Año Nuevo
Año Nuevo es el momento en que un nuevo año calendario comienza. En el calendario Gregoriano (el que se usa hoy en todo el mundo) cae el 1 de Enero. El mes de Enero ("Ianuarius" o "Januarius") fue el primero del año en el calendario Romano desde el Rey Numa Pompilius cerca de 700 AC. Se piensa convencionalmente que Ianuarius tomó su nombre de Janus, el dios-de dos caras del comienzo, aberturas, pasajes, puertas y portales, pero según los antiguos almanaques de los granjeros romanos, Juno era la deidad tutelar del mes.[1] Durante la Edad Media bajo la influencia de la Iglesia Cristiana, muchos países cambiaron el comienzo del año a una de las varias fiestas Cristianas importantes. Entre el 1500 al 1700 el 1 de Enero se convirtió en el comienzo oficial del año en la mayoría de los países Europeos.[2]
En la visión Teosófica, la época del año nuevo coincide con una estación en la que las energías sutiles de la Tierra comienzan a fortalecerse a fines de diciembre, luego del Solsticio de Invierno.
Descripción General
El Año Nuevo es visto tradicionalmente como un nuevo comienzo. Las diferentes culturas y religiones tienen ceremonias especiales para celebrar el paso del ciclo viejo al nuevo. Entre las costumbres tradicionales para esta transición es revisar los desarrollos que tuvieron lugar en el año que está terminando. H. P. Blavatsky apoyó esta actitud, aunque advirtió acerca del peligro de vivir excesivamente en el pasado. El objetivo de esta revisión es aprender las lecciones que podemos extraer de las acciones pasadas para luego volver la cara hacia el año que se avecina:
Déjalo ir [el año viejo], con sus alegrías y triunfos, su maldad y amargura, si deja para nuestra instrucción el recuerdo de nuestra experiencia y la lección de nuestros errores. Inteligentes es el que deja" Sabio es aquel que deja que "el Pasado muerto entierre a sus muertos", y se vuelve con coraje para cumplir con los deberes más frescos del Año Nuevo; sólo los débiles y los necios lamentan lo irrevocable.[3]
Aunque el comienzo del nuevo año puede parecer solo una fecha convencional, en la visión [Teosofía|Teosófica]] los últimos días de Diciembre marcan el comienzo de una ciclo en que las energías sutiles del planeta son mas poderosas. Por lo tanto, las resoluciones hechas por el aspirante ferviente en este momento pueden encontrar fuerza adicional para su cumplimiento:
Que nadie se imagine que esto es un capricho, la atribución de importancia del nacimiento del año. La tierra pasa por sus fases definidas y el hombre con ella; y como un día puede ser coloreado también un año. La vida astral de la tierra es joven y poderosa entre Navidad y Pascua. Aquellos que formulen sus deseos ahora tendrán más fuerza para cumplirlos consistentemente.[4]
Estas energías pueden ser manipuladas por una persona debido a la presencia de los poderes de pensamiento y voluntad en él, y de acuerdo como el los usa será el resultado kármico producido. El buscador espiritual ferviente, consciente de estos hechos, es cuidadoso de no usar estas energías en una forma egoista.En cambio, el puede aprovechar este tiempo no sólo para ganar fuerza espiritual sino también para enviar bendiciones a