Fenómeno

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Los fenómenos es el plural de la palabra Griega fenómeno (φαινόμενoν), y se refiere a cualquier acontecimiento que sea observable. El término entró en su uso moderno filosófico a través de Immanuel Kant, quien lo contrastó con Noúmeno, la “cosa-en-sí misma” que no es directamente accesible a la observación. En la literatura Teosófica la palabra es a menudo aplicada con el significado de “apariciones” o “ilusión”, en un sentido similar al Hindu concepto de maya. Un segundo uso está relacionado a las manifestaciones psíquicas y ocultas que, aunque consideradas como “milagros” por las masas, son en realidad “manifestaciones de ley natural” [1]. HP Blavatsky califica los diferentes tipos con diversos adjetivos tales como “físico”, “psíquico”, “mental”, “oculto”, y “espiritual”.

Paul Zwollo sosteniendo una taza de té precipitada en Adyar. Además en el mueble hay fenómenos producidos.tetera y el retrato de Stainton Moses y Yogi Tiravalla.

Occult phenomena

El Maestro K.H. escribió:

Todos los “fenómenos” son sólo manifestaciones de ley natural, para tratar de comprender cuál es el deber de cada ser inteligente.[2]

Estos tipos de fenómenos son producidos a través del poder de la voluntad del ocultista:

Las manifestaciones ocultas son producidas por la voluntad del Ocultista, que uno o un ciento de hombres debería ver realidades, generalmente secretas al profano, ejemplo dado, ciertas cosas y personas miles de millas lejos, cuyas imágenes astrales son traídas dentro de la visión de la audiencia.[3]

Producción

Madame Blavatsky produjo un número de fenómenos-atribuyéndose raramente el mérito de ellos, sino usándolos para probar los poderes de los Maestros de Sabiduría. Esto generó problemas finalmente, como el Maestro K.H. describió al Señor Sinnett en una de sus cartas:

Sepa entonces, que si ella alguna vez se culpó de real engaño deliberado, por causa de ese “celo”, fue cuando en la presencia de los fenómenos producidos, ella se mantuvo constantemente negando-excepto en materia de tales insignificancias como campanas y golpes –que ella no tenía nada que ver con sus producciones personalmente. Desde vuestro “punto de vista Europeo” es una decepción absoluta, una gran estruendosa mentira; desde nuestro punto de vista Asiático, sin embargo, un imprudente celo culpable, una falsa exageración, o lo que un Yanqui llamaría “un gallito-ardiente” pensado para el beneficio de los “Hermanos”,- Sin embargo además, si nosotros miramos en el motivo-una sublime auto-negación, noble y meritorio-no deshonesto-celo. Sí; en eso, y sólo en eso, ella fue constantemente culpable de engañar a sus amigos. Ella nunca pudo darse cuenta de la total inutilidad, el peligro de tal celo; y cuan errada estuvo en sus nociones de que ella estaba aumentando nuestra gloria, considerando que, al atribuir a nosotros fenómenos muy a menudo de la más pueril naturaleza, ella sólo nos bajaba en la estimación pública y sancionó la afirmación de sus enemigos que ella era “sólo una médium”! Sin embargo no sirvió. De conformidad con nuestras reglas, M no permitió prohibirle tal proceder, en tantas palabras. Ella tenía que ser dejada en completa y entera libertad de acción, la libertad de crear causas que llegara a ser en el debido curso del tiempo su flagelo, su ridículo público. Él pudo a lo más prohibirle producir fenómenos, y en esta última medida extrema el recurrió tan a menudo como pudo, al gran desagrado de sus amigos y teósofos. […] La frase estereotipada: “No soy yo; Yo no puedo hacer nada por mí misma. . . Son ellos – los Hermanos. . . . Yo soy su humilde y devota esclava e instrumento” es una clara mentirilla. Ella puede y produjo fenómenos, por causa de sus poderes naturales combinados con los muchos largos años de entrenamiento regular y sus fenómenos son algunas veces mejores, más hermosos y lejos mucho más perfectos que esos de algunos elevados, chelas iniciados, a quienes ella aventajó en gusto artístico y apreciación puramente occidental del arte. . . Así, mientras engendran sobre nosotros toda clase de fenómenos insensatos, a menudo torpes y sospechosos ella ha estado más innegablemente ayudándonos en muchas instancias; ahorrándonos algunas veces tanto como dos tercios del poder usado, y cuando protestado-porque a menudo nosotros somos incapaces de impedirle de hacerlo en su extremo de la línea- respondiendo que ella no tenía necesidad de ello, y que su único placer era ser útil a nosotros. Y así se mantuvo matándose pulgada por pulgada, lista para dar-para nuestro beneficio y gloria, como ella pensaba-su vida – sangre gota a gota, y aun invariablemente negando ante testigos que ella no tenía nada que ver con eso. ¿Llamaría usted a esto sublime, aunque auto-abnegación insensata-“deshonesta”? Nosotros no; tampoco consentiremos considerarlo en tal luz.[4]

Fenómenos físicos

Muchos de los fenómenos físicos estuvieron relacionados a apariciones espiritistas tales como golpes, materializaciones, etc.:

Como regla, los fenómenos físicos son producidos por espíritus-naturales, de su propio movimiento y para complacer su propia fantasía, espíritus humanos desencarnados muy quietos, bajo circunstancias excepcionales, tales como la aspiración de un corazón puro o el acontecimiento de alguna grata emergencia, puede manifestar su presencia por cualquiera de los fenómenos salvo materialización personal.[5]

Fenómenos psíquicos

Sin embargo, a la vez que es nuestra firme creencia que la mayoría de las manifestaciones físicas, es decir, aquellas que no necesitan ni muestran inteligencia ni gran discriminación, son producidos mecánicamente por el scinlecca (doble) del médium, cuando una persona en sueño sonoro, al parecer despierta hace cosas de las que ella no retendrá el recuerdo. Los fenómenos puramente subjetivos son sino en una muy pequeña proporción de casos debido a la acción del cuerpo astral personal. Ellos son mayormente, y de acuerdo con la pureza moral, intelectua, y física del médium, el trabajo o del elemental, o algunas veces espíritus humanos muy puros. Los elementales nada tienen que ver con las manifestaciones subjetivas. En raros casos es el espíritu divino del médium mismo que guía y los produce.[6]


Consecuencias de su producción

La producción de fenómeno no es sin un precio. Este involucra el uso de elementales, alterando el balance natural, y necesitando el uso de una importante cantidad de energía.

La producción de fenómeno no es posible sin la ayuda o perturbación de los elementales. Cada fenómeno ocasiona el consumo de gran fuerza, y también trae consigo la correspondiente gran perturbación en el mundo elemental, tal disturbio es más allá del límite natural a la vida humana ordinaria. Entonces le sigue, tan pronto como el fenómeno está completo, la perturbación ocasionada comienza por ser compensada. Los elementales están en movimiento muy excitados, y ellos mismos se precipitan en varias direcciones. Ellos no son capaces de afectar a aquellos que están protegidos. Sin embargo ellos son capaces, o es bastante posible para ellos, entrar en la atmosfera de aquellas personas que no están protegidas, y especialmente aquellas personas que están comprometidas en el estudio del ocultismo. Y entonces ellos se convierten en agentes en la concentración del karma de aquellas personas, produciendo problemas y desastres a menudo, u otras dificultades que de otro modo habrían sido extendidas a través de un periodo de tiempo para no ser contadas más que como vicisitudes de la vida. Esto explicará el significado de la declaración de que un Adepto no hará un fenómeno a menos que el vea el deseo en la mente de otro Adepto o estudiante menos o más elevado; para entonces hay una simpática relación establecida, y también una aceptación tácita de las consecuencias que puedan seguir. Esto también ayudará a entender la peculiar renuencia a menudo de algunas personas, que pueden ejecutar fenómeno, producirlos en casos en donde podemos pensar que su producción sería beneficiosa; y también por qué estos nunca son hechos para maquinar fines mundanos, como es natural para la gente mundana suponer que deberían ser hechos,-tales como procurar dinero, transferir objetos, influenciar mentes, y todo lo demás.[7]

Actitud de los Maestros

The display of phenomena was reluctantly allowed by the Masters. One of them wrote to Mr. Sinnett that the production of "real, genuine phenomena" had brought them "well nigh into the Chohan's disgrace".[8] In spite of the Masters' reticence and the negative effects their production had on her health, Mme. Blavatsky insisted that this was promoting the cause of the Masters. As Mahatma K.H. wrote in one of his letters:

And thus she kept on killing herself inch by inch, ready to give — for our benefit and glory, as she thought — her life-blood drop by drop.[9]

Attitude of the Masters

Although some of the Masters of Wisdom helped in the production of phenomena, they were not in favor of them. Master K.H. wrote to A. P. Sinnett:

I cannot control a feeling of repugnance to going into particulars about this, that, and the other phenomenon that may have occurred. They are the playthings of the tyro and if we sometimes have gratified the craving for them (as in Mr. Olcott's and in a lesser degree your own case at the beginning, since we knew what good spiritual growth would come of it) we do not feel called upon to be continually explaining away deceptive appearances, due to mixed carelessness and credulity, or blind skepticism, as the case may be.[10]

Phenomena produced by H. P. Blavatsky

These are some examples of phenomena:

  1. Vicente Hao Chin, Jr., Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett en secuencia cronológica Appendix I (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 476.
  2. Vicente Hao Chin, Jr., The Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence Appendix I (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 476.
  3. Helena Petrovna Blavatsky, Collected Writings vol. X (Adyar, Madras: Theosophical Publishing House, 1964), 132.
  4. Vicente Hao Chin, Jr., Cartas de los Maestros a A.P. Sinnett en secuencia cronológica No. 92 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 295-296.
  5. Helena Petrovna Blavatsky, Isis Sin Velo vol. I, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1972), 320-321
  6. Helena Petrovna Blavatsky, Isis Sin Velo vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1972), 597.
  7. Helena Petrovna Blavatsky, Collected Writings vol. IX (Adyar, Madras: Theosophical Publishing House, 1974), 111-112.
  8. Vicente Hao Chin, Jr., The Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence No. 75 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 232.
  9. Vicente Hao Chin, Jr., The Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence No. 92 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 296.
  10. Vicente Hao Chin, Jr., The Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence No. 103b (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 352.