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En el ''Dogma'', Éliphas Lévi describe la luz astral como una fuerza ciega, amoral y universal que lo arrasa todo en una búsqueda perpetua e incesante del equilibrio. Escribió que los antiguos conocían esta fuerza: que consiste en un agente universal cuya ley suprema es el equilibrio y cuya dirección está directamente relacionada con el gran arcano de la magia trascendental. Mediante el uso de este agente se puede alterar el orden mismo de las estaciones, producir el fenómeno del día en plena noche, entrar instantáneamente en contacto con los confines de la tierra, ver acontecimientos al otro lado del mundo..., sanar o atacar a distancia. Este agente... no es otra cosa que la materia prima de la gran obra de los adeptos medievales. Escribe además que la luz astral puede usarse para bien o para mal y es una especie de registro universal que registra todos nuestros deseos, intenciones y actos. También es una especie de electrolito físico que permite que las influencias de una fuente psíquica actúen sobre otra. <ref>Williams, 101-103.</ref> | En el ''Dogma'', Éliphas Lévi describe la luz astral como una fuerza ciega, amoral y universal que lo arrasa todo en una búsqueda perpetua e incesante del equilibrio. Escribió que los antiguos conocían esta fuerza: que consiste en un agente universal cuya ley suprema es el equilibrio y cuya dirección está directamente relacionada con el gran arcano de la magia trascendental. Mediante el uso de este agente se puede alterar el orden mismo de las estaciones, producir el fenómeno del día en plena noche, entrar instantáneamente en contacto con los confines de la tierra, ver acontecimientos al otro lado del mundo..., sanar o atacar a distancia. Este agente... no es otra cosa que la materia prima de la gran obra de los adeptos medievales. Escribe además que la luz astral puede usarse para bien o para mal y es una especie de registro universal que registra todos nuestros deseos, intenciones y actos. También es una especie de electrolito físico que permite que las influencias de una fuente psíquica actúen sobre otra. <ref>Williams, 101-103.</ref> | ||
==Éliphas Lévi y la Teosofía== | |||
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La influencia de Éliphas Lévi sobre [[Helena Petrovna Blavatsky]] fue significativa. Su obra Isis sin Velo le debe mucho a las ideas de Lévi sobre la Cábala, y especialmente con su noción de la omnipresente Luz Astral. <ref>Bristol.</ref> Los maestros Morya y Koot Hoomi mencionaron con frecuencia sus escritos e indicaron que contenían un gran valor si se tenía la clave correcta para su comprensión. <ref>George E. Linton y Virginia Hanson, eds., «Readers Guide to The Mahatma Letters to A. P. Sinnett» (Adyar, Chennai, India: Theosophical Publishing House, 1972), 237-238.</ref> | |||
En sus escritos, H.P.B. menciona con frecuencia el nombre de Levi. <ref>Información sobre Éliphas Levi: [http://www.katinkahesselink.net/blavatsky/articles/v15/cum_index_l.htm Katinkahesselink.net] .</ref> | |||
Opinaba que Éliphas Lévi «era sin duda un gran ocultista». <ref>HPP Blavatsky, ''Blavatsky Collected Writings'', Volumen 6, 180. Consultado en [http://www.katinkahesselink.net/blavatsky/articles/v6/y1884_021.htm Katinkahesselink.net] el 26/12/2018.</ref> y se refirió a él cuando escribió sobre la luz astral <ref>H. P. Blavatsky, ''Blavatsky Collected Writings'', Volumen 13, página 241. Consultado en [http://www.katinkahesselink.net/blavatsky/articles/v13/ph_007.htm Katinkahesselink.net] el 26/12/2018.</ref> Cuando su artículo sobre la “Muerte” se publicó en [[El Teósofo (Revista)|''El Teósofo'']], iba acompañado de una nota que decía: | |||
<blockquote>El difunto Éliphas Lévi fue el cabalista y ocultista más erudito de nuestra época, y todo lo que sale de su pluma es valioso para nosotros, ya que nos ayuda a comparar nuestras observaciones con las doctrinas ocultistas orientales y, por la luz que arroja sobre ambas, a demostrar al mundo que ambos sistemas... son uno en sus principales principios metafísicos.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Collected Writings'' vol. III (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1995), 288.</ref></blockquote> | |||
Aunque lo citaba y lo elogiaba con frecuencia, también lo criticaba. Al leer sus artículos, descubrimos que consideraba su lenguaje «demasiado retórico y rapsódico como para ser suficientemente claro para el principiante» en relación con algunos de los manuscritos inéditos que había leído. <ref>H. P. Blavatsky, «Blavatsky Collected Writings», Volumen 14, página 233. Consultado en [http://www.katinkahesselink.net/blavatsky/articles/v14/ph_059.htm Katinkahesselink.net] el 26/12/2018.</ref>; que su «enseñanza no abarca la cosmogonía oculta, sino que trata simplemente de la geología oculta y la formación de nuestra partícula cósmica». <ref>H. P. Blavatsky, ''Blavatsky Collected Writings'', Volumen 14, 234. Consultado en [http://www.katinkahesselink.net/blavatsky/articles/v14/ph_059.htm Katinkahesselink.net]] el 26/12/2018.</ref>; que tenía una opinión diferente cuando se trataba de ciertos aspectos de sus declaraciones sobre la Cábala<ref>H. P. Blavatsky, ''Blavatsky Collected Writings'', 237. Consultado en [http://www.katinkahesselink.net/blavatsky/articles/v14/ph_059.htm Katinkahesselink.net]] el 26/12/2018.</ref>; y que enfatizó que “la filosofía que Éliphas Lévi presenta como cabalística es simplemente catolicismo romano místico adaptado a la Cábala cristiana”.<ref>H. P. Blavatsky, ''Blavatsky Collected Writings'', Volumen 14, 239. Consultado en [http://www.katinkahesselink.net/blavatsky/articles/v14/ph_059.htm Katinkahesselink.net] el 26/12/2018.</ref> | |||
En uno de sus artículos, señaló que «murió, como sus famosos predecesores en las artes ocultas, [[Cornelio Agripa]] y [[Paracelso]], en la pobreza»<ref>The Theosophist, Vol. II, N.° 10, julio de 1881, p. 211</ref> y declaró: «Si bien no compartimos personalmente todas sus opiniones, sí coincidimos con el veredicto del mundo literario de que Éliphas Lévi fue uno de los escritores más inteligentes, eruditos e interesantes». En otro artículo, explica que «aunque personalmente estamos lejos de estar de acuerdo con todas sus opiniones —pues, habiendo sido sacerdote, Éliphas Lévi nunca pudo librarse hasta el último día de cierto sesgo teológico— estamos dispuestos a escuchar siempre con respeto las enseñanzas de un cabalista tan erudito». <ref>«El Teósofo», vol. II, n.º 10, julio de 1881, pág. 212</ref> | |||
Una de sus devotas alumnas, la teósofa Mary Gebhard, quien lo conoció cuando vivía en París y lo ayudó al final de su vida, cuando atravesaba dificultades económicas, escribió: |
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Alphonse Louis Constant (8 de febrero de 1810 - 31 de mayo de 1875), quien escribió posteriormente bajo el seudónimo de Éliphas Lévi, fue un autor francés que se convertiría en uno de los escritores esotéricos más importantes de todos los tiempos. Sus libros más famosos, Dogme et rituel de la haute magie, Histoire de la magie y La clef des grands mystères, se consideran las obras fundacionales del ocultismo. Estos inspirarían a varios esoteristas claves, entre ellos Helena Petrovna Blavatsky. La teoría e historia de la magia de Constant, su interpretación de la Cábala y el Tarot, así como sus dibujos emblemáticos como el “Baphomet”, siguen siendo muy influyentes. [1] Su influencia es evidente en la obra y el pensamiento de figuras tan diversas como Papus (fundador de la Orden Martinista moderna y ex teósofo), A.E. Waite (cocreador de la baraja de tarot Rider-Waite), W. Wynn Westcott (de la Orden Hermética de la Aurora Dorada); y Aleister Crowley (ocultista inglés). Su noción de la omnipresente luz astral fue adoptada por H.P.B. y utilizada en sus escritos.[2]
Infancia

Alphonse Louis Constant era hijo de un humilde zapatero de París y era conocido como «el muchacho listo». Su párroco lo consideró un joven prometedor y lo matriculó en una pequeña escuela que él mismo había fundado. A los quince años, Constant ingresó en el "pequeño seminario" de San Nicolás de Chardonnet, donde estuvo bajo la influencia de su primer maestro importante, el abad Frére-Colonna, un hombre a quien más tarde llamó "el sacerdote más inteligente y sinceramente piadoso que he conocido". [3] Posteriormente, el párroco de su parroquia le consiguió una educación gratuita en el Seminario de San Sulpicio. Se convirtió en un buen erudito en latín, griego y hebreo y quiso ser sacerdote. [4] En 1836, poco antes de su ordenación, se vio obligado a abandonar el seminario. Algunos investigadores afirman que se debió a una aventura amorosa [5], otros por enamorarse de una joven y darse cuenta de que no podía pronunciar sus votos ante el altar sin remordimientos. [6] Una de las razones por las que su madre pudo haberse suicidado fue esta decisión. Durante varios años después, socializó con un círculo de amigos: jóvenes bohemios, un grupo heterogéneo de artistas y socialistas. Su intento de regresar a la vida clerical en 1839, ingresando en un monasterio dominico, no prosperó debido a conflictos, y buscaba desesperadamente una nueva perspectiva. Sintió esperanza cuando le ofrecieron un puesto de profesor en Juilly, pero solo le permitieron realizar los trabajos más bajos y fue maltratado. Sintió desesperación y durante ese tiempo escribió en secreto la infame Bible de la liberté [Biblia de la libertad] que se publicó el 13 de febrero de 1841. Fue confiscada una hora después de su publicación, pero solo después de que numerosas copias se distribuyeran con éxito. Fue arrestado en abril de 1841 y condenado a 8 meses de prisión el 11 de mayo después de no mostrar remordimiento. El juicio lo hizo instantáneamente famoso dentro y fuera del país. La Bible de la liberté fue la primera de muchas publicaciones con las que Constant se distinguió en la década de 1840 como uno de los representantes más sensacionales del socialismo revolucionario cristiano. Su modelo a seguir fue el sacerdote Félicité de Lamennais, el fundador del llamado neocatolicismo.[7] Los jóvenes y entusiastas neocatólicos buscaban reconciliar el catolicismo con la sociedad posrevolucionaria, estableciendo un catolicismo liberal, progresista y social que buscaba interactuar activamente con los discursos filosóficos, políticos y científicos contemporáneos. Los neocatólicos lograron un gran avance público en 1830 con su revista «L'Avenir». Sin embargo, el movimiento fue reprimido rápida y violentamente poco después.[8]
Su vida personal también estuvo marcada por decepciones. Sedujo a una subdirectora, quien le dio un hijo ilegítimo. Esta fue la única vez en su vida, generalmente dedicada al utopismo social y la absorción mística, en que Constant cometió una fechoría: abandonó a la maestra y se enamoró perdidamente de su alumna, Noémi Cadiot. En 1846, a los treinta y seis años, Constant se casó con la joven de diecisiete años. Ella se presentó en su apartamento un día para quedarse, Constant no le pidió que se fuera y el padre de Noémi exigió el matrimonio.[9] Fue un matrimonio desastroso. Tuvieron una hija que murió en la infancia, y poco después de su muerte, Noémi lo abandonó. Pero los tratados radicales continuaron apareciendo, estimulados por la Revolución de 1848.[10][11]Debido a la publicación de un panfleto violentamente revolucionario, «La voix de la famine», fue encarcelado nuevamente en 1847. Tras la Revolución de Febrero, presidió el «Club de la Montagne», descrito por sus contemporáneos como uno de los clubes más radicales. En esa época, Constant publicó su «Testament de la liberté» (1848), que posteriormente se malinterpretó como el fin de sus ambiciones políticas, pero que en realidad era un escrito eufórico sobre el comienzo de un nuevo mundo regenerado y la emancipación del pueblo. Los años entre 1848 y 1855 marcaron para él, como para muchos otros socialistas, un período de gran incertidumbre. Tras haber compartido inicialmente el entusiasmo por Luis Napoleón, se volvió contra el represivo emperador con una canción muy polémica que lo llevó a su tercer encarcelamiento político en 1855. Como resultado, mantuvo un perfil bajo en los años posteriores, aunque sin abandonar su postura política.[12]
En 1851 publicó un sustancial y totalmente ortodoxo Dictionaiare de Litterérature Chrétienne. Sería su última obra verdaderamente ortodoxa, ya fuera religiosa, política o esotérica, ya que el rumbo de su vida cambió drásticamente por dos acontecimientos completamente diferentes.
En 1852, Constant conoció al metafísico y excéntrico polaco Hoëné Wronski (1778-1853) y se sintió profundamente influenciado e inspirado por su doctrina del mesianismo, nombre que dio a su síntesis de filosofía, religión, ciencia y política: una extraña amalgama de filosofía esotérica, utopismo y religión revelada.[13] La influencia de Wronski tuvo como efecto reconciliar varios elementos opuestos en el pensamiento de Constant. Hasta entonces, su ferviente cristiano interior había entrado en conflicto con el socialismo, el racionalismo con el místico. [14]
Doce meses después de su encuentro, Wronski falleció y la esposa de Constant lo abandonó. Constant había colaborado con un periódico de izquierdas, la «Revue progressive», propiedad del marqués de Montferrier, y su esposa Noémi pronto se convirtió en la amante del marqués. Inmerso en sus estudios cabalísticos, Constant no se percató de lo que ocurría hasta que fue demasiado tarde. Para escapar del dolor de su traición, se sumergió en la escritura, y con el tiempo apareció el «Dogme». Llevaba el nombre que usaría durante el resto de su vida: «Éliphas Lévi».[15] Algunos estudiosos interpretan estos acontecimientos como el momento en que el abad Constant «murió», para ser sucedido por esta nueva identidad.[16] [17] Otro autor señala que sus ambiciones políticas habían fracasado y que observar con impotencia cómo la revolución se hundía y cedía ante las maquinaciones y ambiciones de Luisa Napoleón contribuyó a su crisis y transformación. [18] Se ha argumentado recientemente que sería engañoso asumir que el socialista Constant había dejado de existir cuando el mago Eliphas Lévi entró en escena y que su ocultismo debería considerarse una de las formas más notables en que sus primeras ideas socialistas se transformaron después de 1848, y que dichas ideas continúan moldeando el panorama religioso de Europa hasta nuestros días. [19]
Éliphas Lévi
Como Éliphas Lévi —supuestamente el equivalente hebreo de su nombre de nacimiento, [20]—, Constant se convirtió en uno de los autores esotéricos más influyentes, escribiendo y publicando una notable serie de obras mágicas que cimentaron su fama y la mantienen hasta el día de hoy. [21][22] [23]

Sus libros más famosos, Dogma y ritual de la alta magia (1854-1856), Historia de la magia (1860) y La clave de los misterios (1861), se consideran las obras fundacionales del ocultismo. Estas tres obras contienen sus ideas más originales e influyentes: la aplicación del alfabeto hebreo a los arcanos del Tarot y su ubicación en el Árbol de la Vida cabalístico; la doctrina de la Luz Astral y el renacimiento efectivo de la Cábala cristiana. También contienen una serie de contradicciones exasperantes, resultado del intento de Lévi de equilibrar su filosofía ocultista con su continua devoción a la Iglesia Católica. [24]
En 1855 fundó, en colaboración con Charles Fauverty y Charles Lemmonier, una revista mensual llamada La revue philosophique et religieuse, a la que contribuyó con poesía y artículos sobre la Cábala. Esta publicación duró solo tres años, pero contribuyó a difundir su reputación junto con sus primeros libros. [25]Los últimos años de la década de 1850 fueron una época feliz para Lévi. Ya era un ocultista consolidado, gozaba del afecto y la estima de un animado círculo de amigos y se le podía ver en reuniones por todo París. A lo largo de los años, también viajó numerosas veces a Londres, donde también hizo amigos. [26] Durante una de sus visitas a Londres, tuvo lugar su famosa invocación al fantasma de Apolonio de Tiana, uno de los magos más grandes de la antigüedad. El relato de Lévi parece sacado de una novela de suspenso sobrenatural. La ceremonia, encargada por una misteriosa mujer vestida de negro, tardó tres semanas en prepararse y se describe en su «Ritual de la alta magia» (1856).[27]
En 1861 se convirtió en masón, pero abandonó la sociedad años después. [28]
La fama de Lévi como maestro de los misterios ocultos le atrajo a numerosos estudiantes entusiastas y solidarios. Una de ellas fue la Sra. Hutchinson, esposa del cónsul inglés en París, quien escribió:
“Éliphas Lévi es el único hombre que he conocido que ha alcanzado un estado de profunda paz. Su buen humor era indestructible, su alegría y vivacidad inagotables. Su ingenio brillante, rabelesiano, profundo para quienes entendían el sentido filosófico de sus palabras, agradaba igualmente a la gente más humilde que solo veía en ellas chistes divertidos y sucumbía al encanto de este hombre amable. Cualesquiera que fueran las facultades de las almas que se acercaban a la suya, se ponía a su alcance, elevándolas al máximo sin engañarse sobre el grado al que podían llegar. Hablando mucho, sin aventurar ni una sola palabra indiscreta, mostraba a la vez una franqueza total y una extrema reserva; su conciencia era un santuario sacerdotal.”[29]
En una de sus cartas a su alumno, el barón de Spédalierie, Lévi describió las reglas que rigen su vida durante esos años:
Busco mantener una gran calma mental y limpieza corporal, un apartamento bien ventilado y seco, con temperatura uniforme, aunque más frío que cálido, un apartamento sin nada fuera de lugar y en el que nada evoque las necesidades más básicas de la vida. Me avergonzaría tanto de encontrar un lavabo a la vista como de salir a la calle sin pantalones. Como comidas moderadas, que satisfacen mi apetito sin excitarlo. Mi alimentación es sencilla y sustanciosa. Salgo del trabajo antes de cansarme demasiado; hago ejercicio moderado y saludable. Tengo especial cuidado de no sobreexcitarme ni fatigarme demasiado por la noche, para que la mayor calma preceda al sueño. Viviendo así, uno puede percatarse de cualquier enfermedad incipiente mientras aún puede tratarse con los remedios más frívolos... La paciencia y el buen humor harán el resto... Todos son buenos conmigo. Cuando paso, los niños me sonríen. Mi pequeña celda solo ve las caras más amables. Todo respira una atmósfera de profunda paz... La tierra sería un Edén para mí si mis hermanos no estuvieran sufriendo en ella.[30]
Los Últimos Años
Para 1861, Lévi había entrado en la fase final de su vida, la de la enseñanza. Era conocido y respetado como ocultista y mago tanto en Francia como en Inglaterra, y comenzó a conseguir discípulos en ambos países. Entre ellos se encontraban Kenneth MacKenzie y Frederic Hickley en Inglaterra; y el barón Spedalieri, Constantin Branicki, Jean-Baptiste Pitois, Jacques Charrot y la teósofa Mary Gebhard.[31] A todos ellos les impartió instrucción libremente, describiendo su método en una carta a Spedalieri:
“En cuanto a nuestras lecciones —no tengo un curso manuscrito—, doy a mis discípulos, según la necesidad de sus mentes, lo que el espíritu me da por ellos. No exijo nada ni les niego nada a cambio. Es una comunión y un intercambio de pan: espiritual por corporal. Pero las necesidades del cuerpo me importan tan poco que las generosas donaciones de mis hijos y hermanos ricos sirven principalmente para satisfacer la primera y mayor necesidad de mi alma y de todas nuestras almas: la caridad”. [32]

La guerra franco-prusiana de 1870 y la humillante derrota de Francia fueron un duro golpe para Éliphas Lévi, quien veía a Francia como la futura salvadora de la civilización. Al final de la guerra, Lévi carecía de recursos y fue salvado de la inanición por Mary Gebhard, quien lo invitó a alojarse con ella en su casa en Alemania, donde permaneció unos dos meses durante el verano de 1871. Los periodos de enfermedad de Lévi eran cada vez más frecuentes, pero entre tanto, seguía manteniendo el contacto con sus seguidores y escribiendo. Agradecía la continua devoción de sus discípulos más cercanos. También recibió elogios del mundo literario.
A medida que avanzaba el año 1875, su estado empeoró constantemente. También desarrolló hidropesía y la gangrena comenzó a atacar sus pies. Lévi afrontó sus últimos días de agonía con valentía y conservó sus facultades mentales hasta el último momento. Sus amigos lo acompañaron constantemente. Falleció el 31 de mayo y el funeral se celebró dos días después. [33]
Se le predijo el año de su muerte. Un curioso personaje llamado Juliano Capella, a quien conoció solo una vez, le dijo que su vida estaba “regulada por la inexorable ley de los números”, que era “un hombre del pentagrama”, que “los años marcados por el número cinco son siempre fatídicos” para él y que moriría en 1875. [34]
Luz Astral
Los magos anteriores a Éliphas Lévi ya habían explicado en principio cómo funciona la magia, ilustrándola mediante una analogía que conecta el cielo y la tierra. Lévi nunca cuestionó el antiguo principio hermético «Como es arriba es abajo» ni otras teorías. Sin embargo, conceptualizó estas teorías utilizando la terminología de su época. Propagó un nuevo término que, en su opinión, describía mejor el medio mágico: la Luz Astral. La define como una fuerza que impregna todo el universo y puede aprovecharse para la magia.
Admitió sin reservas que otros antes que él habían descubierto esta fuerza, pero le dieron un nombre diferente. Según Lévi, la luz astral es idéntica a la «Fuerza Ódica» llamada «Od», descubierta por el barón alemán Carl von Reichenbach en 1854. Con el magnetismo animal, también conocido como mesmerismo, una fuerza natural invisible descubierta por el médico alemán Franz Anton Mesmer y el azoth, alcanzado por Paracelso. El azoth es análogo a la luz de la naturaleza o mente de Dios, la fuerza vital universal, y se creía que era el agente esencial de transformación en la alquimia.
Si se sustituyera el término «el espíritu del mundo» del capítulo 14 del primer libro de Heinrich Cornelius Agrippa (erudito alemán), «Magia Natural», por «luz astral», el pasaje respectivo se encontraría textualmente en los escritos de Lévi. Tanto Agrippa como Lévi hablan de un medio que lo impregna todo y conecta el alma con el cuerpo. Solo que la luz astral de Lévi ocupa más espacio. La luz astral, que se derrama en el momento de la concepción, se adapta al alma al contacto y representa su primera envoltura, incluso antes de que se desarrolle el cuerpo físico. La luz astral también explica la influencia de los planetas al nacer, ya que transmite su influencia en este momento crucial. Por lo tanto, si se desea influir en el cuerpo, la mejor manera de hacerlo es con la ayuda de la luz astral. Si la forma del cuerpo astral cambiara, el cuerpo físico lo haría automáticamente, de acuerdo con el único dogma conocido por la magia: lo visible es la manifestación de lo invisible.
Lévi asoció, en referencia a Paracelso, la luz astral que nos rodea con la existencia del hombre justo después de la muerte. El alma inmortal asciende al morir y el cuerpo astral continúa viviendo un poco más en la esfera astral, donde cada uno encuentra su propio paraíso o infierno. Quienes se dejaron guiar toda su vida por los instintos inferiores experimentarán un miedo insoportable a la muerte; los demás se moverán como peces en el agua: ya habían podido controlar la luz astral durante su vida. [35]
En el Dogma, Éliphas Lévi describe la luz astral como una fuerza ciega, amoral y universal que lo arrasa todo en una búsqueda perpetua e incesante del equilibrio. Escribió que los antiguos conocían esta fuerza: que consiste en un agente universal cuya ley suprema es el equilibrio y cuya dirección está directamente relacionada con el gran arcano de la magia trascendental. Mediante el uso de este agente se puede alterar el orden mismo de las estaciones, producir el fenómeno del día en plena noche, entrar instantáneamente en contacto con los confines de la tierra, ver acontecimientos al otro lado del mundo..., sanar o atacar a distancia. Este agente... no es otra cosa que la materia prima de la gran obra de los adeptos medievales. Escribe además que la luz astral puede usarse para bien o para mal y es una especie de registro universal que registra todos nuestros deseos, intenciones y actos. También es una especie de electrolito físico que permite que las influencias de una fuente psíquica actúen sobre otra. [36]
Éliphas Lévi y la Teosofía

La influencia de Éliphas Lévi sobre Helena Petrovna Blavatsky fue significativa. Su obra Isis sin Velo le debe mucho a las ideas de Lévi sobre la Cábala, y especialmente con su noción de la omnipresente Luz Astral. [37] Los maestros Morya y Koot Hoomi mencionaron con frecuencia sus escritos e indicaron que contenían un gran valor si se tenía la clave correcta para su comprensión. [38]
En sus escritos, H.P.B. menciona con frecuencia el nombre de Levi. [39]
Opinaba que Éliphas Lévi «era sin duda un gran ocultista». [40] y se refirió a él cuando escribió sobre la luz astral [41] Cuando su artículo sobre la “Muerte” se publicó en El Teósofo, iba acompañado de una nota que decía:
El difunto Éliphas Lévi fue el cabalista y ocultista más erudito de nuestra época, y todo lo que sale de su pluma es valioso para nosotros, ya que nos ayuda a comparar nuestras observaciones con las doctrinas ocultistas orientales y, por la luz que arroja sobre ambas, a demostrar al mundo que ambos sistemas... son uno en sus principales principios metafísicos.[42]
Aunque lo citaba y lo elogiaba con frecuencia, también lo criticaba. Al leer sus artículos, descubrimos que consideraba su lenguaje «demasiado retórico y rapsódico como para ser suficientemente claro para el principiante» en relación con algunos de los manuscritos inéditos que había leído. [43]; que su «enseñanza no abarca la cosmogonía oculta, sino que trata simplemente de la geología oculta y la formación de nuestra partícula cósmica». [44]; que tenía una opinión diferente cuando se trataba de ciertos aspectos de sus declaraciones sobre la Cábala[45]; y que enfatizó que “la filosofía que Éliphas Lévi presenta como cabalística es simplemente catolicismo romano místico adaptado a la Cábala cristiana”.[46]
En uno de sus artículos, señaló que «murió, como sus famosos predecesores en las artes ocultas, Cornelio Agripa y Paracelso, en la pobreza»[47] y declaró: «Si bien no compartimos personalmente todas sus opiniones, sí coincidimos con el veredicto del mundo literario de que Éliphas Lévi fue uno de los escritores más inteligentes, eruditos e interesantes». En otro artículo, explica que «aunque personalmente estamos lejos de estar de acuerdo con todas sus opiniones —pues, habiendo sido sacerdote, Éliphas Lévi nunca pudo librarse hasta el último día de cierto sesgo teológico— estamos dispuestos a escuchar siempre con respeto las enseñanzas de un cabalista tan erudito». [48]
Una de sus devotas alumnas, la teósofa Mary Gebhard, quien lo conoció cuando vivía en París y lo ayudó al final de su vida, cuando atravesaba dificultades económicas, escribió:
- ↑ Julian Strube, La religión socialista y el surgimiento del ocultismo: un enfoque genealógico del socialismo y la secularización en la Francia del siglo XIX. Consultado el 11/12/2018.
- ↑ R.A. Gilbert Bristol, R. Prefacio a «El Gran Secreto del Ocultismo Desvelado» de Éliphas Lévi. Weiser Books, a la venta por Amazon Digital Services LLC. 2000.
- ↑ Williams, A. Thomas. Eliphas Levi: Maestro del Ocultismo (University of Alabama Press, 1975), 8.
- ↑ "Cartas inéditas de Éliphas Levi" Lucifer v14 (marzo de 1894), 51.
- ↑ Julian Strube, Sozialismus, Katholizismus und Okkultismus im Frankreich des 19. Jahrhundert: Die Genealogie der Schriften von Eliphas Lévi. Walter de Gruyter GmbH & Co., 2016. Capítulo 1.1.1. – Edición Kindle.
- ↑ A. Thomas Williams, Eliphas Levi: Maestro del Ocultismo (University of Alabama Press, 1975), 13. Christopher McIntosh, Eliphas Lévi y el Renacimiento Ocultista Francés (Londres: Rider and Company, 1972), 82.
- ↑ Julian Strube, Sozialismus, Katholizismus und Okkultismus im Frankreich des 19. Jahrhundert: Die Genealogie der Schriften von Eliphas Lévi. Walter de Gruyter Gmbh & Co., 2016. Capítulo 1.1.1. – Edición Kindle.
- ↑ Julian Strube, «La religión socialista y el surgimiento del ocultismo: una aproximación genealógica al socialismo y la secularización en la Francia del siglo XIX». De [TandFOnline. Consultado el 11/12/2018.
- ↑ Williams, A. Thomas. Eliphas Levi: Maestro del Ocultismo. The University of Alabama Press, 1975. Página 63
- ↑ Bristol, R.A. Gilbert. En el prefacio de «El Gran Secreto del Ocultismo Desvelado» de Éliphas Lévi. Weiser Books, vendido por Amazon Digital Services LLC. 2000.
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- ↑ Julian Strube, «La religión socialista y el surgimiento del ocultismo: una aproximación genealógica al socialismo y la secularización en la Francia del siglo XIX». De TandFOnline. Consultado el 11/12/2018..
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- ↑ Strube, Julian. La religión socialista y el surgimiento del ocultismo: una aproximación genealógica al socialismo y la secularización en la Francia del siglo XIX. De TandFOnline. https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/0048721X.2016.1146926?scroll=top&needAccess=true. Consultado el 21/11/2019.
- ↑ Lachman, Gary. A los revolucionarios del alma en todas partes, Quest Books, Wheaton, Illinois, 2014, página 45
- ↑ Strube, Julian (2016), Sozialismus, Katholizismus und Okkultismus im Frankreich des 19. Jahrhundert: Die Genealogie der Schriften von Eliphas Lévi. Walter de Gruyter GmbH & Co. Capítulo 1.1.1. – Edición Kindle
- ↑ Bristol, R.A. Gilbert, Prefacio.
- ↑ Lachman, 47.
- ↑ Bristol, R.A. Gilbert, Prefacio.
- ↑ McIntosh, 105.
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- ↑ Williams, 158.
- ↑ R.A. Gilbert Bristol, en el prefacio de «El Gran Secreto del Ocultismo Desvelado» de Eliphas Lévi. Weiser Books, a la venta por Amazon Digital Services LLC. 2000.
- ↑ Cartas inéditas de Éliphas Levi (1) de Lucifer 1887-1897. Londres, HP Blavatsky. Año 1894, vol. 14, marzo, página 54. De IAPSOP.
- ↑ McIntosh, 136-139.
- ↑ Lachman, 52.
- ↑ Monika Hauf, Kompendium der Magie und des Okkultismus. Leipzig, Alemania: Bohmeier Verlag, 2016, 150-151.
- ↑ Williams, 101-103.
- ↑ Bristol.
- ↑ George E. Linton y Virginia Hanson, eds., «Readers Guide to The Mahatma Letters to A. P. Sinnett» (Adyar, Chennai, India: Theosophical Publishing House, 1972), 237-238.
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- ↑ The Theosophist, Vol. II, N.° 10, julio de 1881, p. 211
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