Diferencia entre revisiones de «Carta de los Mahatmas No. 46»
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Su hipótesis está mucho más cerca de la verdad que la del [[AOH|Sr. Hume]]. Deben tenerse en cuenta dos factores: a) un período fijo, y b) un índice fijo de desarrollo muy ajustado a este. Aunque un Mahayug es inconcebiblemente extenso, sigue siendo un período definido, y dentro de este debe lograrse todo el orden de desarrollo, o para expresarlo en fraseología oculta: el descenso del [[Espíritu]] a la materia y su retorno al resurgimiento. Una sarta de cuentas, y cada cuenta un mundo — es una ilustración que ya le resulta familiar. Usted ya ha reflexionado sobre el impulso de vida que comienza con cada Manvantara para evolucionar el primero de estos mundos; para perfeccionarlo; para poblarlo sucesivamente con todas las formas aéreas de vida. Y después de completar en este primer mundo siete ciclos — o revoluciones de desarrollo — en cada reino como usted sabe — avanza por el arco descendente — para evolucionar de manera similar el siguiente mundo en la cadena, perfeccionarlo y abandonarlo. Luego al siguiente y al siguiente y al siguiente — hasta que se completa la séptuple ronda de las evoluciones del mundo a lo largo de la cadena y el Mahayug llega a su fin. Luego nuevamente el [[caos]]: el Pralaya. A medida que avanza este impulso de vida (en la séptima y última ronda de un planeta a otro), deja atrás planetas moribundos y — muy pronto — "muertos". | Su hipótesis está mucho más cerca de la verdad que la del [[AOH|Sr. Hume]]. Deben tenerse en cuenta dos factores: a) un período fijo, y b) un índice fijo de desarrollo muy ajustado a este. Aunque un Mahayug es inconcebiblemente extenso, sigue siendo un período definido, y dentro de este debe lograrse todo el orden de desarrollo, o para expresarlo en fraseología oculta: el descenso del [[Espíritu]] a la materia y su retorno al resurgimiento. Una sarta de cuentas, y cada cuenta un mundo — es una ilustración que ya le resulta familiar. Usted ya ha reflexionado sobre el impulso de vida que comienza con cada [[Manvantara]] para evolucionar el primero de estos mundos; para perfeccionarlo; para poblarlo sucesivamente con todas las formas aéreas de vida. Y después de completar en este primer mundo siete ciclos — o revoluciones de desarrollo — en cada reino como usted sabe — avanza por el arco descendente — para evolucionar de manera similar el siguiente mundo en la cadena, perfeccionarlo y abandonarlo. Luego al siguiente y al siguiente y al siguiente — hasta que se completa la séptuple ronda de las evoluciones del mundo a lo largo de la cadena y el Mahayug llega a su fin. Luego nuevamente el [[caos]]: el Pralaya. A medida que avanza este impulso de vida (en la séptima y última ronda de un planeta a otro), deja atrás planetas moribundos y — muy pronto — "muertos". | ||
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las cosas y la afinidad o atracción su servidora en todas las obras. El estremecimiento de la vida nuevamente reunirá los átomos, y volverá a cobrar movimiento en el planeta inerte cuando llegue el momento. Aunque todas sus fuerzas hayan permanecido statu quo y ahora estén dormidas, sin embargo, poco a poco —cuando vuelva a sonar la hora— se reagruparán para un nuevo ciclo de la maternidad gestante de hombres, y darán a luz algo aún más elevado en cuanto a tipos morales y físicos que durante el manvantara precedente. Y sus "átomos cósmicos que ya se encuentran en un estado diferenciado" (diferenciándose — en la fuerza que producen, en el sentido mecánico, de los movimientos y efectos) permanecen statu quo al igual que los globos y todo lo demás en el proceso de formación." Tal es la "hipótesis que coincide plenamente con (su) (mi) nota". Ya que, como el desarrollo planetario es tan progresivo como la evolución humana o de la raza, cuando tiene lugar la venida del Pralaya, la serie de mundos se encuentra en etapas sucesivas de evolución; (es decir) cada uno ha alcanzado algunos de los períodos de progreso evolutivo — cada uno se detiene allí, hasta que el impulso exterior del siguiente manvantara lo pone en movimiento desde ese mismo punto — como un reloj parado al que se le vuelve a dar cuerda. Por lo tanto, he hecho uso de la palabra "diferenciado". | las cosas y la afinidad o atracción su servidora en todas las obras. El estremecimiento de la vida nuevamente reunirá los átomos, y volverá a cobrar movimiento en el planeta inerte cuando llegue el momento. Aunque todas sus fuerzas hayan permanecido statu quo y ahora estén dormidas, sin embargo, poco a poco —cuando vuelva a sonar la hora— se reagruparán para un nuevo ciclo de la maternidad gestante de hombres, y darán a luz algo aún más elevado en cuanto a tipos morales y físicos que durante el [[manvantara]] precedente. Y sus "átomos cósmicos que ya se encuentran en un estado diferenciado" (diferenciándose — en la fuerza que producen, en el sentido mecánico, de los movimientos y efectos) permanecen statu quo al igual que los globos y todo lo demás en el proceso de formación." Tal es la "hipótesis que coincide plenamente con (su) (mi) nota". Ya que, como el desarrollo planetario es tan progresivo como la evolución humana o de la raza, cuando tiene lugar la venida del Pralaya, la serie de mundos se encuentra en etapas sucesivas de evolución; (es decir) cada uno ha alcanzado algunos de los períodos de progreso evolutivo — cada uno se detiene allí, hasta que el impulso exterior del siguiente [[manvantara]] lo pone en movimiento desde ese mismo punto — como un reloj parado al que se le vuelve a dar cuerda. Por lo tanto, he hecho uso de la palabra "diferenciado". | ||
Revisión actual - 12:12 22 feb 2023
Esta es la Carta N.° 46 en Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett, 4.ª edición cronológica (en inglés). Corresponde a la Carta N.° 12 en la numeración de Barker. Ver a continuación contexto y antecedentes.
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Se ha impugnado la cronología de esta carta. Recomendamos que se lea esta carta después de la Carta de los Mahatmas N.° 61. Para obtener más información, consulte Contexto y antecedentes.
Portada
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Página 1 - traducción, imagen y notas
Su hipótesis está mucho más cerca de la verdad que la del Sr. Hume. Deben tenerse en cuenta dos factores: a) un período fijo, y b) un índice fijo de desarrollo muy ajustado a este. Aunque un Mahayug es inconcebiblemente extenso, sigue siendo un período definido, y dentro de este debe lograrse todo el orden de desarrollo, o para expresarlo en fraseología oculta: el descenso del Espíritu a la materia y su retorno al resurgimiento. Una sarta de cuentas, y cada cuenta un mundo — es una ilustración que ya le resulta familiar. Usted ya ha reflexionado sobre el impulso de vida que comienza con cada Manvantara para evolucionar el primero de estos mundos; para perfeccionarlo; para poblarlo sucesivamente con todas las formas aéreas de vida. Y después de completar en este primer mundo siete ciclos — o revoluciones de desarrollo — en cada reino como usted sabe — avanza por el arco descendente — para evolucionar de manera similar el siguiente mundo en la cadena, perfeccionarlo y abandonarlo. Luego al siguiente y al siguiente y al siguiente — hasta que se completa la séptuple ronda de las evoluciones del mundo a lo largo de la cadena y el Mahayug llega a su fin. Luego nuevamente el caos: el Pralaya. A medida que avanza este impulso de vida (en la séptima y última ronda de un planeta a otro), deja atrás planetas moribundos y — muy pronto — "muertos". |
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Una vez que el último hombre de la séptima ronda ha pasado a un mundo subsiguiente, el precedente con toda su vida mineral, vegetal y animal (excepto el hombre) comienza a morir gradualmente, cuando con la salida del último animálculo se extingue, o según H.P.B. — se apaga (pralaya menor o parcial). Cuando el hombre-Espíritu alcanza la última cuenta de la sarta y entra al Nirvana final, este último mundo también desaparece o entra a la subjetividad. Así, existen entre las galaxias estelares nacimientos y muertes de mundos que se suceden entre sí en la procesión ordenada de la Ley natural. Y —como ya se ha dicho— se ensarta la última cuenta en el hilo del "Mahayuga". Cuando aquella última y fecunda tierra ha completado el último ciclo de gestación del hombre; y la humanidad ha alcanzado en masa la etapa de la budeidad y ha pasado de la existencia objetiva al misterio del Nirvana — entonces "suena la hora"; lo visible se torna invisible, lo concreto reanuda su estado precíclico de distribución atómica. Pero los mundos muertos dejados atrás del impulso arrollador no continúan muertos. El movimiento es el orden eterno de
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las cosas y la afinidad o atracción su servidora en todas las obras. El estremecimiento de la vida nuevamente reunirá los átomos, y volverá a cobrar movimiento en el planeta inerte cuando llegue el momento. Aunque todas sus fuerzas hayan permanecido statu quo y ahora estén dormidas, sin embargo, poco a poco —cuando vuelva a sonar la hora— se reagruparán para un nuevo ciclo de la maternidad gestante de hombres, y darán a luz algo aún más elevado en cuanto a tipos morales y físicos que durante el manvantara precedente. Y sus "átomos cósmicos que ya se encuentran en un estado diferenciado" (diferenciándose — en la fuerza que producen, en el sentido mecánico, de los movimientos y efectos) permanecen statu quo al igual que los globos y todo lo demás en el proceso de formación." Tal es la "hipótesis que coincide plenamente con (su) (mi) nota". Ya que, como el desarrollo planetario es tan progresivo como la evolución humana o de la raza, cuando tiene lugar la venida del Pralaya, la serie de mundos se encuentra en etapas sucesivas de evolución; (es decir) cada uno ha alcanzado algunos de los períodos de progreso evolutivo — cada uno se detiene allí, hasta que el impulso exterior del siguiente manvantara lo pone en movimiento desde ese mismo punto — como un reloj parado al que se le vuelve a dar cuerda. Por lo tanto, he hecho uso de la palabra "diferenciado".
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Cuando llegue el Pralaya ninguna entidad humana, animal o incluso vegetal estará viva para verlo, pero estará la tierra o los globos con sus reinos minerales; y todos estos planetas se desintegrarán físicamente en el pralaya, aunque no se destruirán; ya que tienen su lugar en la secuencia de la evolución y sus "privaciones" al salir de nuevo de lo subjetivo, encontrarán el punto exacto desde el cual tienen que avanzar alrededor de la cadena de "formas manifestadas". Esto, como sabemos, se repite indefinidamente a lo largo de la ETERNIDAD. Cada hombre entre nosotros ha realizado esta incesante ronda, y la repetirá por los siglos de los siglos. La desviación del rumbo de cada uno, y su ritmo de progreso de un Nirvana a otro está gobernado por causas que él mismo crea a partir de las exigencias en las que se encuentra envuelto. Esta imagen de una eternidad de acción puede asombrar a la mente que se ha acostumbrado
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a esperar una existencia de reposo sin fin. Pero esa noción no está respaldada por las analogías de la naturaleza, ni — aunque se me considere ignorante de la Ciencia Occidental, si me permite — por las enseñanzas de esa Ciencia. Sabemos que los períodos de acción y reposo se suceden en todo en la naturaleza desde el macrocosmos con sus Sistemas Solares hasta el hombre y su madre-tierra, que tiene sus períodos de actividad seguidos por los de sueño; y que en resumen toda la naturaleza, al igual que sus formas de vida engendradas tiene su período de recuperación. Lo mismo ocurre con la individualidad espiritual, la Mónada que da comienzo a su rotación cíclica descendente y ascendente. Los períodos que tienen lugar entre cada gran "ronda" manvantariana son proporcionalmente largos como recompensa por las miles de existencias transcurridas en distintos globos; mientras que el tiempo que se da entre cada "nacimiento de una raza" — o anillos como ustedes los llaman — es lo suficientemente largo para compensar cualquier vida de lucha y miseria durante ese lapso de tiempo transcurrido en bienaventuranza consciente después del renacimiento del Ego. Concebir una eternidad de bienaventuranza o aflicción, y atribuirlo a cualquier acto concebible de mérito o
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demérito de un ser que pueda haber vivido un siglo o incluso un milenio en carne y hueso, sólo puede ser propuesto por alguien que nunca ha captado la tremenda realidad de la palabra Eternidad, ni ha meditado en la ley de la justicia y equilibrio perfectos que impregnan la naturaleza. Quizás usted reciba instrucción adicional, que mostrará con qué exactitud se hace justicia no sólo al hombre sino también a sus subordinados, y arroje algo de luz, espero, sobre la controvertida cuestión del bien y el mal. Y ahora para coronar este esfuerzo mío (el de escribir) puedo también pagar una antigua deuda, y responder una antigua pregunta suya concerniente a las encarnaciones en la tierra. Koot'humi responde algunas de sus preguntas — al menos comenzó a escribir ayer pero el deber lo llamó— pero de todas formas puedo ayudarlo a él. Confío en que no tendrá mucha dificultad — no tanto como hasta ahora — para descifrar mi carta. Me he convertido en un escritor fácil de entender desde que él me reprochó haberle hecho perder a usted su valioso tiempo con mis garabatos. Su reprimenda hizo mella en mí, y como verá he reparado el daño. Veamos lo que la ciencia tiene para contarnos sobre la Etnografía y otros asuntos. Las conclusiones más recientes
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NOTA: las frases en negrita en esta página están subrayadas con tinta azul en la carta original. a las que parecen haber llegado los sabios de Occidente en resumidas cuentas son las siguientes. Las teorías que son incluso aproximadamente correctas me atrevo a subrayarlas con azul. [Aquí estos pasajes aparecen en negrita. — ED.] (1) Las huellas más antiguas del hombre que ellos pueden descubrir desaparecen más allá del final de un período del cual las rocas fosilizadas proporcionan la única pista que poseen. (2) A partir de ahí descubren cuatro razas de hombres que han habitado sucesivamente Europa (a) La raza del río Drift — poderosos cazadores (¿tal vez Nimrod?) que habitaban en el clima subtropical de Europa Occidental, que utilizaban instrumentos de piedra tallada del tipo más primitivo y fueron contemporáneos de los rinocerontes y los mamuts; (b) los llamados hombres de las cavernas, una raza desarrollada durante el período glacial (los Esquimaux son ahora, según dicen, su única especie) y que poseían armas y herramientas de piedra tallada de mayor precisión ya que realizaban con maravillosa exactitud imágenes de distintos animales con los que estaban familiarizados, simplemente con la ayuda de pedernales de puntas afiladas en las astas de los renos y en huesos y piedras; (c) la tercera raza — se ha descubierto que los hombres de la edad neolítica ya pulían sus instrumentos de piedra, construían casas y embarcaciones y practicaban alfarería, en resumen — los habitantes lacustres de Suiza; y finalmente (d) aparece la cuarta raza, procedente de Asia Central. Se trata de los arios de tez blanca |
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NOTA: las frases que aquí están en negrita, en las Cartas están subrayadas con tinta azul. Los arios que se casan entre sí con el remanente de los ibéricos de piel oscura — ahora representados por los vascos de tez morena de España. Ésta es la raza que ellos consideran como la progenitora de ustedes los pueblos modernos de Europa. (3) Agregan además, que los hombres del río Drift, precedieron al período glacial conocido en la geología como el Pleistoceno y tuvieron su origen hace unos 240.000 años, mientras que los seres humanos en general (véase Geikie, Dawkins, Fiske y otros) habitaron Europa al menos 100.000 años antes. Con una sola excepción están todos equivocados. Se acercan lo suficiente pero no aciertan en ningún caso. No hubo cuatro sino cinco razas; y nosotros somos esa quinta con los remanentes de la cuarta. (Una evolución o raza más perfecta con cada ronda mahacíclica); mientras que la primera raza apareció en la tierra no hace medio millón de años (teoría de Fiske) — sino varios millones. La última teoría científica es la de los profesores alemanes y estadounidenses que dicen a través de Fiske: "vemos que el hombre vivió en la tierra durante tal vez medio millón de años prácticamente mudo". Tiene y no tiene razón. Tiene razón acerca de
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que la raza haya sido "muda", ya que fueron necesarias largas edades de silencio, para la evolución y comprensión mutua del habla, desde los gemidos y murmullos del hombre que estaba apenas un escalón por encima del antropoide más elevado (una raza ahora extinta ya que "la naturaleza cierra la puerta detrás de ella" a medida que avanza, en más de un sentido) — hasta el primer hombre que articuló un monosílabo. Pero él se equivoca al decir todo lo demás. Por cierto, ustedes deberían llegar a un acuerdo en cuanto a los términos utilizados al discutir sobre las evoluciones cíclicas. Nuestros términos son intraducibles; y sin un buen
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conocimiento de la totalidad de nuestro sistema (que no puede darse sino a los verdaderos iniciados) no sugeriría nada definido a sus percepciones, sino que sólo sería una fuente de confusión como en el caso de los términos "Alma" y "Espíritu" con todos los escritores metafísicos — especialmente los espiritistas. Usted debe tenerle paciencia a Subba Row. Dele tiempo. Ahora está en sus tapas y no desea ser molestado. Le diré que no se olvide de usted pero es muy receloso y considera un sacrilegio enseñarle a un inglés. Atentamente M. PD: Mi escritura es buena, pero el papel es bastante delgado para escribir con pluma. Sin embargo, no puedo escribir en inglés con un pincel; sería peor.
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Contexto y antecedentes
Se ha impugnado la cronología de esta carta. Hacia el final de la Carta de los Mahatmas N.° 61, recibida en junio de 1882, escribe el Maestro K.H.:
He deseado que M. termine su carta a usted con un breve resumen de la última teoría científica de los etnógrafos y naturalistas eruditos, para ahorrarme trabajo. [1]
En la secuencia cronológica propuesta por George Linton y Virginia Hanson no hay ninguna carta posterior escrita por el Maestro M. que pueda corresponder a esta referencia.
Daniel Caldwell propone [2] que la carta del Maestro M. a la que se hace referencia es esta carta (N.° 46), que se habría recibido en junio de 1882 en lugar de febrero de 1882. Esta afirmación está respaldada por el hecho de que la cita de Fiske mencionada por el Maestro ("vemos que el hombre vivió en la tierra durante tal vez medio millón de años prácticamente mudo") se encuentra en el artículo "La llegada del hombre a Europa" publicado en la edición de mayo de 1882 de The Atlantic Monthly, páginas 597-609.
Descripción física de la carta
El original se encuentra en la Biblioteca Británica, Folio 1. Según George Linton y Virginia Hanson, la carta se escribió:
A ambos lados de 4 hojas de papel borrador grueso, más una hoja de papel blanco fino. Las hojas pesadas parecen estar cortadas a mano de hojas más grandes, siendo un poco desiguales en tamaño. La escritura en las hojas pesadas está en tinta roja brillante, y esta a veces se ha corrido y tiene algunas manchas. Una hoja tiene una mancha que es evidentemente causada por la tinta húmeda de la siguiente hoja. A mitad de la hoja 4, el escritor aparentemente cambió a una tinta púrpura rojiza. La hoja 5 está escrita en un lado solo en tinta púrpura, y la escritura es desde el medio hacia afuera hacia ambos extremos. En la parte inferior de esta hoja está la posdata en lo que parece un lápiz rojo, con comentarios sobre la escritura, la calidad del papel, etc. Esto ha sido retocado un poco con tinta púrpura. [3]
Notas
- ↑ Vicente Hao Chin, Jr., The Mahatma Letters to A.P. Sinnett in chronological sequence No. 61 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 158.
- ↑ Personal communication to David Reigle
- ↑ George E. Linton and Virginia Hanson, eds., Readers Guide to The Mahatma Letters to A. P. Sinnett (Adyar, Chennai, India: Theosophical Publishing House, 1972), 96.