Carta de los Mahatmas No. 55
Esta es la Carta N.° 55 en Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett, 4.ª edición cronológica (en inglés). Corresponde a la Carta N.° 89 en la numeración de Barker. Esta carta se refiere al joven médium inglés William Eglinton (1857-1933) quien fue a la India con el manifiesto propósito de investigar la Teosofía. Ver a continuación contexto y antecedentes.
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Portada
Recibida en Allahabad el 24 de marzo de 1882.
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Página 1 - traducción, imagen y notas
Privado. Buen amigo, no quiero, al enviar la carta, reiterar de nuevo las muchas observaciones que se podrían hacer respecto a las diversas objeciones que tenemos el derecho de plantear en contra de los fenómenos espiritistas y sus médiums. Hemos cumplido con nuestro deber; y, debido a que la voz de la verdad vino a través de un canal que a pocos les gustó, fue declarado falso, y junto con este: el ocultismo. Se acabó el tiempo de discutir, y se acerca la hora en que se le probará al mundo que la Ciencia Oculta en lugar de ser, en palabras del Dr. R. Chambers: "superstición en sí misma", como ellos quizás estén dispuestos a pensar, se descubrirá que es la que explicará e extinguirá todas las supersticiones. Por razones que usted
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NOTAS:
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sabrá comprender, aunque al principio se inclinará a considerarlas (con respecto a usted mismo) injustas, estoy decidido a hacer eso, por única vez, que hasta ahora nunca he hecho; es decir, presentarme bajo otra forma y, tal vez, carácter. Por lo tanto, no es necesario que le guarde rencor a Eglington por el placer de verme personalmente, de hablar conmigo y de estar "atónito" por mí y por los resultados de mi visita a él, a bordo de, " El Vega". Esto se hará entre el 21 y el 22 de este mes y, cuando usted lea esta carta, será una "visión del pasado", si Olcott le envía la carta hoy.
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"Todas las cosas que existen son un misterio; exponemos los misterios mediante misterios", quizá dirá usted. Bueno, bueno; para usted al igual que para alguien prevenido no lo será; ya que, por varias razones —una más plausible que la otra— será mi confidente. Una de estas es, evitarle un sentimiento de envidia involuntaria (es rara la palabra ¿verdad?) cuando se entere. Como él verá a alguien muy distinto al verdadero KH, aunque seguirá siendo KH, no necesita sentirse como alguien injustamente tratado por su amigo transhimalayo. Otra razón es, evitar que caiga sobre el pobre hombre cualquier sospecha
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de jactancia; la tercera y principal, la última aunque no menos importante, es que la teosofía y sus adherentes finalmente tienen que ser vindicados. Eglington regresa a su país; y, si a su regreso él no supiera nada de los Hermanos, habría un doloroso día de prueba para la pobre y vieja HPB y HSO. El Sr. Hume, se mofó de nosotros por no aparecer ante Eglington. Se rio entre dientes y nos desafió a hacerlo ante Fern y otros. Por razones que él quizás pueda o no apreciar —pero que usted sí— no podríamos o más bien preferiríamos no hacerlo, mientras E. estuviese en la India. Teníamos muy buenas razones para prohibir a HPB mantener correspondencia con él o prestarle demasiada
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atención en el Teósofo. Pero ahora que él se ha ido, y estará el 22, a cientos de millas mar adentro; y que no se puede levantar ninguna sospecha de fraude contra ninguno de ellos, ha llegado el momento del experimento. [4] Piensa en ponerla a prueba a ella, él mismo será puesto a prueba. Por lo tanto, mi fiel amigo y defensor, esté preparado. Así como le recomendaré a Eglington que recomiende a su vez, discreción de parte de la Sra. Gordon y que la buena dama pueda sentirse inclinada a llevarlo demasiado lejos y tomarlo a la lettre, le proporciono de antemano una bula |
NOTAS:
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para ella, pensada para abrir sus labios. Ahora pasemos al Sr. Hume. Él ha trabajado para nosotros, y sin duda tiene derecho a nuestra consideración, hasta ahora. De buen grado yo mismo le habría escrito, de no ser que el ver mis caracteres familiares puede producirle una desviación en sus sentimientos, para peor, antes de que se tome la molestia de leer lo que tengo que decir. ¿Tendría usted la amabilidad de emprender la delicada tarea de notificarle lo que le escribo ahora? Dígale que hay personas —enemigos— que están ansiosos por sorprender a la "vieja dama" COMETIENDO FRAUDE, tenderle una trampa, por así decirlo, y que por esa misma razón estoy decidido a resolver la cuestión
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Siempre a su disposición,
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NOTAS:
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Hasta el 25 de marzo, se espera que el Sr. Sinnett mantenga sus labios cerrados como lo estarán en la muerte: dentro de setenta años. Ni un alma, salvo la Sra. S., su buena señora, debe saber una palabra de esta carta. Esto espero de su amistad, y ahora la pongo a prueba. Al Sr. Hume, puede escribirle ahora mismo, para que pueda recibir la carta el día 24, por la tarde. El futuro de usted depende de esto: su silencio.
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NOTAS:
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Contexto y antecedentes
La 4ª edición cronológica de Las Cartas de los Mahatmas a A. P. Sinnett ofrece esta nota introductoria:
Esta carta se refiere al joven médium inglés William Eglinton (1857-1933) quien fue a la India con el manifiesto propósito de investigar la Teosofía. Había oído hablar de Madame Blavatsky y los "Hermanos" y quería averiguar por sí mismo si ella era confiable y los Hermanos seres reales, o si todo era un engaño. Se negaba a creer en los “Hermanos” porque su “Guía” ( Ernest) no le había informado de la existencia de estos, y consideraba a HPB como una médium más que pretendía ser algo más elevado. En India, en ese momento se alojaba con el teniente coronel Gordon y su señora, que vivían en Howrah, un suburbio de Calcuta. Sin embargo, William Eglinton nunca vio al coronel Olcott ni a HPB durante todo el tiempo que estuvo en la India y no se reunió con ellos hasta dos años después, cuando estaban en Londres. . . A.O. Hume se interesó por él y consideró invitarlo a Simla; parecía que los propios Mahatmas habían pensado en llevarlo allí para su entrenamiento, ya que estaban tratando de encontrar a alguien que pudiera actuar para ellos en lugar de HPB. Esto no funcionó y William Eglinton permaneció en Calcuta mientras estaba en la India. Regresó a Inglaterra el 15 de marzo de 1882 a bordo del SS Vega, todavía escéptico sobre la existencia de los Mahatmas. El día 22, unas horas después de que el Vega había zarpado de Ceilán (su primer puerto de escala fuera de la India), KH visitó a Eglinton en su mayavi-rupa y mantuvieron una larga conversación. Véase El incidente del Vega. [1]
Descripción física de la carta
El original se encuentra en la Biblioteca Británica, Folio 3. George Linton y Virginia Hanson describieron la carta de esta manera:
Escritura de KH en tinta azul en dos hojas de papel blanco, doblado en forma de nota. [2]
Notes
- ↑ Vicente Hao Chin, Jr., The Mahatma Letters to A.P. Sinnett in Chronological Sequence No. 55 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 149.
- ↑ George E. Linton and Virginia Hanson, eds., Readers Guide to The Mahatma Letters to A. P. Sinnett (Adyar, Chennai, India: Theosophical Publishing House, 1972), 108.