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<blockquote>Ahora, los cúmulos de los mundos-estelares (incluyendo nuestro propio planeta) habitado por seres inteligentes puede compararse con un orbe o más bien con un epicicloide formado por anillos como una cadena — mundos interconectados entre sí, la totalidad representando un anillo imaginario sin fin, o círculo.<ref>Vicente Hao Chin, Jr. ''Mahatma Letters to A. P. Sinnett in chronological sequence'' No. 18 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 64.</ref></blockquote> | <blockquote>Ahora, los cúmulos de los mundos-estelares (incluyendo nuestro propio planeta) habitado por seres inteligentes puede compararse con un orbe o más bien con un epicicloide formado por anillos como una cadena — mundos interconectados entre sí, la totalidad representando un anillo imaginario sin fin, o círculo.<ref>Vicente Hao Chin, Jr. ''Mahatma Letters to A. P. Sinnett in chronological sequence'' No. 18 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 64.</ref></blockquote> | ||
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<blockquote>Marte y otros cuatro planetas de los que la astronomía aún no sabe nada. No se conocen ni A, B, ni Y, Z; ni pueden ser vistos a través de medios físicos por muy perfeccionados que sean.<ref>Vicente Hao Chin, Jr. ''Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence'' No. 93B (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993),331</ref></blockquote> | <blockquote>Marte y otros cuatro planetas de los que la astronomía aún no sabe nada. No se conocen ni A, B, ni Y, Z; ni pueden ser vistos a través de medios físicos por muy perfeccionados que sean.<ref>Vicente Hao Chin, Jr. ''Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence'' No. 93B (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993),331</ref></blockquote> | ||
De esto, [[A. P. Sinnett|Mr. Sinnett]] asumió naturalmente que Marte, Mercurio, y la Tierra donde todos forman parte de la misma cadena septenaria de globos, como publicó en su [[Budismo Esotérico (libro)|''Budismo Esotérico'']]: | |||
<blockquote>Además de la tierra, que está en el punto material más bajo, hay sólo otros dos mundos de nuestra cadena que son visibles a los ojos físicos--el que esta detrás y el que esta delante de él. Estos dos mundos, como una cuestión de hecho, son Marte y Mercurio --Mars está detrás y Mercurio delante de nosotros--Marte en un estado de completo obscurecimientos en lo que respecta a la ola de vida humana, Mercurio apenas comienza a prepararse para su próximo período humano. . . . Los dos planetas de nuestra cadena que están detrás de Marte, y los dos que están delante de Mercurio, no están compuestos de un orden de materia que los telescopios puedan reconocer. Cuatro de los siete son, pues, de naturaleza etérea, que las personas que sólo pueden concebir la materia en su forma terrenal se inclinarán a llamar inmaterial. Pero en realidad no son inmateriales en absoluto.<ref>Alfred Percy Sinnett, ''Esoteric Buddhism'' (Londres: The Theosophical Publishing Hourse LTD, 1972), 136-137.</ref></blockquote> | <blockquote>Además de la tierra, que está en el punto material más bajo, hay sólo otros dos mundos de nuestra cadena que son visibles a los ojos físicos--el que esta detrás y el que esta delante de él. Estos dos mundos, como una cuestión de hecho, son Marte y Mercurio --Mars está detrás y Mercurio delante de nosotros--Marte en un estado de completo obscurecimientos en lo que respecta a la ola de vida humana, Mercurio apenas comienza a prepararse para su próximo período humano. . . . Los dos planetas de nuestra cadena que están detrás de Marte, y los dos que están delante de Mercurio, no están compuestos de un orden de materia que los telescopios puedan reconocer. Cuatro de los siete son, pues, de naturaleza etérea, que las personas que sólo pueden concebir la materia en su forma terrenal se inclinarán a llamar inmaterial. Pero en realidad no son inmateriales en absoluto.<ref>Alfred Percy Sinnett, ''Esoteric Buddhism'' (Londres: The Theosophical Publishing Hourse LTD, 1972), 136-137.</ref></blockquote> | ||
Sinnett se sintió seguro que esta interpretación de las enseñanzas fue correcta en general, ya que [[Koot Hoomi|Mahatma K.H.]] mismo le aseguró que no habían errores ''fundamentales'' en su libro, y que las enseñanzas posteriores no iban a desentonar con lo que él escribió: | |||
<blockquote>Tenga la certeza de que a pesar de algunos errores y omisiones indetectables, su ''Budismo Esotérico'' es la única exposición correcta — sin embargo incompleta — de nuestras doctrinas Ocultas.No ha cometido errores cardinales y fundamentales; y todo lo que se le de de aquí en adelante no chocara con una sola oración en su libro sino por el contrario explicará cualquier contradicción aparente.<ref>Vicente Hao Chin, Jr., ''The Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence'' No. 113 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 389.</ref></blockquote> | |||
Sin embargo, unos pocos años más tarde [[H. P. Blavatsky]] escribió en ''[[La Doctrina Secreta (libro)|La Doctrina Secreta]]'' que la noción de que Marte y Mercurio son parte de nuestra Cadena fue un "gran error": | |||
<blockquote>This was a great mistake. But the blame for it is to be attached as much to the vagueness and incompleteness of the Master’s answer as to the question of the learner itself, which was equally vague and indefinite.<br> | |||
It was asked: “What planets, of those known to ordinary science, besides Mercury, belong to our system of worlds?” Now if by “System of Worlds” our terrestrial chain or “string” was intended in the mind of the querist, instead of the “Solar System of Worlds,” as it should have been, then of course the answer was likely to be misunderstood. For the reply was: “Mars, etc., and four other planets of which astronomy knows nothing. Neither A, B, nor YZ are known nor can they be seen through physical means however perfected.” As to Mars, Mercury, and “the four other planets,” they bear a relation to Earth of which no master or high Occultist will ever speak, much less explain the nature . . . But neither Mars nor Mercury belong to our chain. They are, along with the other planets, septenary Units in the great host of “chains” of our system, and all are as visible as their upper globes are invisible.<ref>Helena Petrovna Blavatsky, ''Secret Doctrine'' vol. I, (Wheaton, Ill: Theosophical Publishing House, 1993), 163</ref></blockquote> | |||
It is not clear what relation these planets bear to Earth. | |||
=== Annie Besant's interpretation === | |||
In 1895 Annie Besant was asked about this matter. Her answer was as follows: | |||
<blockquote>The facts are these; the planetary chain consists of Globes A., B., Mars, Earth, Mercury, F., and G., and round these the great [[Life-Wave|life-wave]] has swept three and a half times, reaching Earth for the fourth time; the mass of humanity passed from Mars to the Earth, and will pass from the Earth to Mercury. But the leading class of humanity — and here is a fact that throws some light on the opposing statements — did not share in this general evolution. It came directly to the Earth from another region at a much later period in evolution, and had never been on Mars at all. Another fact, which H.P.B. evidently had in mind, when writing on this question, is that Mars is also concerned in an entirely different evolution, as to which nothing can be publicly said. It is therefore impossible to clear the matter up to the satisfaction of exoteric students, but it is just that it should be publicly stated that Mr. Sinnett's statement is entirely borne out by the original letter.<ref>Annie Besant, ''Lucifer'' Vol. XVII, No. 100 (London: Theosophical Publishing Society, December 1895), 271.</ref></blockquote> | |||
[[Annie Besant]], [[C. W. Leadbeater]] and [[C. Jinarajadasa]] continued to maintain that Mars and Mercury are part of the earth chain<ref>Annie Besant and Charles Webster Leadbeater, ''Man: Whence How and Whither A Record of Clairvoyant Investigation'' (Adyar: The Theosophical Publishing House, 1913), 4</ref> while other [[Theosophists]] such as [[W. Q. Judge]] and [[Robert Crosbie]] regarded them as the globe D of different chains. [[G. de Purucker]] also maintained this position, although he introduced five more globes to the planetary chains, thus making them consist of 12 globes. | |||
Revisión del 14:20 1 feb 2023
Una Cadena Planetaria es un grupo de siete "globos", "esferas", o "planetas" unidas entre sí en un sólo esquema de evolución. Según Mme. Blavatsky "hay siete [cadenas] en nuestro sistema."[1]
Cadenas Planetarias
El concepto Cadenas Planetarias fue publicada primero en 1883 por Alfred Percy Sinnett en su libro Budismo Esotérico. El escribió:
La vida y los procesos evolutivos de este planeta . . . están unidos con la vida y los procesos evolutivos de muchos otros planetas . . . . Un globo no le proporciona a la Naturaleza campo para los procesos por los cuales la humanidad ha sido evocada del caos, pero estos procesos no requieren más que un número limitado y definido de globos. Separados como están, con respecto a la materia mecánica densa de la que consisten, están estrecha e íntimamente ligados entre sí por corrientes y fuerzas sutiles, cuya existencia la razón no necesita preocuparse mucho en admitir, ya que la existencia de alguna conexión -de fuerza o de medios etéreos- que une a todos los cuerpos celestes visibles, se prueba por el mero hecho de que son visibles. Es a lo largo de estas corrientes sutiles que los elementos de la vida pasan de un mundo a otro.[2]
La "cadena planetaria" está compuesta de siete globos esa puede ser representada como una configuración circular. En las palabras de Mahatma K. H.:
Ahora, los cúmulos de los mundos-estelares (incluyendo nuestro propio planeta) habitado por seres inteligentes puede compararse con un orbe o más bien con un epicicloide formado por anillos como una cadena — mundos interconectados entre sí, la totalidad representando un anillo imaginario sin fin, o círculo.[3]
Estos globos no están en el mismo plano de percepción. H. P. Blavatsky explica:
La única LEY eterna despliega todo en la (a ser) Naturaleza manifestada sobre un principio séptuple; entre los demás, las innumerables cadenas circulares de mundos, compuestas de siete globos, graduadas en los cuatro planos inferiores del mundo de formación (los otros tres pertenecientes al Universo Arquetípico). De estos siete, sólo uno, el más bajo y más material de esos globos, está dentro de nuestro plano o medio de percepción, los otros seis están fuera de él y son, por lo tanto, invisibles al ojo terrestre. Cada una de esas cadenas de mundos es la progenie y la creación de otra cadena más baja y muerta: su reencarnación, por así decirlo.[4]
Se verá que el cuarto miembro de una serie ocupa una posición única. A diferencia de los demás, el Cuarto Globo no tiene “hermana” en el mismo plano que ella misma, y por lo tanto forma el punto de apoyo del “equilibrio” representado por toda la cadena. Es la esfera de los ajustes evolutivos finales, el mundo de los equilibrios kármicos, el Salón de la Justicia, donde se alcanza el equilibrio que determina el curso futuro de la Mónada durante el resto de sus encarnaciones en el ciclo.[5]
En la literatura Theosófica los globos más elevados en los [[arcos descendentes y ascendentes respectivamente se denominan A y G (o Z). Los globos en el siguiente plano más bajo son B y F, el siguiente par son denominados C y E, y el más bajo de todos es el globo D.Aunque el Sr. Sinnett publicó que los globos C y E también eran físicos, Blavatsky rechazó este punto de vista y dijo que solo la Tierra era el globo físico de la cadena (ver más abajo [[Cadena planetaria#Controversia sobre Marte y Mercurio|Controversia sobre Marte y Mercurio] ]).
Estos globos no están en el mismo plano de percepción. H. P. Blavatsky explica:
Cadena Planetaria y el Arbol de Vida
En La Doctrina Secreta Mme. Blavatsky comparó la enseñanzas de la Teosófica acerca de los diferentes globos con los sephiroth que forma el Arbol de Vida:
El siguiente diagrama comparativo muestra la identidad entre los dos sistemas, el Kabalistico y la Oriental, los tres planos superiores de conciencia, revelados y explicados en ambas escuelas sólo a los Iniciados, los inferiores representan los cuatro planos inferiores, siendo el inferior nuestro plano, o el Universo visible.
Estos siete planos corresponden a los siete estados de conciencia en el hombre.[6]
Nuestro Globo, como se enseñó desde el principio, está en la parte inferior del arco de descenso, donde la materia de nuestras percepciones se exhibe en su forma más burda. . . . . . . Por lo tanto, es lógico que los globos que ensombrecen nuestra Tierra deben estar en planos diferentes y superiores. En resumen, como Globos, están en CO-ADUNICIÓN pero no EN CONSUSTANCIALIDAD CON NUESTRA TIERRA y por lo tanto pertenecen a otro estado de conciencia.[7]
En cuanto a los planos mostrados en el diagrama, ella escribió:
El Arupa o “sin forma”, allí donde la forma deja de existir, en el plano objetivo.
La palabra "Arquetípico" no debe tomarse aquí en el sentido que le dieron los platónicos, es decir, el mundo tal como existía en la Mente de la Deidad; sino en la de un mundo hecho como un primer modelo, para ser seguido y mejorado por los mundos que lo suceden físicamente, aunque deteriorándose en pureza.
Estos son los cuatro planos inferiores de la Conciencia Cósmica, siendo los tres planos superiores inaccesibles para el intelecto humano desarrollado en la actualidad.[8]
Controversia acerca de Marte y Mercurio
En su correspondencia con los Mahatmas K. H. y M., Mr. Sinnett hizo la siguiente pregunta:
Que otros planetas de aquellos conocidos por la ciencia ordinaria, además de Mercurio, pertenecen a nuestro sistema de mundos?
¿Son los planetas más espirituales — (A, B & Y, Z) — cuerpos visibles en el cielo, o son todos los conocidos por la astronomía del tipo más material? [9]
La respuesta de Mahatma K.H. fue la siguiente:
Marte y otros cuatro planetas de los que la astronomía aún no sabe nada. No se conocen ni A, B, ni Y, Z; ni pueden ser vistos a través de medios físicos por muy perfeccionados que sean.[10]
De esto, Mr. Sinnett asumió naturalmente que Marte, Mercurio, y la Tierra donde todos forman parte de la misma cadena septenaria de globos, como publicó en su Budismo Esotérico:
Además de la tierra, que está en el punto material más bajo, hay sólo otros dos mundos de nuestra cadena que son visibles a los ojos físicos--el que esta detrás y el que esta delante de él. Estos dos mundos, como una cuestión de hecho, son Marte y Mercurio --Mars está detrás y Mercurio delante de nosotros--Marte en un estado de completo obscurecimientos en lo que respecta a la ola de vida humana, Mercurio apenas comienza a prepararse para su próximo período humano. . . . Los dos planetas de nuestra cadena que están detrás de Marte, y los dos que están delante de Mercurio, no están compuestos de un orden de materia que los telescopios puedan reconocer. Cuatro de los siete son, pues, de naturaleza etérea, que las personas que sólo pueden concebir la materia en su forma terrenal se inclinarán a llamar inmaterial. Pero en realidad no son inmateriales en absoluto.[11]
Sinnett se sintió seguro que esta interpretación de las enseñanzas fue correcta en general, ya que Mahatma K.H. mismo le aseguró que no habían errores fundamentales en su libro, y que las enseñanzas posteriores no iban a desentonar con lo que él escribió:
Tenga la certeza de que a pesar de algunos errores y omisiones indetectables, su Budismo Esotérico es la única exposición correcta — sin embargo incompleta — de nuestras doctrinas Ocultas.No ha cometido errores cardinales y fundamentales; y todo lo que se le de de aquí en adelante no chocara con una sola oración en su libro sino por el contrario explicará cualquier contradicción aparente.[12]
Sin embargo, unos pocos años más tarde H. P. Blavatsky escribió en La Doctrina Secreta que la noción de que Marte y Mercurio son parte de nuestra Cadena fue un "gran error":
This was a great mistake. But the blame for it is to be attached as much to the vagueness and incompleteness of the Master’s answer as to the question of the learner itself, which was equally vague and indefinite.
It was asked: “What planets, of those known to ordinary science, besides Mercury, belong to our system of worlds?” Now if by “System of Worlds” our terrestrial chain or “string” was intended in the mind of the querist, instead of the “Solar System of Worlds,” as it should have been, then of course the answer was likely to be misunderstood. For the reply was: “Mars, etc., and four other planets of which astronomy knows nothing. Neither A, B, nor YZ are known nor can they be seen through physical means however perfected.” As to Mars, Mercury, and “the four other planets,” they bear a relation to Earth of which no master or high Occultist will ever speak, much less explain the nature . . . But neither Mars nor Mercury belong to our chain. They are, along with the other planets, septenary Units in the great host of “chains” of our system, and all are as visible as their upper globes are invisible.[13]
It is not clear what relation these planets bear to Earth.
Annie Besant's interpretation
In 1895 Annie Besant was asked about this matter. Her answer was as follows:
The facts are these; the planetary chain consists of Globes A., B., Mars, Earth, Mercury, F., and G., and round these the great life-wave has swept three and a half times, reaching Earth for the fourth time; the mass of humanity passed from Mars to the Earth, and will pass from the Earth to Mercury. But the leading class of humanity — and here is a fact that throws some light on the opposing statements — did not share in this general evolution. It came directly to the Earth from another region at a much later period in evolution, and had never been on Mars at all. Another fact, which H.P.B. evidently had in mind, when writing on this question, is that Mars is also concerned in an entirely different evolution, as to which nothing can be publicly said. It is therefore impossible to clear the matter up to the satisfaction of exoteric students, but it is just that it should be publicly stated that Mr. Sinnett's statement is entirely borne out by the original letter.[14]
Annie Besant, C. W. Leadbeater and C. Jinarajadasa continued to maintain that Mars and Mercury are part of the earth chain[15] while other Theosophists such as W. Q. Judge and Robert Crosbie regarded them as the globe D of different chains. G. de Purucker also maintained this position, although he introduced five more globes to the planetary chains, thus making them consist of 12 globes.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. II, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 311.
- ↑ Alfred Percy Sinnett, Esoteric Buddhism (London: The Theosophical Publishing House Ltd, 1972), 29.
- ↑ Vicente Hao Chin, Jr. Mahatma Letters to A. P. Sinnett in chronological sequence No. 18 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 64.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, The Secret Doctrine vol. I (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 152.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, La Doctrina Secreta vol. I (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 182.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, The Secret Doctrine vol. I, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 199.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, The Secret Doctrine vol. I, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 166.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, The Secret Doctrine vol. I, (Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 1993), 200, nota al pie.
- ↑ Vicente Hao Chin, Jr. Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence No. 93A (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 307
- ↑ Vicente Hao Chin, Jr. Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence No. 93B (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993),331
- ↑ Alfred Percy Sinnett, Esoteric Buddhism (Londres: The Theosophical Publishing Hourse LTD, 1972), 136-137.
- ↑ Vicente Hao Chin, Jr., The Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence No. 113 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 389.
- ↑ Helena Petrovna Blavatsky, Secret Doctrine vol. I, (Wheaton, Ill: Theosophical Publishing House, 1993), 163
- ↑ Annie Besant, Lucifer Vol. XVII, No. 100 (London: Theosophical Publishing Society, December 1895), 271.
- ↑ Annie Besant and Charles Webster Leadbeater, Man: Whence How and Whither A Record of Clairvoyant Investigation (Adyar: The Theosophical Publishing House, 1913), 4