Diferencia entre revisiones de «Carta de los Mahatmas No. 18»
Línea 891: | Línea 891: | ||
'''NOTAS:''' | '''NOTAS:''' | ||
* '''El libro ya ha salido''' se refiere a la publicación del primer libro de [[Alfred Percy Sinnett|A.P. Sinnett]], [[El Mundo Oculto (libro)|El Mundo Oculto]]. | * '''El libro ya ha salido''' se refiere a la publicación del primer libro de [[Alfred Percy Sinnett|A.P. Sinnett]], [[El Mundo Oculto (libro)|El Mundo Oculto]]. | ||
* '''Art Magic''' se refiere a ''Art Magic: Or Mundane, Sub Mundane, y Super Mundane Spiritism,'' publicado por primera vez en 1876. La espiritista [[Emma Hardinge Britten]] anunció que el libro fue escrito por "un adepto" de su conocido, Louis Constant, para quien ella estaba 'actuando como | * '''Art Magic''' se refiere a ''Art Magic: Or Mundane, Sub Mundane, y Super Mundane Spiritism,'' publicado por primera vez en 1876. La espiritista [[Emma Hardinge Britten]] anunció que el libro fue escrito por "un adepto" de su conocido, Louis Constant, para quien ella estaba 'actuando como traductora y secretaria'. | ||
{{raw:en:Col-end}} | {{raw:en:Col-end}} |
Revisión del 18:41 13 mar 2018
Esta es la Carta No. 9 en la numeración de Barker. Vea a continuación el Contexto y Trasfondo.
< Previa carta cronol.
Próxima carta cronol. >
< Previa carta Barker
Próxima carta Barker >
Portada 1
IX |
NOTAS: |
Portada 2
234(a-d) |
NOTAS: |
Portada 3
Pri. un Phil |
NOTAS:
|
Página 1 - Traducción, imagen y notas
¡Bienvenido, buen amigo y brillante autor, bienvenido a su regreso! Tengo a mano su carta y celebro ver que su experiencia personal con el "Elegido" de Londres tuviera tanto éxito. Pero, preveo que usted se convertirá, ahora más que nunca, en la encarnación del interrogante. ¡Cuidado! Si sus preguntas son consideradas prematuras por parte de los poderes existentes, en vez de recibir mis respuestas en su prístina pureza, puede que las encuentre transformadas en una sarta de desatinos. Me he excedido hasta el punto de sentir una mano en mi garganta cuando abuso de los límites de los temas prohibidos; no lo bastante como para dejar de sentirme —muy incómodamente— como un gusano nacido ayer, ante nuestra "Roca de las Edades", mi Cho-Khan. Todos debemos ir a ciegas antes de poder seguir adelante; de lo contrario tenemos que permanecer al margen. ¿Y si ahora habláramos del libro? Le quart d'heure de Rabelais es impresionante y me encuentra, si no totalmente insolvente, sí casi temblando ante la idea de que el primer pago a cuenta ofrecido pueda ser juzgado insuficiente; que el precio reclamado sea demasiado para mis pobres recursos y que yo mismo me vea impulsado a transgredir pro bono publico, el terrible "hasta aquí llegarás y no más allá"; ¡y la oleada de cólera del enfado del Cho-Khan inundándome de tinta azul y todo lo demás! Espero de todo corazón que usted no me hará perder "mi posición." De acuerdo. Porque tengo la vaga idea de que usted se impacientará conmigo, y tengo una idea muy clara de que no necesita sentirse así. Es una desafortunada exigencia de la vida el que las necesidades imperiosas |
NOTAS:
|
Página 2
le obliguen a uno algunas veces a ignorar, en apariencia, la llamada de la amistad; no a dejar de cumplir la palabra dada, sino a aplazarla y a prescindir, por el momento, de las impacientes esperanzas de los neófitos, como si se tratara de cosas de importancia secundaria. Una de esas necesidades que yo llamo imperiosas, es la necesidad de su futura felicidad; la realización del sueño entrevisto por usted en compañía de S.M. Este sueño —¿podemos llamarle visión?— fue que usted y la Señora K. —¿y por qué olvidar la Soc. Teosófica?— "todos son partes de un gran plan destinado a procurar al mundo las manifestaciones de la filosofía oculta". Sí, tiene que llegar el momento, y no está lejos, en que todos ustedes comprenderán con claridad las frases aparentemente contradictorias de esas manifestaciones, y se verán obligados ante la evidencia, a adaptarse a ellas. Pero éste no es el caso por ahora y, mientras tanto, recuerde que se trata de jugar una partida arriesgada y las apuestas son almas humanas, y por eso le pido que controle la suya con paciencia. Teniendo en cuenta que he de ocuparme de su "Alma" y de la mía también, me propongo hacerlo al precio que sea, incluso corriendo el riesgo de ser mal interpretado por ustedes, igual como lo fui por el Señor Hume. La tarea se convierte en más difícil para mí al trabajar en solitario en ese campo; y eso durará mientras yo no consiga demostrar a mis superiores que, al menos usted, habla en serio, que está en buena disposición. Al igual que se me ha negado ayuda superior, a usted también le costará encontrar ayuda en esa Sociedad |
NOTAS: |
Página 3
en la que se mueve y a la que trata de hacer progresar. Y durante bastante tiempo, tampoco encontrará mucha satisfacción en aquellos que están directamente interesados. Nuestra Vieja Dama está débil y sus nervios están tan tensos como las cuerdas de un violín; su cerebro está agotado. H.S.O. se ha ido muy lejos —al exilio— defendiendo su camino hacia la salvación, —comprometido más de lo que usted piensa por sus indiscreciones de Simla— y estableciendo escuelas teosóficas. El Señor Hume —que una vez prometió convertirse en un vencedor en esa Batalla de la Luz contra las Tinieblas— mantiene ahora una especie de neutralidad armada, digna de contemplarse. Habiendo hecho el mirífico descubrimiento de que somos una corporación de fósiles antediluvianos o de jesuítas coronándose a sí mismos con floridas oratorias, no le quedaba más que ¡acusarnos de interceptar sus cartas a H.P.B.! Sin embargo, encuentra reconfortante pensar "qué jocoso argumento esgrimirá en alguna otra parte (tal vez ante la Sociedad Ornitológica Ángel Linneo) contra la entidad designada con el nombre de Koothoomi". Realmente, nuestro muy intelectual y en un tiempo mutuo amigo, dispone de un torrente de palabras que bastarían para mantener a flote un barco-transporte de sofismas oratorios. Y sin embargo — yo le respeto. . . . Pero, ¿quién viene ahora? ¿C.C. Massey? Pero, por otra parte, se trata del desventurado padre de una media docena de arrapiezos ilegítimos. El es el más fiel y devoto de los amigos; un místico profundo; un hombre generoso, de nobles intenciones, un caballero —como se dice— de pies a cabeza; puro como el oro, y reúne todos los requisitos para ser un estudiante de ocultismo, pero ninguno para ser un adepto, mi buen amigo. Pero, sea como sea, su |
NOTAS:
|
Página 4
secreto le pertenece y no tengo ningún derecho a divulgarlo. ¿El Dr. Wyld? —un cristiano hasta la médula de los huesos. ¿Hood? —una naturaleza plácida, tal como usted dice; un soñador y un idealista en cuestiones místicas, pero no un trabajador. ¿S. Moses? —¡Ah! ya hemos llegado. S.M. casi llegó a hacer zozobrar el arca de la Teosofía puesta a flote tres años antes, y hará todo lo que esté en su mano para repetirlo, a pesar de nuestro Imperator. ¿Lo pone en duda? Escuche: La suya es una naturaleza excepcional y fantástica. Sus energías psíquicas ocultas son prodigiosas; pero estaban latentes, encerradas en su interior sin que él lo sospechara cuando hace unos ocho años Imperator lanzó una mirada sobre él y ordenó a su espíritu que remontara el vuelo. Desde entonces, ha habido en él una nueva vida, una existencia dual, pero su naturaleza no podía cambiarse. Educado como estudiante de teología, su mente estaba devorada por las dudas. Con anterioridad, se había trasladado al Monte Athos donde se enclaustró en un monasterio y estudió la religión greco-oriental y es allí donde, por primera vez, fue descubierto por su "Espíritu-gala" (!!) Evidentemente, como la casuística griega no consiguió resolverle sus dudas, se apresuró a ir a Roma, donde tampoco el papismo le satisfizo. A partir de ahí deambuló por Alemania, con los mismos resultados negativos. Abandonó la árida teología cristiana, pero con ella no abandonó sin embargo a su presunto fundador. Necesitaba un ideal y lo encontró en este último. Para él. Jesús es una realidad, un Espíritu antaño encarnado y ahora desencarnado, que le "proporcionó la evidencia de su identidad personal" —piensa él— en el mismo grado que lo hicieron otros "Espíritus" — Imperator entre ellos. Sin embargo, ni las religiones de Jesús, ni tampoco sus palabras, tal como están descritas en la Biblia y que S.M. admite como auténticas, son totalmente aceptadas por ese inquieto Espíritu suyo. Imperator, en quien más tarde recayó la misma suerte, no lo pasa mejor. La mente de S.M. es demasiado positiva. Una vez impresionada, resulta más fácil hacer desaparecer las letras grabadas en titanio que borrar las impresiones hechas en su cerebro. |
NOTAS: |
Página 5
Cuando se encuentra bajo la influencia de Imperator, es completamente consciente de las realidades del Ocultismo y de la superioridad de nuestra Ciencia sobre el Espiritismo. Pero tan pronto se queda solo y a merced de la guía perniciosa de aquellos que él cree firmemente haber identificado con almas incorpóreas, ¡todo se convierte en confusión otra vez! Su mente no quiere ceder ante ninguna sugerencia, ante ningún razonamiento que no sean los suyos y éstos son todos para defender las teorías espiritistas. Cuando se hubo librado de sus antiguos grilletes teológicos se imaginó que ya era un hombre libre. ¡Unos meses más tarde se convirtió en humilde esclavo e instrumento de los "Espíritus"! Sólo cuando se encuentra frente a frente con su Yo interno, se da cuenta de que existe algo más elevado y más noble que la verborrea de los pseudo-Espíritus. Fue en un momento de éstos cuando escuchó por primera vez la voz de Imperator y, tal como él lo expresa, fue "como la voz de Dios hablando a su Yo interno". Esa voz se hizo familiar para él durante años y, sin embargo, muy a menudo no le presta atención. Una simple pregunta: si Imperator fuera lo que él cree que es, mejor aún —lo que él cree saber que es— ¿acaso no hubiera sometido totalmente la voluntad de S.M. a la suya, a estas alturas? Sólo que a los adeptos, es decir a los espíritus encarnados, nos está prohibido por nuestras sabias e inquebrantables leyes apoderarnos de la voluntad de otro más débil —la voluntad de un hombre que ha nacido libre. Este último procedimiento es uno de aquellos a los que recurren los "Hermanos de la Sombra", los Hechiceros, los Espectros Elementarios y, excepcionalmente, los Espíritus Planetarios más elevados, aquellos que no pueden ya equivocarse. Pero éstos no aparecen en la Tierra más que |
NOTAS: |
Página 6
a cada nuevo ciclo de humanidad, en la conjunción y cierre de los dos extremos del gran ciclo. Y no permanecen con el hombre más que el tiempo necesario para que las verdades eternas que enseñan queden tan fuertemente impresas en las dúctiles mentes de las nuevas razas para garantizar que no se pierdan o no sean olvidadas totalmente en épocas venideras para las futuras generaciones. La misión del Espíritu Planetario es sólo hacer sonar la NOTA CLAVE DE LA VERDAD. Una vez que el Espíritu Planetario ha encauzado la vibración de esta última para que siga su curso, ininterrumpidamente, a lo largo de las cadenas de esa raza y hasta el fin del ciclo —el morador de la esfera habitada más elevada desaparece de la superficie de nuestro planeta— hasta la siguiente "resurrección de la carne". Las vibraciones de la Verdad Primitiva son lo que vuestros filósofos denominan "ideas innatas". Imperator, pues, le había dicho repetidamente que "sólo tenía que buscar en el Ocultismo y descubriría un aspecto de la verdad todavía desconocido para él". Pero ésto no evitó en absoluto que S.M. volviera la espalda al Ocultismo cada vez que una teoría de éste chocaba con alguna de sus propias ideas espiritistas preconcebidas. Para él, la mediumnidad representaba el Certificado de libertad de su Alma, como el resucitar Espiritualmente desde la muerte. Se le había permitido disfrutar de ella, sólo en la medida en que fuera necesario para reafirmar su fe con la promesa de que lo anormal daría paso a lo normal; se le había ordenado que se preparara |
NOTAS: |
Página 7
para el momento en que su Yo interno llegara a ser consciente de su existencia espiritual independiente, en que actuaría y hablaría cara a cara con su Instructor y su vida transcurriría normalmente en las Esferas Espirituales y sin ningún tipo de mediumnidad externa o interna. Y sin embargo, cuando tuvo conciencia de lo que él denomina "acción externa del Espíritu" fue incapaz de distinguir la alucinación de la verdad, lo falso de lo real, confundiendo a veces a los Elementales con los Elementarios, a los espíritus encarnados con los desencarnados, aunque a menudo su "Voz de Dios" le había hablado y le había puesto en guardia contra "esos espíritus que flotan alrededor de la esfera terrestre". A pesar de todo, él está plenamente convencido de haber actuado, invariablemente, bajo las órdenes directas de Imperator, y que esos espíritus que se iban acercando hasta él lo hacían con la autorización de su "guía". Siendo así, ¿estuvo H.P.B. allí con el consentimiento de Imperator? ¿Y cómo se entienden entonces las contradicciones siguientes? Desde 1876, actuando bajo órdenes directas, ella ha tratado de que despertara a la realidad de lo que estaba ocurriendo a su alrededor y en él mismo. El debe saber si ella actuó de acuerdo o no con la voluntad de Imperator, ya que en este último caso ella podría haberse vanagloriado de ser más fuerte, más poderosa que el "guía" de él que todavía no ha protestado nunca por la intromisión. Ahora bien, ¿qué es lo que pasó? Cuando le escribió a ella, desde la Isla de Wight, en 1876, sobre una visión que él tuvo y que duró más de 48 horas seguidas, y durante la cual él andaba y hablaba como de costumbre, pero sin conservar el más mínimo recuerdo de nada externo, le pidió que le dijera si se trataba de |
NOTAS: |
Página 8
una visión o de una alucinación. ¿Por qué no se lo preguntó a +I-r? "Usted puede decírmelo porque usted estaba allí", dice él... — "Cambiada, pero era usted misma—, si es que tiene usted un Yo... Supongo que sí lo tiene, pero eso no me incumbe". ... En otra ocasión la vio en su propia biblioteca mirándole, acercándose a él y haciéndole algunos signos masónicos de la Logia, que él conoce. Él admite que "la he visto tan claramente como vi a Massey —que estaba allí". La vio en diferentes ocasiones, y algunas veces, aún sabiendo que se trataba de H.P.B., no podía reconocerla. "Por sus cartas y por su apariencia usted me parece tan diferente a veces, las actitudes mentales tan variadas, que es totalmente razonable para mí, como se me ha afirmado de buena tinta, el que piense que es usted un compendio de Entidades.... Tengo una fe absoluta en usted". En cada una de sus cartas él clamaba por un "Hermano viviente", y hacía grandes objeciones ante la inequívoca afirmación de ella de que ya había uno que se cuidaba de él. Cuando se le ayudaba a liberarse de su cuerpo demasiado material, al que había abandonado durante horas y a veces durante días, su máquina vacía funcionaba dirigida desde lejos durante ese período y mediante una influencia viviente externa; pero, tan pronto como se reintegraba a su cuerpo era como si empezara de nuevo a actuar bajo la imborrable impresión de haber sido, durante todo ese tiempo, el vehículo de otra inteligencia, de un Espíritu desencarnado, no encarnado, sin que ni una sola vez la verdad cruzara por su mente. Él le escribió a ella: "Imperator frustra el concepto de usted sobre la mediumnidad. |
NOTAS: |
Página 9
Él dice que no existe un verdadero antagonismo entre el médium y el adepto". Si hubiera empleado la palabra "Vidente", en lugar de "médium", la idea hubiera sido expresada más correctamente, porque raramente un hombre se convierte en adepto sin haber nacido como Vidente natural. Sigamos. En septiembre de 1875, él no conocía nada de los Hermanos de la Sombra —nuestros más grandes y despiadados Enemigos y, —por qué no confesarlo— los más potenciales. [Nos preguntamos si no debería decir los más poderosos. — ED] Ese año, en realidad, él le preguntó a la vieja dama si Bulwer había estado comiendo chuletas de cerdo medio crudas y luego había soñado lo que había descrito como "ese espantoso Morador del Umbral". "Prepárese usted", le contestó ella, —"dentro de unos doce meses tendrá que enfrentarse con ellos y luchar". En octubre de 1876 ellos ya habían empezado a actuar sobre él. "Durante estas tres últimas semanas" —escribió— "estoy librando una batalla cuerpo a cuerpo con todas las legiones Diabólicas. Mis noches se han vuelto espantosas con sus tormentos, sus tentaciones y sus obscenas sugerencias. ¡Las veo a todas girando a mi alrededor, clavando en mí sus miradas intensas, graznando, aullando, riendo irónicamente! Me asaltan toda clase de insinuaciones inmundas, de confusas dudas, de desesperado y escalofriante terror... Ahora puedo comprender al Morador de Zanoni.. . Sin embargo, no he vacilado ... y sus tentaciones son más débiles, su presencia menos próxima, el horror es menor...." Una noche, ella se había postrado ante su Superior, uno de los pocos que ellos temen, pidiéndole |
NOTAS:
|
Página 10
que extendiera su mano a través del océano para que S.M. no muriera y evitar que la S. Teosófica perdiera su mejor miembro. La respuesta fue: "Debe ser puesto a prueba". El se imagina que + Imper. envió a los tentadores porque le tomaba a él, S.M., por uno de esos Tomases que necesitan ver; él no quiere creer que + no pudiera evitar su llegada. Lo que hizo fue velar por él, pues no podía obligarles a alejarse a menos que la víctima, el mismo neófito, demostrara que era el más fuerte. Pero, ¿es que esos demomos humanos, aliados con los Elementarios, le prepararon para una nueva vida, tal como él pensaba que lo harían? Las personificaciones de esas influencias adversas que acosan al Yo interno cuando lucha para liberarse y progresar, no se hubieran presentado de nuevo si él hubiera conseguido dominarlas con éxito, afirmando su propia VOLUNTAD independiente, desprendiéndose de su mediumnidad, de su voluntad pasiva. Sin embargo, volvieron. Usted dice que + "Imperator no es, ciertamente, su alma astral (la de S.M.) y que seguramente tampoco pertenece a un mundo inferior al nuestro —es decir, no es un Espíritu encadenado a la Tierra". Nadie dijo nunca que él fuera algo por el estilo. H.P.B. nunca le dijo a usted que él fuese el alma astral de S.M., sino que aquello que él confundía a menudo con + / era su propio Yo superior, su atman divino —no el linga Saríra o el Alma astral, —ni tampoco el Kamarupa, el doble independiente. + no puede contradecirse a sí mismo; + "o puede ignorar la verdad, tan a menudo mal interpretada por S.M.; + no puede predicar las Ciencias ocultas y después defender la mediumnidad, ni tan siquiera en esa forma más superior |
NOTAS:
|
Página 11
descrita por su discípulo. La mediumnidad es anormal. Cuando en el curso de un desarrollo progresivo lo anormal ha cedido el paso a lo natural, los controles son repelidos, y la obediencia pasiva deja de ser necesaria; entonces el médium aprende a utilizar su voluntad, a ejercer su propio poder, y se convierte en adepto. El proceso es un proceso de desarrollo, y el neófito tiene que ir hasta el final. Mientras sigue sujeto al estado de trance ocasional, no puede ser un adepto. S.M. pasa las dos terceras partes de su vida en estado de trance. A su pregunta de, ¿es Imperator "un Espíritu Planetario" y "puede un Espíritu Planetario haber estado encarnado como ser humano?" Primero le diré que no puede haber ningún Espíritu Planetario que no haya sido en otro tiempo material, o lo que usted llama humano. Cuando nuestro gran Buddha —el jefe de todos los Adeptos el reformador y codificador del sistema oculto, alcanzó por primera vez el Nirvana en la Tierra, se convirtió en un Espíritu Planetario, es decir, —su espíritu podía, a la vez y al mismo tiempo, deambular con plena conciencia por los espacios interestelares y continuar, a voluntad, su existencia en la Tierra en su cuerpo original e individual. Porque el Yo divino se había desembarazado tan completamente de la materia que podía crear, a voluntad, un sustituto interno para sí y dejarlo en la forma humana durante días, semanas, y algunas veces años, no afectando en modo alguno con este cambio ni el principio vital ni la mente física de su cuerpo. Dicho sea de paso, esa es la forma más elevada de adoptado a la que el hombre puede aspirar en nuestro planeta. Sólo que es tan rara como los Buddhas mismos. El último Khobilgan que la alcanzó fue |
NOTAS: |
Página 12
Sang-ko-pa de Kokonor (siglo XIV) el reformador tanto del Lamaísmo esotérico como del vulgar. Son muchos los que "rompen el cascarón del huevo"; pero pocos los que, una vez fuera, son capaces de utilizar plenamente su Nirvva namastaka, cuando están por completo fuera del cuerpo. La vida consciente del Espíritu es tan difícil para algunas naturalezas como lo es la natación para algunos cuerpos. Y aunque la estructura de la masa humana es más ligera que el agua, y aunque toda persona nace con esa facultad, sólo unos cuantos desarrollan en ellos el arte de moverse en el agua para mantenerse a flote, y morir ahogado es el más frecuente de los accidentes. Un Espíritu Planetario de esa categoría (como la del Buddha) puede pasar a voluntad a otros cuerpos —de mayor o menor densidad etérea, que habitan en otras regiones del Universo. Existen muchos otros grados y órdenes, pero no existe ninguna orden separada y eternamente constituida de Espíritus Planetarios. No soy más libre de decirle si Imperator es un "Planetario" encarnado o desencarnado, si es un adepto en carne y hueso, o si no lo es, de lo que el mismo Imperator lo sería para decirle a S.M. quien soy yo o quién puedo ser, o incluso quién es H.P.B. Si él prefiere guardar silencio sobre este particular, S.M. no tiene ningún derecho a preguntármelo a mí. Por lo demás, nuestro amigo S.M. debería saberlo. Pero hay más, él cree firmemente que lo sabe. Porque hubo un tiempo en su relación con ese personaje en que al no sentirse satisfecho con las afirmaciones de +, o conforme con respetar sus deseos de que él, Imperator y Co., se mantuvieran aparte y sin darse a conocer, salvo por sus supuestos títulos, luchó con él durante meses, como un Jacob, para conocer |
NOTAS:
|
Página 13
la identidad de ese espíritu. Una vez más, se trataba del típico flim-flam bíblico. "Te ruego que me digas tu nombre" —y aunque contestó: "¿Cómo es que me preguntas mi nombre?" —¿qué es un nombre?— él dejó que S.M. le etiquetara como si se tratara de un portmanteau. Y de este modo, S.M. está tranquilo porque "ha visto a Dios cara a cara"; cuyo Dios, después de luchar con él, y viendo que no vencía, le dijo: "Déjame marchar" y se vio obligado a aceptar las condiciones ofrecidas por Jacob S. Moses. Para su propia información le aconsejo con mucha insistencia que haga esta pregunta a su amigo: ¿Por qué ha de estar "esperando ansiosamente" mi respuesta, puesto que lo sabe todo respecto a + ? Ese Espíritu, ¿no le contó, acaso, un relato cierto día, una historia singular, algo que él no puede divulgar sobre sí mismo, prohibiéndole mencionarlo jamás? ¿Qué más quiere? El hecho de que trate de averiguar a través de mí la verdadera naturaleza de + es, en sí, una buena prueba de que no está tan seguro de su identidad como él cree, o mejor, como querría hacer creer. ¿O bien, se trata de un pretexto, o qué? Yo puedo contestarle lo que le dije un día a G.H. Fechner cuando quiso conocer el punto de vista hindú sobre lo que había escrito: "Usted tiene razón; .. . 'además del hombre y del animal, cada diamante, cada cristal, cada planta y cada estrella poseen su propia alma individual. . .' y 'existe una jerarquía de almas desde la forma más inferior de la materia hasta el Alma del Mundo'; pero usted se equivoca cuando a lo que antecede le añade la afirmación de que 'los espíritus de los |
NOTAS:
|
Página 14
que se fueron sostienen una comunicación psíquica directa con las Almas que todavía están unidas a un cuerpo humano' —porque no es así". La posición relativa de los distintos mundos habitados de nuestro Sistema Solar excluiría por sí sola esa posibilidad. Porque confío que usted ha desechado la peregrina idea —resultado natural de su primera educación cristiana— de que, posiblemente, ¡pueden existir inteligencias humanas habitando en regiones puramente espirituales! Entonces, usted comprenderá tan rápidamente la falacia del concepto de los cristianos —que hacen arder las almas inmateriales en un infierno material físico— como el error de los espiritistas más ilustres, que se mecen en el pensamiento de que nadie más sino los moradores de los dos mundos inmediatamente conectados con el nuestro, pueden comunicarse eventualmente con ellos. Por más eterices que puedan ser, y por más purificados de materia tosca que puedan estar, los Espíritus puros todavía están sujetos a las leyes físicas universales de la materia. Aunque lo quisieran, no podrían sortear el abismo que separa sus mundos del nuestro. Se les puede visitar en Espíritu, pero su Espíritu no puede descender hasta nosotros. Ellos atraen, pero no pueden ser atraídos porque su polaridad Espiritual es una dificultad insuperable en el camino. (Por lo demás, usted no debe aceptar Isis en sentido literal. El libro no es más que el esfuerzo de una tentativa para desviar la atención de los espiritistas de sus ideas preconcebidas y hacerles ver la verdadera situación de las cosas. A la autora se le insinuó que señalara el verdadero sentido, que dijera no lo que son las cosas, sino lo que no son. De la mano del corrector de pruebas se han deslizado en la obra unos cuantos errores auténticos, como el de la página 1, Capítulo 1, volumen I, donde la Esencia Divina se hace emanar de Adán, en lugar de a la inversa). |
NOTAS: |
Página 15
Una vez iniciado objetivamente este tema, voy a tratar de explicarle con más claridad si cabe, dónde radica la imposibilidad. De esta manera quedará contestada su pregunta con relación a los Espíritus Planetarios y a los "Espíritus" de las sesiones espiritistas. El ciclo de las existencias inteligentes comienza en los mundos o planetas más elevados —el término "más elevado" significa aquí los más perfectos espiritualmente. El hombre, al evolucionar desde la materia cósmica —que es el akasa, el primordial medio dúctil, no el medio resultante o Éter de la Ciencia, instintivamente sospechado, no comprobado, como todo el resto— lo hace primero a partir de esta materia en su estado más sublimal, apareciendo en el umbral de la Eternidad como una Entidad perfectamente Etérica —no como una Entidad Espiritual— es decir, aparece como un Espíritu Planetario. Este Espíritu Planetario no es sino una transferencia de la Esencia Espiritual y Universal del Mundo —el Alma del Mundo de los griegos, o aquello a lo que la humanidad, en su decadencia espiritual ha rebajado hasta un Dios mítico personal. De aquí que en esa etapa, el hombre-Espíritu es, en el mejor de los casos, un Poder activo, un Principio inmutable y, como consecuencia, irreflexivo. (De nuevo aquí la palabra "inmutable" se emplea sólo para indicar por lo pronto ese estado, aplicándose aquí la inmutabilidad sólo al principio interno, que se desvanecerá y desaparecerá tan pronto como la chispa de materia que hay en él empiece el trabajo cíclico de Evolución y transformación). En su subsiguiente descenso y en proporción al aumento de materia, irá afirmando cada vez más su actividad. Ahora bien, el conjunto de los mundos estelares (incluyendo nuestro propio planeta), habitados por seres inteligentes puede compararse a un globo o más bien a un epicicloide formado por anillos, como una cadena de mundos entrelazados unos con otros representando en su totalidad |
NOTAS: |
Página 16
un anillo imaginario o un círculo sin fin. El progreso del hombre a lo largo de todo el conjunto con el punto de origen y el punto final coincidiendo en el punto más elevado de su circunferencia, —es lo que nosotros llamamos el Maha Yug o Gran Ciclo, el Kuklos, cuya cabeza se pierde en una corona de Espíritu absoluto, y el punto más inferior de la circunferencia se pierde en la materia absoluta— o sea, el punto donde el principio activo deja de actuar. Si, empleando un término más familiar, llamamos Macrocosmo al Gran Ciclo, y Microkosmos a sus partes componentes o mundos estelares entrelazados entre ellos, entonces resulta evidente lo que los ocultistas quieren significar al representar a cada uno de estos últimos como copias perfectas del primero. El Gran Ciclo es el Prototipo de los ciclos menores y como a tales, cada mundo estelar tiene a su vez su propio ciclo de Evolución, que empieza con una naturaleza más pura y termina con una más tosca o más material. A medida que desciende, cada mundo se presenta, naturalmente, más opaco cada vez, convirtiéndose en las "antípodas" en materia absoluta. Empujado por el irresistible impulso cíclico, el Espíritu Planetario tiene que descender antes de que pueda ascender otra vez. En su camino, tiene que pasar a través de toda la escala de Evolución, sin omitir un peldaño, deteniéndose en cada mundo estelar, como lo haría en una estación; y además del ciclo inevitable de esa estrella particular y de cada mundo estelar respectivo, debe llevar a cabo su propio "ciclo de vida" también, viz., debe volver a reencarnar tantas veces como haga falta para completar su ronda de vida en él, cuando |
NOTAS:
|
Página 17
muere allí antes de haber alcanzado la edad de la razón, según se explicó correctamente en Isis. Hasta aquí la idea de la Señora Kingsford de que el Ego humano se reencarna sucesivamente en diferentes cuerpos humanos, es la verdadera. En cuanto a renacer en formas animales después de una encarnación humana, esto es el resultado de su confusa manera de expresar las ideas y las cosas. De nuevo topamos con otra mujer. Porque ella confunde "Alma y Espíritu" y se niega a diferenciar el ego animal del Espiritual; entre el Jivatma (o Linga-Sharira) y el Kama-Rupa (o Atma-Rupa), ¡dos cosas tan diferentes como son el cuerpo y la mente, o la mente y el pensamiento! Esto es lo que ocurre. Después de circundar, por así decirlo, a lo largo del arco del ciclo, girando a lo largo y dentro de él (la rotación diaria y la rotación anual de la Tierra es una ilustración tan buena como cualquier otra), cuando el hombre-Espíritu alcanza nuestro planeta, que es uno de los más inferiores, después de haber perdido en cada etapa algo de lo etéreo y de haber obtenido un incremento de naturaleza material, tanto el espíritu como la materia han quedado bastante equilibrados en él. Pero entonces, tiene que realizar el ciclo de la Tierra; y, al igual que en el proceso de involución o evolución descendente, la materia está siempre esforzándose para sofocar al espíritu, cuando llega al punto más bajo de su peregrinaje, el que una vez fue Espíritu Planetario puro se encontrará reducido a lo que la Ciencia ha dado en llamar el hombre primitivo o Primordial —en medio de una naturaleza |
NOTAS:
|
Página 18
igualmente primitiva— hablando en términos puramente geológicos, porque en su carrera cíclica, la naturaleza física se mantiene en armonía tanto con el hombre fisiológico como con el hombre espiritual. En este punto, la gran Ley empieza su trabajo de selección. La materia, que se encuentra totalmente divorciada del espíritu, se precipita hacia mundos todavía más inferiores —hacia el sexto "Gati" o "camino de renacimiento" de los mundos vegetal y mineral y de las formas primitivas de animales. A partir de ahí, la materia se desintegra totalmente en el taller de la naturaleza y, sin alma, seguirá su camino de regreso hacia su Fuente Madre; mientras tanto, los Egos purificados de sus escorias están en situación de reanudar, una vez más, su progreso ascendente. Es aquí, pues, donde los Egos perezosos perecen a millones. Es el momento solemne de la "supervivencia de los más aptos", de la aniquilación de los que no están cualificados. Pero sólo es la materia (o el hombre material) la que se ve obligada, por su propio peso, a descender hasta el mismo corazón del "círculo de necesidad" para asumir allí una forma animal; por lo que respecta al vencedor en esta carrera a través de los mundos, el Ego Espiritual, éste ascenderá de estrella en estrella, de un mundo a otro, en círculos progresivos para convertirse de nuevo en el antiguo Espíritu puro planetario que fue; después, todavía más alto, alcanzará finalmente su primer punto de partida y desde ese momento —se sumergirá en el MISTERIO. Ningún adepto ha penetrado jamás más allá del velo de la materia Kósmica primitiva. La visión más elevada, la más perfecta, queda limitada al universo de la Forma y de la Materia. |
NOTAS:
1. Devas o dioses; 2. Manusyas o humanos; 3. Tiryaks o animales; 4. Pretas o fantasmas hambrientos; 5. Narakas o seres infernales. |
Página 19
Pero mi explicación no termina aquí. Usted quiere saber por qué se considera extremadamente difícil, si no totalmente imposible, que los Espíritus puros desencarnados se comuniquen con los hombres por medio de médiums o a través de la Fantasmosofia. Yo digo que es: (a) A causa de las atmósferas antagónicas que rodean respectivamente a estos mundos; (b) Por la completa disparidad de las condiciones fisiológicas y espirituales; y — (c) Porque esta cadena de mundos, de la que acabo de hablarle, no es sólo un epicicloide, sino también una órbita elíptica de existencias que tiene, como toda la elipse, no uno, sino dos puntos —dos focos, que no pueden acercarse jamás el uno al otro; el Hombre se encuentra en un foco y el Espíritu puro en el otro. Usted podrá poner objeciones a ésto. No puedo ni evitarlo ni cambiar los hechos; pero todavía existe otro impedimento mucho más poderoso. Al igual que un rosario compuesto de cuentas blancas y negras en alternancia la una con la otra, esa concatenación de mundos está compuesta de mundos de CAUSAS y de mundos de EFECTOS, siendo estos últimos —el resultado directo producido por los primeros. Así pues, queda demostrado que cada esfera de Causas —y nuestra Tierra es una de ellas— no sólo está entrelazada con y rodeada por su vecina más próxima —la esfera superior de Causalidad— sino que, en realidad, está separada de ella por una atmósfera impenetrable (en el sentido espiritual) de efectos colindantes y hasta entrelazados, nunca mezclándose con la esfera siguiente, porque una es activa, la otra — pasiva, el mundo de las causas positivo, el mundo de los efectos— negativo. Esta resistencia pasiva puede vencerse, pero bajo condiciones de las cuales sus más versados espiritistas no tienen la menor idea. Todo movimiento es, por así decirlo, polar. Es muy difícil, en este punto, transmitirle lo que quiero decir, pero llegaré hasta el fin. Soy consciente de mi incapacidad para presentarle a usted estas —para nosotros— verdades axiomáticas, en ninguna otra |
NOTAS: |
Página 20
forma que no sea la de un simple postulado lógico —si es que llega a tanto— pues no son susceptibles de una absoluta e inequívoca demostración excepto para los más grandes videntes. Pero si no otra cosa, al menos le proporcionaré materia para pensar. Las esferas intermedias, al no ser más que las sombras reflejas de los Mundos de las Causas —son neutralizadas por estos últimos. Ellas son los principales lugares de parada, las estaciones donde se gestan los que han de ser los nuevos Egos Auto-Conscientes —la progenie auto-engendrada de los antiguos Egos desencarnados de nuestro Planeta. Antes de que el nuevo Fénix, renacido de las cenizas de sus padres, pueda remontarse hacia lo alto, hacia un mundo mejor, más espiritual y perfecto —un mundo de materia todavía— tiene que pasar por el proceso de un nuevo nacimiento, por así decirlo; y tal como ocurre en nuestra Tierra, donde las dos terceras partes de niños nacen muertos o mueren en la infancia, lo mismo pasa en nuestro "mundo de efectos". En la Tierra son los defectos fisiológicos y mentales, los pecados de los progenitores que recaen en su progenie; en esa tierra de sombras, el nuevo Ego-feto todavía inconsciente se convierte en la víctima propiciatoria de las transgresiones de su antiguo Yo, cuyo karma —mérito y demérito— será el único que forjará su futuro destino. En ese mundo, mi buen amigo, no encontramos más que máquinas inconscientes, automáticas, máquinas que albergaron un ser humano, almas en estado de transición, cuyas facultades latentes y cuya individualidad se hallan como una mariposa en su crisálida; ¡y sin embargo, los espiritistas quisieran dar sentido a sus palabras! Atrapados a veces en el vórtice de la corriente "mediummstica" anormal, los espiritistas se convierten en los ecos inconscientes de los pensamientos e ideas cristalizadas alrededor de los que se encuentran presentes. Toda mente positiva y bien enfocada es capaz de neutralizar esos efectos secundarios en una sesión espiritista. El mundo que está por debajo del nuestro es peor todavía. El primero, por lo menos, es inofensivo; se peca más contra él al perturbarlo de lo que |
NOTAS: |
Página 21
él mismo peca; pero el segundo, permitiendo la retención de la plena conciencia, como que es cien veces más material, es absolutamente peligroso. Todas las ideas de infiernos y purgatorios, de paraísos y resurrecciones, son ecos caricaturizados y distorsionados de la Verdad primordial una, enseñada a la humanidad en la infancia de sus razas por cada Primer Mensajero —el Espíritu Planetario mencionado en el reverso de la página tres— y cuyo recuerdo perduró en la memoria del hombre como el Elu de los caldeos, el Osiris de los egipcios, Vishnú, los primeros Buddhas, etc. El mundo inferior de los efectos es la esfera de esos Pensamientos distorsionados; de los conceptos y de las imágenes más sensuales; de las deidades antropomórficas, expresiones externas de sus creadores, las sensuales mentes de personas que nunca pasaron de su etapa animal en la tierra. Si se tiene en cuenta que los pensamientos son cosas —que tienen tenacidad, coherencia y vida— que son entidades reales— lo demás resultará claro. Desencarnado, el creador es atraído de un modo natural hacia su creación y hacia sus criaturas, absorbido por el Maelstrom desencadenado por sus propias manos.... Pero debo detenerme, porque no habría suficientes volúmenes para explicar todo lo que he dicho en esta carta. Y por lo que respecta a su extrañeza de que las opiniones de los tres místicos "estén muy lejos de coincidir", ¿qué es lo que este hecho demuestra? ¿No serían las mismas las enseñanzas si fueran instruidos por Espíritus desencarnados, puros y sabios —aunque se tratara de uno de esos que se trasladan desde nuestra tierra a un plano más elevado? Y la pregunta que se plantea: "¿Es que los Espíritus, lo mismo que los hombres, no pueden tener ideas diferentes?" |
NOTAS:
|
Página 22
Pues bien, sus enseñanzas —las de los más elevados de ellos, ya que son los "guías" de los tres grandes Videntes de Londres— nunca tendrán más autoridad que las de los hombres mortales. "Sin embargo, ¿pueden pertenecer a esferas diferentes?" Bien; si en las distintas esferas se plantean doctrinas contradictorias, estas doctrinas no pueden contener la Verdad, porque la Verdad es Una y no puede admitir puntos de vista diametralmente opuestos; y los Espíritus puros, que la ven tal como es con el velo de la materia completamente levantado — no pueden equivocarse. Ahora bien, si admitimos que distintos aspectos o partes de la Verdad Total son visibles para distintas entidades o inteligencias, encontrándose cada una de ellas en diferentes condiciones como si, por ejemplo, se tratara de las diferentes partes del mismo paisaje que se extiende ante varias personas, a diferentes distancias y desde ángulos de visión distintos —si admitimos la realidad de diversas o diferentes entidades (por ejemplo, determinados Hermanos) que se esfuerzan por desarrollar los Egos de diferentes individuos, sin someter por completo sus voluntades a las suyas propias (puesto que está prohibido), pero aprovechando sus idiosincrasias físicas, morales e intelectuales; si añadimos a ésto las incontables influencias cósmicas que distorsionan y desvían todos los esfuerzos para alcanzar unos fines determinados; si tenemos presente, además, la hostilidad directa de los Hermanos de la Sombra, siempre en guardia para confundir y fatigar el cerebro del neófito, yo creo que no tendremos ninguna dificultad para comprender de qué manera, incluso un claro adelanto espiritual, hasta cierto punto, puede llevar a distintas personas a conclusiones y teorías manifiestamente distintas. Habiéndole confesado que yo no tenía derecho a inmiscuirme |
NOTAS: |
Página 23
en los secretos y en los planes de Imperator, debo decir que, sin embargo, hasta ahora, él ha demostrado ser el más sabio de nosotros. Si nuestra política hubiera sido la misma, si por ejemplo, yo le hubiera autorizado a usted a sacar conclusiones y luego le dejara creer (sin que yo mismo dijera nada en contra) que yo era un "ángel desencarnado" —un Espíritu de diáfana esencia electroidal de la fantasmagórica zona Super-Estelar— los dos seríamos más felices. Usted no hubiera atormentado su cabeza en cuanto a "si siempre serán necesarias entidades de esa clase" y yo mismo no me hubiera encontrado en la desagradable necesidad de tener que negar a un amigo una "entrevista personal y una comunicación directa". Usted no podría haber creído tácitamente cualquier cosa que llegara de mí; y yo me hubiera sentido menos responsable de usted ante mis GUIAS. Sin embargo, el tiempo demostrará lo que puede o lo que no puede hacerse al respecto. El libro ya ha salido, y hemos de esperar pacientemente los resultados de este primer disparo serio contra el enemigo. Art Magíc e Isis, procediendo de mujeres, y según se creía, espiritistas —no podía esperarse que merecieran una atención seria. Sus efectos, al principio, serán bastante desastrosos porque el fusil reculará y el disparo, al rebotar, golpeará al autor y a su humilde héroe, los cuales no es probable que se amilanen. Pero rozará también a la vieja dama, resucitando el clamor del año pasado en la prensa angloindia. Los tersitas y los filisteos literarios tratarán la obra con dureza, y las burlas y pullas y los coups de bec arremeterán contra ella —aunque le apunten sólo a usted, puesto que, como editor del Pioneer está muy lejos de ser apreciado por sus colegas de |
NOTAS:
|
Página 24
la India. Los periódicos espiritistas ya han empezado la campaña en Londres, y los editores yanquis de los Órganos de los "Ángeles" seguirán el ejemplo, mientras los "Controles" celestiales expelen su "scandalum magnatum" más selecto. No es probable que algunos hombres de ciencia —al menos algunos de sus admiradores— (los parásitos que se complacen con el sol y sueñan que ellos mismos son ese sol) le perdonen a usted la frase —realmente no demasiado halagadora— que sitúa la comprensión de un pobre hindú desconocido "Tan por encima de la ciencia y de la filosofía de Europa, que sólo las mentes más preclaras que representan a éstas serían capaces de descubrir la existencia de semejantes poderes en el hombre, etc." Bueno, ¿Y qué más da? Todo estaba previsto, y era de esperar. Cuando se acallen los primeros zumbidos y sonsonetes de la crítica adversa, los hombres que piensan leerán y reflexionarán sobre el libro como jamás reflexionaron sobre los esfuerzos más científicos de Wallace y Crookes para reconciliar la ciencia moderna con los Espíritus y —la pequeña semilla crecerá y medrará. Mientras tanto, no olvido las promesas que le hice. Tan pronto como esté instalado en su dormitorio trataré de... [Aquí, tres líneas de la carta original han sido completamente borradas, aparentemente por quien las escribió. — ED] Espero que se me permita hacer mucho por usted. Si durante generaciones nosotros hemos "mantenido al mundo ignorante del Conocimiento de nuestra Sabiduría", se debe a la absoluta falta de preparación de éste; y si, a pesar de las pruebas que se dan, el mundo sigue negando todavía la evidencia, entonces, al Final de este ciclo, nosotros nos reintegraremos |
NOTAS: |
Página 25
a la soledad y a nuestro reino de silencio una vez más. . . . Hemos ofrecido exhumar los estratos primarios de la existencia, su naturaleza básica, y revelar los maravillosos entresijos de su Ser interno — algo que la fisiología y ni siquiera la psicología podrán alcanzar nunca en su máxima expresión— ni podrán demostrarlo científicamente. A los hombres de ciencia les tiene sin cuidado el que las excavaciones sean tan profundas, que las rocas sean tan duras y puntiagudas, que al zambullirse en ese océano para ellos insondable, la mayoría de nosotros perezca en la peligrosa aventura; porque somos nosotros los que fuimos los buceadores y los pioneros, y los hombres de ciencia no hacen más que recoger donde nosotros hemos sembrado. Nuestra misión es sumergirnos y sacar a la superficie las perlas de la Verdad; la de ellos —limpiarlas y engarzarlas como joyas científicas. Y si ellos se niegan a tocar la concha mal formada de la ostra, insistiendo que [no] hay ni puede haber ninguna perla preciosa en su interior, entonces, una vez más, nos lavaremos las manos de cualquier responsabilidad ante el género humano. Durante incontables generaciones, el adepto edificó un templo de rocas imperecederas, una Torre gigantesca de PENSAMIENTO INFINITO, donde moró el Titán y donde, si fuera necesario, todavía viviría solo, sin salir más que al final de cada ciclo, para invitar a los elegidos de la humanidad a cooperar con él, y para ayudar, a su vez, a iluminar al hombre supersticioso. Y nosotros proseguiremos con ese nuestro trabajo periódico; no permitiremos que se frustren nuestros intentos filantrópicos hasta el día en que los cimientos de un nuevo continente de pensamiento estén tan firmemente asentados que ninguna acumulación de malicia ignorante y de oposición, guiadas por los Hermanos de la Sombra, puedan prevalecer. |
NOTAS: |
Página 26
Pero hasta ese día del triunfo final alguien tiene que sacrificarse —si bien sólo aceptamos víctimas voluntarias. La ingrata tarea la dejó postrada y desolada entre los vestigios del sufrimiento, de la incomprensión y del aislamiento; pero ella tendrá su recompensa en el futuro, porque nosotros nunca fuimos desagradecidos. Con relación al Adepto —no uno de mi categoría, mi buen amigo, sino uno mucho más elevado— podría usted haber terminado su libro con aquellas líneas de "El Soñador Despierto" de Tennyson — usted no lo reconoció: "¿Cómo podríais reconocerle? Estabais todavía dentro Del círculo más limitado; y él casi había alcanzado El último, el cual, con una zona de llama blanca, Pura y sin calor, ardiendo en un espacio más grande Y en un éter de un azul oscuro Envuelve y ciñe todas las demás vidas...." Pondré punto final. Recuerde, pues, el 17 de julio....[Aquí, otra vez hay seis líneas suprimidas en el original. — ED]...., para usted se convertirá en la más sublime de las realidades. ¡Adiós! Sinceramente suyo, |
NOTAS: |
Contexto y Trasfondo
Esta carta marca el comienzo de las verdaderas enseñanzas del Mahatma, aunque una gran parte se refiere a un prominente miembro inglés de la Sociedad Teosófica.
AP Sinnett ha designado el 8 de julio como la fecha de recepción de esta carta. Sin embargo, en el Suplemento de El Teósofo de agosto de 1881, Tookaram Tatya, secretario de la Sociedad Teosófica de Bombay, en un informe fechado el 7 de julio de 1881, afirma que Sinnett llegó a Bombay el 4 de julio y, la noche siguiente, el 5 de julio, dio una charla en la que dijo claramente que esa misma mañana, después del desayuno, mientras estaba sentado a la mesa a plena luz del día, recibió una carta de su "ilustre amigo Koot Hoomi".
La descripción de Sinnett de cómo se recibió la carta es extremadamente interesante. Se encuentra en El Mundo Oculto (pág.154-55, novena edición). No está en la primera edición, ya que eso ya había sido publicado; se incluyó en la segunda edición bajo el título " Fenómenos ocultos posteriores" . En la novena edición, el capítulo se titula "Conclusión".
Sinnett le había escrito al Mahatma antes de dejar Londres y estaba un poco decepcionado de que no le esperara ninguna respuesta en Bombay. Sin embargo, la mañana siguiente a su llegada, cuando él y H.P. Blavatsky habían terminado de desayunar, él estaba sentado hablando con ella cuando le llegó la carta. Esta es su descripción:
- Estábamos sentados a diferentes lados de una gran mesa cuadrada en el medio de la habitación, y la luz del día estaba brillando. No había nadie más en la habitación. De repente, sobre la mesa frente a mí, pero a mi derecha, Madame Blavatsky a mi izquierda, cayó una carta gruesa. Cayó "de la nada" por así decirlo; fue materializado, o reintegrado en el aire ante mis ojos. Era la respuesta esperada de Koot Hoomi, una carta profundamente interesante, en parte relacionada con asuntos privados y respuestas a mis preguntas, y en parte con algunas revelaciones grandes, aunque todavía oscuras, de la filosofía oculta, el primer esbozo de esto que había recibido.
En la página siguiente, comenta que durante algún tiempo este fue el único fenómeno que se le otorgó, ya que "Las autoridades superiores del mundo oculto, de hecho, ya habían puesto una prohibición mucho más estricta sobre tales manifestaciones ...". El efecto de los eventos en Simla el verano anterior, mencionaba, "no se consideró satisfactorio en su conjunto. Se produjo una buena discusión y sentimientos desagradables, y me imagino que esto fue concebido para compensar, en su efecto perjudicial sobre el progreso del movimiento teosófico, el buen efecto de los fenómenos en las pocas personas que los apreciaron ". Otro punto de esta carta es que, como algunas de las otras, tuvo repercusiones. En este caso, esto se debió a la indiscreción de Sinnett, o falta de juicio, al hacer extractos copiosos de ella para Stainton Moses, a quien el Mahatma discute confidencialmente, y en gran medida, en esta carta.
Descripción física de la carta
El original está en la Biblioteca Británica, Folio 1. Según George Linton y Virginia Hanson,
Con tinta azul en ambos lados de 13 hojas de papel blanco de tamaño completo. Hay algunos borrones y borradores. En la última hoja y cerca de la última parte parece que se borró parte del texto.[1]
Notas
- ↑ George E. Linton y Virginia Hanson, eds., "Guía de los lectores a las cartas de los Mahatmas a A. P. Sinnett" (Adyar, Chennai, India: Theosophical Publishing House, 1972), 60.