Carta de los Mahatmas No. 1
Esta es la Carta N.° 1 en Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett, 4.ª edición cronológica (en inglés). Corresponde a la Carta N.° 1 en la numeración de Barker. En esta, Kuthumi responde a la idea de A.P. Sinnett de que la existencia de los Mahatmas podría demostrarse a los escépticos si simultáneamente se precipita un periódico londinense en India el mismo día de su publicación, y se precipita un Pioneer en Londres. K.H. explica por qué ese método no funcionaría. Contexto y antecedentes.
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Página 1 - Traducción, imagen y notas
Recibida en Simla alrededor del 15 de octubre de 1880. Estimado Hermano y Amigo: Precisamente porque la prueba del diario londinense cerraría la boca a los escépticos, es impensable. Véalo bajo la luz que desee: el mundo aún se encuentra en su primera etapa de emancipación, si no de desarrollo, por lo tanto, no está preparado. Muy cierto, nosotros trabajamos con medios y leyes naturales, no sobrenaturales. Pero, como por un lado la ciencia se vería incapaz (en su estado actual) de explicar las maravillas realizadas en su nombre, y por otro lado las masas ignorantes aún se quedarían contemplando el fenómeno a la luz de un milagro; todo aquel que entonces sea testigo del suceso perdería el equilibrio y los resultados serían deplorables. Créame, así sería, especialmente para usted que originó la idea, y la devota mujer que tan tontamente se precipita hacia la puerta abierta de par en par que conduce a la notoriedad. Esta puerta, aunque abierta por una mano tan amiga como la suya, pronto se convertiría en una trampa, y una realmente fatal para ella. ¿Y seguramente ese no es su objetivo? |
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¡Locos son aquellos, que, especulando solo sobre el presente, voluntariamente cierran los ojos al pasado cuando se los hace seguir siendo naturalmente ciegos al futuro! Estoy lejos de colocarlo a usted entre estos últimos, por lo tanto, me esforzaré en explicarlo. Si accediéramos a sus deseos ¿sabe realmente qué consecuencias tendrían lugar en el camino hacia el éxito? La inexorable sombra que sigue a todas las innovaciones humanas avanza, pero son pocos los que son conscientes de su proximidad y peligros. ¿Qué pueden esperar entonces aquellos que ofrecieran al mundo una innovación que, debido a la ignorancia humana, si se cree en ella, seguramente será atribuida a esas tenebrosas entidades en las que aún las dos terceras partes de la humanidad creen y temen? Usted dice que la mitad de Londres se convertiría si pudiera entregarles un Pioneer el día de su publicación. Permítame decir que si la gente creyera que eso es verdad lo matarían a usted antes de que pudiera dar la vuelta a Hyde Park; si no creyera que es verdad, lo mínimo que podría sucederle a usted sería la pérdida de su reputación y buen nombre, por propagar tales ideas. El éxito de una iniciativa de ese tipo como la que propone, debe calcularse y basarse en un conocimiento profundo de las personas que lo rodean. |
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Depende totalmente de las condiciones sociales y morales de la gente en su relación con estas cuestiones más profundas y misteriosas que pueden conmover la mente humana: los poderes deíficos en el hombre y las posibilidades contenidas en la naturaleza. ¿Cuántos, incluso entre sus mejores amigos y quienes lo rodean, están más que superficialmente interesados en estos abstrusos problemas? Podría contarlos con los dedos de su mano derecha. Su raza se jacta de haber liberado en su siglo, al genio aprisionado durante tanto tiempo en la estrecha vasija del dogmatismo y la intolerancia: el genio del conocimiento, la sabiduría y el librepensamiento. Dice que a su vez el prejuicio ignorante y el fanatismo religioso, embotellado como el malvado Jin de antaño y sellado por los Salomones de la ciencia descansa en el fondo del mar y nunca podrá, escapando a la superficie nuevamente, reinar sobre el mundo como lo hizo en los días de antaño; que la mente del público es muy libre, en resumen, está dispuesta a aceptar cualquier verdad demostrada. Sí; pero, ¿es eso en verdad así, mi respetado amigo? El conocimiento experimental no data en absoluto de 1662, cuando Bacon, Robert Boyle y el obispo de Chester transformaron mediante carta real su "Colegio Invisible" en una Sociedad para la promoción de la ciencia experimental. |
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Muchos años antes de que la Royal Society se viera convertida en una realidad bajo el plan del "Esquema Profético" un anhelo innato por lo oculto, el amor apasionado por la naturaleza y su estudio había llevado a los hombres de todas las generaciones a tratar de sondear sus secretos con mayor profundidad que los demás. Roma ante Romulum fuit, es un axioma que nos enseñan en sus escuelas inglesas. Las abstractas investigaciones sobre los problemas más intrincados no surgieron en el cerebro de Arquímedes como un tema espontáneo y hasta entonces sin tratar, sino más bien como un reflejo de investigaciones previas en la misma dirección y por hombres distantes en el tiempo por un largo período, mucho más largo, que el que lo separa a usted del gran siracusano. El vril de la "Futura Raza" era propiedad común de razas ya extintas. Y, al igual que ahora se cuestiona la existencia misma de esos gigantescos ancestros nuestros —aunque en los Himavats, en el mismo territorio que les pertenece a ustedes tenemos una cueva llena de esqueletos de estos gigantes, y sus enormes estructuras cuando se encuentran invariablemente se consideran como monstruos aislados de la naturaleza— también el vril o Akas, como lo llamamos, se considera una imposibilidad, un mito. Y, sin un |
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un conocimiento profundo de Akas, sus combinaciones y propiedades, ¿cómo espera la ciencia explicar tales fenómenos? No dudamos de que los hombres de su ciencia estén abiertos a la convicción; sin embargo, primero se les debe demostrar los hechos, primero deben convertirse en su propiedad, y estos deben demostrar ser susceptibles a sus propios modos de investigación, antes de que ellos estén dispuestos a admitirlos como hechos. Si usted tan solo examina el Prefacio de la "Micrografía" encontrará en las sugerencias de Hooke que las relaciones íntimas de los objetos tenían menos importancia ante sus ojos que su acción externa sobre los sentidos, y los admirables descubrimientos de Newton encontraron en él su mayor oponente. Son muchos los Hooke modernos. Al igual que este sabio pero ignorante hombre de antaño sus hombres de ciencia modernos están menos interesados en sugerir una conexión física de hechos que puedan revelarles muchas fuerzas ocultas en la naturaleza, que en proporcionar una conveniente "clasificación de experimentos científicos"; de modo que la cualidad más esencial de una hipótesis no es que deba ser verdadera sino solo plausible, según la opinión de ellos. Esto en cuanto a ciencia, hasta donde alcanzan nuestros conocimientos. En cuanto a la naturaleza humana en general, es la misma ahora que hace un millón de años: |
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Prejuicio basado en el egoísmo; una falta de voluntad generalizada a renunciar a un orden establecido de cosas en favor de nuevas formas de vida y pensamiento— y el estudio de lo oculto requiere todo eso y mucho más—; orgullo y obstinada resistencia a la Verdad si esta perturba sus nociones previas de las cosas, tales son las características de su época, y especialmente de las clases media y baja. ¿Cuáles serían entonces los resultados de los fenómenos más asombrosos, suponiendo que consintiéramos en que se produzcan? Por muy exitoso que fuera, el peligro aumentaría en proporción al éxito. Pronto no quedaría más remedio que seguir adelante, siempre in crescendo, o caer en esta incesante lucha contra el prejuicio y la ignorancia muertos por las propias armas de ustedes. Se exigirían una prueba tras otra y habría que suministrarlas; se esperaría que cada fenómeno subsiguiente fuese más maravilloso que el anterior. Usted a diario nos señala, que no se puede esperar que alguien crea a menos que se convierta en un testigo ocular. ¿Sería tiempo suficiente la vida de un hombre para satisfacer a la totalidad de los escépticos? Puede que sea algo fácil aumentar el número original de creyentes en Simla a cientos y miles. Pero ¿qué pasaría con los cientos de millones de aquellos que no |
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tuvieran la oportunidad de ser testigos oculares? Los ignorantes, incapaces de comprender a los operadores invisibles, algún día podrían descargar su ira contra los agentes visibles del trabajo; las clases altas y educadas seguirían incrédulas como siempre, destrozándolo a usted como antes. Al igual que muchos, usted nos culpa por nuestro gran secretismo. Sin embargo, conocemos algo de la naturaleza humana porque la experiencia de largos siglos, sí, edades, nos ha enseñado. Y sabemos que mientras la ciencia tenga algo que aprender y una sombra de dogmatismo religioso persista en los corazones de las multitudes, se deben vencer los prejuicios del mundo paso a paso, no de golpe. Así como la remota antigüedad tuvo más de un Sócrates, el sombrío Futuro dará a luz a más de un mártir. La ciencia emancipada con desprecio le dio la espalda a la opinión copernicana que renovaba las teorías de Aristarco de Samos, quien "afirma que la tierra se mueve en círculo alrededor de su propio centro" años antes de que la Iglesia buscara sacrificar a Galileo como un holocausto para la Biblia. Al matemático más capaz de la corte de Eduardo VI, Robert Recorde, lo dejaron morir de hambre en la cárcel sus colegas, quienes se burlaban de su Castillo del conocimiento, |
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declarando que sus descubrimientos eran "vanas fantasías". Wm. Gilbert de Colchester, médico de la reina Isabel, murió envenenado, sólo porque, este verdadero fundador de la ciencia experimental en Inglaterra, ha tenido la osadía de anticiparse a Galileo; de señalar la falacia copernicana en cuanto al "tercer movimiento", ¡el cual seriamente se afirmó que explicaba el paralelismo del eje de rotación de la Tierra! El enorme saber de los Paracelso, de los Agrippa y los Dey siempre se puso en duda. Fue la ciencia la que puso su mano sacrílega sobre la gran obra "De Magnete" - "La Blanca Virgen Celestial" (Akas) y otras. Y fue el ilustre "Canciller de Inglaterra y de la Naturaleza", Lord Verulam-Bacon, quien habiéndose ganado el nombre de Padre de la Filosofía Inductiva, se permitió referirse a hombres como los antes mencionados como los "Alquimistas de la filosofía de lo Fantástico". Todo esto es historia antigua, pensará usted. En verdad sí; pero las crónicas actuales no difieren esencialmente de sus predecesoras. Solo basta recordar las recientes persecuciones a médiums en Inglaterra, la quema de supuestas brujas, y hechiceros en Sudamérica, Rusia y las fronteras de España, para asegurarnos de que la única salvación para |
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los genuinos expertos en las ciencias ocultas reside en el escepticismo del público: los charlatanes y manipuladores son los escudos naturales de los "adeptos". La seguridad pública sólo se garantiza si mantenemos en secreto las armas terribles que de otro modo podrían usarse en contra de esta, y que, como se le ha dicho se tornaron mortales en manos de los malvados y egoístas. Concluyo recordándole que los fenómenos que usted anhela, siempre se han reservado como recompensa para quienes han dedicado sus vidas a servir a la diosa Saraswati, nuestra Isis aria. Si se les dieran a los profanos ¿qué quedaría para nuestros fieles? Muchas de sus sugerencias son sumamente razonables y se tendrán en cuenta. Escuché con atención la conversación que tuvo lugar en casa del señor Hume. Los argumentos de él son perfectos desde el punto de vista de la sabiduría exotérica. Pero, cuando llegue el momento y se le permita tener un vislumbre completo del mundo del esoterismo, con sus leyes basadas en cálculos matemáticamente correctos del futuro, los resultados necesarios de las causas que siempre tenemos la libertad de crear y dar forma a voluntad pero somos incapaces de controlar sus consecuencias que así se convierten en nuestros amos; sólo entonces, tanto usted como él entenderán por qué para los no iniciados nuestros actos deben parecer a menudo imprudentes, si no realmente tontos. |
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Su próxima carta no podré responderla completamente sin seguir el consejo de quienes generalmente tratan con los místicos europeos. Además la presente carta debe satisfacerle en muchos puntos que usted ha definido mejor en la última; pero sin duda también lo decepcionará. En lo que respecta a la producción de fenómenos recientemente concebidos y aún más sorprendentes que se le reclamó a ella con nuestra ayuda, como hombre familiarizado con la estrategia, usted debe quedarse satisfecho con la reflexión de que de poco sirve adquirir nuevas posiciones hasta que las que ya ha alcanzado estén aseguradas, y sus Enemigos plenamente conscientes del derecho de usted a poseerlas. En otras palabras, se produjo una mayor variedad de fenómenos para usted y sus amigos de lo que muchos neófitos regulares han visto en varios años. Primero, notifique al público sobre la producción de la nota, la taza y los diversos experimentos con los papeles de cigarrillo, y permítales digerirlos. Póngalos a trabajar para obtener una explicación. Y como salvo por la acusación directa y absurda de engaño nunca podrán explicar algunos de estos, mientras que los escépticos estén bastante satisfechos con su hipótesis actual sobre la producción del |
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broche, entonces usted habrá hecho mucho bien a la causa de la verdad y la justicia a la mujer que se hace sufrir por ello. Aislado como está, el caso anunciado en el Pioneer se vuelve menos que inútil, es absolutamente perjudicial para todos ustedes, para usted como Director de ese periódico tanto como para cualquier otro, si me perdona por ofrecerle lo que parece un consejo. No es justo para usted ni para ella, que, debido a que el número de testigos oculares no parece suficiente para merecer la atención del público, el testimonio de usted y el de su señora no sirvan de nada. Varios casos combinados para fortalecer su posición como testigo veraz e inteligente de los diversos sucesos, cada uno de ellos le otorga a usted un derecho adicional a afirmar lo que sabe. Le impone a usted el deber sagrado de instruir al público y prepararlo para las posibilidades futuras abriéndole gradualmente los ojos a la verdad. La oportunidad no debe perderse por falta de confianza en su propio derecho individual de afirmación como la de Sir Donald Stewart. Un testigo de reconocida reputación tiene mayor peso que la evidencia de diez extraños; y si, hay alguien en la India a quien se respeta por su confiabilidad ese es, el Director del Pioneer. Recuerde que fue solo |
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una mujer histérica la que presuntamente estuvo presente en la supuesta ascensión, y que el fenómeno nunca ha sido corroborado por una repetición. Sin embargo durante casi 2000 años incontables millones de personas han depositado su fe en el testimonio de esa única mujer, y ella no era demasiado confiable. Inténtelo, y primero trabaje con el material que tiene y entonces seremos los primeros en ayudarlo a conseguir más pruebas. Hasta entonces, créame, siempre su sincero amigo, |
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Contexto y antecedentes
En El mundo oculto, Sinnett explicó lo que escribió en la primera carta al Mahatma y por qué lo escribió. A pesar de su convicción de la autenticidad de los fenómenos realizados por H.P.B. durante el verano anterior de 1880 en Simla, India, consideraba que no siempre estaban rodeados de las salvaguardias necesarias y que no sería muy difícil para un total escéptico poner en duda su validez. Estaba ansioso por que se produjera algún fenómeno que, como él mismo lo expresó, "no dejara lugar ni siquiera para insinuar impostura". Se preguntaba si los propios "Hermanos" no siempre se daban cuenta de la necesidad de hacer que sus fenómenos de prueba fuesen irrefutables en cada pequeño detalle. [1]
Sinnett decidió que en su primera carta al Mahatma, sugeriría una prueba que estaba seguro sería absolutamente infalible y que lograría convencer al más profundo escéptico. Se trataba de la producción simultánea en Simla (en presencia del grupo allí) de las ediciones de un día del London Times y The Pioneer.
En ese momento, Londres y la India estaban separados por al menos un mes por todo medio de comunicación que no fuera el telégrafo, y obviamente hubiera sido imposible que todo el contenido del Times hubiera sido telegrafiado a la India antes de su publicación en Londres y que apareciera impreso en la India al mismo tiempo que aparecía impreso en Londres. Además, un proyecto de este tipo no podría haberse emprendido sin que todo el mundo lo supiera.
Después de haber escrito y entregado la carta a H.P.B., pasó aproximadamente un día antes de que se enterara de su destino. Finalmente, H.P.B. le dijo que iba a tener una respuesta. Esto lo animó tanto que se sentó y escribió una segunda carta, al sentir que tal vez no había hecho su primera carta lo suficientemente fuerte como para convencer a su corresponsal. Después del lapso de un día más o menos, encontró en su escritorio, una noche, la primera carta del Mahatma K.H. Respondía a sus dos cartas.
Recibida en Simla alrededor del 15 de octubre de 1880.
Descripción física de la carta
La carta original está en el Folio 1 de la Biblioteca Británica. Según George Linton y Virginia Hanson, la carta fue escrita:
En tinta negra mate, en ambas caras de un papel blanco. Hay algunas manchas y sobrescrituras y, en algunos casos, se han tachado algunas palabras. En la esquina inferior derecha de la primera página hay tres puntos rojos bastante grandes en forma de triángulo con una pequeña marca de tinta debajo que parece una inicial. La firma está en tinta un poco más negra que el texto y la escritura no es exactamente la misma. Esta característica es evidente en varias de las primeras cartas. [2]
Geoffrey A. Barborka describe esta carta muy detalladamente en Los Mahatmas y sus cartas. Aquí hay extractos de su comentario:
- "Al mirar el documento original, ahora archivado en el Museo Británico, a primera vista uno se sorprende por la calidad del papel: delgado, de apariencia casi transparente; se llama papel de arroz. En esa época solo estaba disponible en Oriente. El tamaño del papel de arroz es de 21,6 x 26,7 cm [ocho y media por diez y media pulgadas]. En cuanto a la caligrafía: se describe mejor como una escritura fluida, con letras grandes y bien formadas, de fácil lectura". [3]
- "El anverso y el reverso de las dos primeras hojas de papel dan evidencia de una caligrafía cuidadosamente formada. La tercera hoja muestra que se preparó a toda prisa; el anverso de la cuarta hoja, aún más. Pero al pasar al reverso de la cuarta hoja, las últimas siete líneas de la página se destacan claramente ... Se puede observar un cambio distinto; es como si otro amanuense se hubiera hecho cargo de la impresión. Primero se nota porque el color de lo que aparece como tinta en el papel es más oscuro, más negro que el negro marrón de las hojas anteriores ". [4]
- "Pero la característica más llamativa es esta: aunque la oración en la parte inferior de la página no fue concluida ... ¡las primeras seis líneas en la siguiente hoja de papel están en otro tipo de caligrafía!" [5]
- "La firma al final de esta carta es digna de mención. Está en una escritura completamente diferente". [6]
- "donde se han hecho correcciones, hay una ligera mancha posterior, como resultado de que se ha retirado del papel una palabra o incluso una letra de una palabra, luego se coloca una sustitución sobre la decoloración. Este se debe al hecho de que las Cartas de los Mahatmas no fueron escritas a mano, sino que fueron precipitadas o impresas en el papel mismo. [7]
Historial de publicaciones
Esta carta se publicó por primera vez en la primera edición de El mundo oculto en 1881.
Comentario sobre esta carta
Esta carta establece efectivamente la base para la comunicación entre los Mahatmas y Sinnett. Demuestra el gran cuidado que tuvo Kuthumi para que sus cartas fueran lo más claras y precisas posible. Además, el Mahatma está dispuesto a responder las preguntas del periodista, pero claramente quiere que Sinnett use su acceso a The Pioneer "para instruir al público y prepararlo para futuras posibilidades".
El Mahatma educa a Sinnett sobre el valor de dejar al público sin certezas sobre los asuntos ocultos. Como dice en las páginas 8-9, "Los ignorantes, incapaces de comprender a los operadores invisibles, algún día podrían descargar su ira contra los agentes visibles del trabajo; las clases altas y educadas seguirían incrédulas como siempre, destrozándolo a usted como antes." (Ver nota página 7) Un sentimiento similar se expresa en la Carta N.° 29, que "mientras los hombres duden habrá curiosidad e indagación, y esa indagación estimula la reflexión que engendra esfuerzo". [8]
Sinnett no había considerado adecuadamente las probables consecuencias de producir fenómenos irrefutables. Joy Mills refuerza este punto citando una carta de Kuthumi a W.T. Brown en 1883 de que los resultados de una demostración pública de fenómenos serían "desastrosos". [9]
Otro tema que aborda K.H. es que Sinnett no debe esperar tener experiencias ocultas en esta etapa de su vida: "Concluyo recordándole que los fenómenos que usted anhela, siempre se han reservado como recompensa para quienes han dedicado sus vidas a servir a la diosa Saraswati."
Notas
- ↑ A. P. Sinnett, The Occult World (London: Trubner & Co., 1881), 92-95. Available at Blavatsky Archives brom Google eBooks.
- ↑ George E. Linton and Virginia Hanson, eds., Readers Guide to The Mahatma Letters to A. P. Sinnett (Adyar, Chennai, India: Theosophical Publishing House, 1972), 35.
- ↑ Geoffrey Barborka, The Mahatmas and their letters (Adyar, Madras, India: Theosophical Publishing Company, 1973), 87-88.
- ↑ Barborka, 89.
- ↑ Barborka, 90.
- ↑ Barborka, 90.
- ↑ Barborka, 124.
- ↑ Joy Mills, Reflections on an Ageless Wisdom, Wheaton, IL: Theosophical Publishing House, 2010), 4-5.
- ↑ Joy Mills, 5-6. The Brown letter was published in Letters from the Masters of the Wisdom, First Series.