua de la Tercera Raza. Sumergida con el resto, un levantamiento volcánico y repentino del fondo del océano, levantó intacta la pequeña reliquia de las edades arcaicas, con su volcán y estatuas, durante la época de Champlain de inmersión del polo norte, como testigo permanente de la existencia de Lemuria. Se dice que alguna de las tribus Australianas son los últimos remanentes descendientes de la Tercera Raza. [8]

Destrucción

Siguiendo una referencia en Las Cartas de los Mahatmas, Blavatsky escribió:

Se dice que Lemuria había desaparecido cerca de 700,000 años antes del comienzo de lo que ahora se llama la era Terciaria (el Eoceno), y es durante este Diluvio también un-real diluvio geológico esta-vez que Vaivasvata Manu se muestra nuevamente como salvando la humanidad (alegóricamente es la humanidad, o una parte de ella, la Cuarta Raza, que es salvada).[9]

La longitud de la era Eoceno en el Siglo XIX fue diferente de lo que los científicos creen ahora. Blavatsky consideró que había comenzado menos de 9 millones de años atrás.[10] Antes del hundimiento de Lemuria, un grupo de personas de la Tercera Raza-Raíz fue rescatada por el Manu para formar la semilla de la Cuarta Raza-Raiz.

Blavatsky habla de "la destrucción de 'Lemuria' por fuegos subterráneos"[11] (volcanes), que hizo que el continente se hundiera:

El enorme Continente, que había reinado supremo sobre los océanos Indico, Atlántico, y Pacífico, ahora constaba de enormes islas que iban desapareciendo gradualmente una tras otra, hasta que la convulsión final engulló los últimos restos de él.[12]

Menciona que la tierra a que pertenecía la Isla de Pascua fue "destruida en un día por los fuegos volcánicos y lava."[13] Mas tarde, parte de la tierra resurgió para formar la isla que nosotros conocemos ahora:

Sumergida con el resto, un levantamiento volcánico repentino del suelo Oceánico, levantó la pequeña reliquia de las eras arcaicas intacta, con su volcán y estatuas, durante la época de Champlain de inmersión del polo norte, como testigo permanente de la existencia de Lemuria.[14]

Blavatsky también explicó:

El hundimiento y transformación de Lemuria comenzando casi en el Círculo Artico (Noruega), la Tercera Raza terminó su carrera en Lanka, o más bien en lo que se convirtió en Lanka con los Atlantes. El pequeño remanente ahora conocido como Ceilán es la montaña del norte de la antigua Lanka, mientras que la enorme isla de ese nombre fue, en el periodo Lemuriano, el gigantesco continente descrito unas páginas atrás.[15]

Notas

  1. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 264.
  2. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 323-324.
  3. Helena Petrovna Blavatsky, la Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 333.
  4. Helena Petrovna Blavatsky , La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 333.
  5. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 328.
  6. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 788.
  7. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 324-325.
  8. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 327-328.
  9. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 327-328.
  10. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 710.
  11. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 331.
  12. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 327.
  13. Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 326.
  14. Helena Petrovna Blavatsky, The Secret Doctrine vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 328.
  15. Helena Petrovna Blavatsky, The Secret Doctrine vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 332.