Carta de los Mahatmas No. 45
Esta es la Carta N.° 45 en Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett, 4.ª edición cronológica (en inglés). Corresponde a la Carta N.° 44 en la numeración de Barker. Ver a continuación contexto y antecedentes.
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Portada
Recibida en Allahabad, febrero de 1882.
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Página 1 - traducción, imagen y notas
Su carta estaba dirigida a mí, ya que usted no sabía que K.H. había restablecido relaciones con usted. No obstante, como se dirige a mí yo responderé. "Hágalo, por supuesto: adelante". El resultado puede ser desastroso para el espiritismo, aunque se pruebe la realidad de los fenómenos; por lo tanto beneficioso para la Teosofía. Parece muy cruel permitir que el pobre y sensible muchacho se arriesgue a entrar en la boca del lobo; pero como aceptar o rechazar la amable invitación queda supeditado al médium que sigue el consejo y la inspiración de su poderoso y visionario "Ernest", ¿por qué deberían preocuparse los demás? Como no es probable, digno señor, que ahora nos escribamos muy a menudo, le contaré algo que debe saber y de lo que puede sacar provecho. El próximo 17 de noviembre expirará el período de prueba Septenario concedido a la Sociedad en su fundación, para "predicar sobre nosotros" discretamente. Uno o dos de nosotros confiábamos en que el mundo ya había avanzado intelectualmente, si no intuitivamente, a tal punto que la doctrina oculta ganara una aceptación intelectual, y se diera el impulso para un nuevo ciclo de investigación oculta. Otros, por más acertado que parezca ahora, tuvieron una opinión distinta, |
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pero se dio el consentimiento para la prueba. Se estipuló, sin embargo, que el experimento debía hacerse independientemente de nuestra gestión personal; que no debería haber ninguna interferencia anormal por nuestra parte. Así que en nuestra búsqueda encontramos en EE.UU. al hombre para erigirse como líder — un hombre de gran valor moral, desinteresado, y que poseía otras buenas cualidades. Estaba lejos de ser el mejor, pero (como dice el Sr. Hume en el caso de H.P.B.) — era el mejor disponible. Con él asociamos a una mujer de dotes verdaderamente excepcionales y maravillosas. Combinado con estas, tenía graves defectos personales, pero así y todo, era la única persona en vida apta para esta tarea. La enviamos a EE.UU., hicimos que se encontraran, y dio comienzo la prueba. Desde un comienzo tanto a ella como a él se les dio a entender claramente que el asunto estaba totalmente en sus manos. Y ambos se ofrecieron para la prueba por una cierta remuneración en un futuro muy lejano al igual que —como diría K.H.— soldados voluntarios de una Vana Esperanza. Durante los 6½ años
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han luchado contra el tipo de dificultades que habrían ahuyentado a cualquiera que no trabajara con la desesperación de alguien que apuesta la vida y todo lo que valora en algún denodado y desesperado intento. El éxito de ellos no ha igualado las esperanzas de sus patrocinadores originales, aunque ha sido fenomenal en cierto sentido. En unos meses más terminará el plazo de probación. Si para ese entonces la posición de la Sociedad con respecto a nosotros mismos — que la cuestión de los "Hermanos" no se haya resuelto definitivamente (ya sea quitándola del programa de la Sociedad o aceptándola según nuestros propios términos) eso será lo último de los "Hermanos" de todas las formas y colores, tamaños o grados. Vamos a desaparecer de la vista del público como un vapor en el océano. Sólo a aquellos que hayan demostrado ser fieles a sí mismos y a la Verdad en toda circunstancia, se les permitirá seguir relacionados con nosotros. Y ni siquiera ellos, a menos que, desde el Presidente para abajo se autoimpongan por las más solemnes promesas de honor a partir de entonces a guardar un silencio inviolable sobre nosotros, la Logia, los asuntos tibetanos. Ni siquiera responder a las preguntas de sus amigos más cercanos, aunque es probable que el silencio genere una apariencia de "farsa" sobre
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todo lo que ha trascendido. En tal caso, los esfuerzos se suspenderían hasta el comienzo de otro ciclo septenario en el que, si las circunstancias fueran más propicias, podría hacerse otro intento, bajo la misma u otra dirección. Mi humilde impresión es que el actual folleto de Hume Sahib, aunque es sumamente intelectual, podría mejorarse para ayudar enormemente a dar el giro necesario a los asuntos de la Sociedad. Y si él confiara más en sus intuiciones personales —las cuales cuando les hace caso son fuertes— y menos en la voz de alguien que no representa del todo —como usted parece pensar— la opinión pública ni le creería aunque tuviese 1000 pruebas— el folleto se convertiría en una de las obras más poderosas que este movimiento moderno ha desarrollado. Sus preguntas cosmológicas serán atendidas cuando no me vea acosado con asuntos de mayor envergadura. Salud y prosperidad.
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NOTAS:
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Contexto y antecedentes
Sinnett, sin saber que el Mahatma K.H. le había escrito, ya que aún no había recibido la carta, había dirigido otra carta a M., quien muy amablemente le respondió. Parte de la carta se refiere al médium William Eglinton, a quien el Mahatma aquí llama "el pobre y sensible muchacho". Eglinton parece haber sido un buen médium; se decía que nunca recurrió a trucos. Tiene, sin embargo, una serie de debilidades personales. Cabe recordar que había algunos indicios de que el Mahatma K.H. había considerado llevarlo a Simla para una serie de entrenamientos para que pudiera ser utilizado en el trabajo de ellos, pero después de que Eglinton llegó a Calcuta, K.H. decidió no hacerlo.
Descripción física de la carta
El original se encuentra en la Biblioteca Británica, Folio 2. Según George Linton y Virginia Hanson, la carta se escribió:
En tinta roja brillante, en dos hojas de papel blanco de tamaño regular, en ambos lados, con letra de M de peso medio. [1]
Notas
- ↑ George E. Linton and Virginia Hanson, eds., Readers Guide to The Mahatma Letters to A. P. Sinnett (Adyar, Chennai, India: Theosophical Publishing House, 1972), 95.