Carta de los Mahatmas No. 92
Esta es la Carta N.° 92 en Las Cartas de los Mahatmas a A.P. Sinnett, 4.ª edición cronológica (en inglés). Corresponde a la Carta N.° 54 en la numeración de Barker. Ver a continuación contexto y antecedentes
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Portada
Rec. Simla Oct 1882 Ref. a CCM - V.D. etc.
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Página 1 - traducción, imagen y notas
Mi estimado amigo: la deposición y abdicación de nuestro gran "yo soy" es uno de los eventos más agradables de la temporada para su humilde servidor. ¡Mea culpa! exclamo, y voluntariamente coloco mi cabeza culpable bajo una lluvia de cenizas, de los cigarros de Simla si le parece, ¡porque fue obra mía! Algo bueno ha salido de eso en la forma de una excelente obra literaria — (aunque, de hecho, prefiero el estilo de usted), para la organización Matriz, pero nada en absoluto para la desventurada "Ecléctica". ¿Qué ha hecho él por esta? Se queja en una carta a Shishir Koomar Gosh (del A.B. Patrika) que debido a los esfuerzos incesantes de él (?) Hume, casi había "convertido a Chesney a la Teosofía" cuando el gran espíritu anticristiano del Teósofo rechazó violentamente al Coronel. Esto es lo que nosotros llamaríamos: manipulación de los hechos históricos. Le envío la última carta de él a mí, en la que verá que se encuentra bajo la total influencia de su nuevo gurú: "el buen Vedantin Swami" [que se ofrece a enseñarle la filosofía Advaita con un dios en ella como una forma de mejorarla] y del Espíritu Sandaram. Su argumento es, como usted verá, que con el "buen viejo Swami" aprenderá algo, mientras que con nosotros, es imposible que él "alguna vez aprenda algo". Yo, "nunca le di la seguridad de que todas las cartas no surgieron del fértil cerebro de la Vieja Dama". Incluso ahora, añade, cuando ha obtenido certeza subjetiva, de que somos entidades distintas de Mad. B, "No puedo decir lo que usted es: podría ser Djual Kul, o un espíritu del elevado plano oriental", etc. y cosas por el estilo. En la carta adjunta dice: ustedes (nosotros) "quizá sean tántricos" (mejor determinar el valor del cumplido
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que hace) y él está preparándose, más bien, totalmente preparado, para lanzarse desde el advaita extremo al teísmo trascendental una vez más. Amén. Se lo entrego al Ejército de Salvación. Sin embargo, no me gustaría verlo cortar su conexión con la Sociedad por completo; primero por su propio valor literario intrínseco, y luego, porque seguramente tendríamos un enemigo infatigable aunque secreto, que pasaría el tiempo escribiendo hasta que la tinta se seque en contra de la teosofía, denunciando a todos y cada uno en la Sociedad a todos y cada uno fuera de ella, y tornándose desagradable de mil maneras. Como dije una vez antes, puede parecer que él perdona, y es el tipo de hombre que se embauca a sí mismo ante su propio reflejo en el espejo creyéndose un perdonador magnánimo, pero en realidad ni perdona ni olvida. Fue una agradable noticia para M. y para todos nosotros oír cómo usted fue elegido presidente de manera unánime y silenciosa, y todos nosotros, "maestros" y chelas, saludamos fraternal y cálidamente su ascensión al cargo; un hecho consumado que nos reconcilia incluso con las tristes y humillantes noticias de que el Sr. Hume expresó su total indiferencia hacia los chelas e incluso hacia los maestros de estos, y agregó que le importaba muy poco conocerlos a cualquiera de ellos. Pero basta de aquel que puede describirse mejor en las palabras del proverbio tibetano: ". . . Como el ave nocturna: de día un gato agraciado, en la oscuridad una horrible rata". Un consejo, una seria advertencia de nosotros dos: no confíe en el pequeño Fern, cuídese de él. La plácida serenidad y sonrisas de él cuando le habla a usted de la "leve reprimenda atemperada con misericordia", y de que es mejor ser reprendido que expulsado, todo es fingido. |
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La carta de penitencia y remordimiento de él a M, que le envía a usted para que la guarde, no es sincera. Si no lo vigila de cerca, barajará los naipes por usted de una manera que quizá conduzca a la Sociedad a la ruina, ya que se juró a sí mismo que la Sociedad caerá o se levantará con él. Si vuelve a fracasar el próximo año —y con todos sus grandes dones, ¿cómo puede un pequeño jesuita y mentiroso tan incurable evitar el fracaso? — hará todo lo posible para derribar a la Sociedad con él, al menos en lo que respecta a la creencia en los "Hermanos". Intente salvarlo, si es posible, mi muy estimado amigo; haga todo lo posible para convertirlo a la verdad y al desinterés. Es una verdadera lástima que tales dones se ahoguen en un lodo de vicios, tan fuertemente injertados en él por sus primeros tutores. Mientras tanto, tenga cuidado y nunca le permita que vea alguna de mis cartas. Y ahora a C. C. Massey y las cartas de usted. Tanto la respuesta como la contestación de usted son excelentes. Sin duda, un hombre más sincero, veraz o de mente más noble (S. Moses no está exento) difícilmente podría encontrarse entre los teósofos británicos. Su único y principal defecto es: la debilidad. Si algún día llegara a enterarse de cuán profundamente ha ofendido a H.P.B. en pensamiento, ningún hombre se sentiría más abatido que él. Pero sobre esto más adelante. Si recuerda en mi carta a H. sobre el tema, "prohibí todos los acuerdos" por la simple razón de que la Soc. Teos. Brit. había colapsado, y prácticamente ya no existía. Pero, si mal no recuerdo agregué, que si la restablecían sobre una base firme con miembros tales como la Sra. K. y su amanuense, que
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no tendríamos ninguna objeción en enseñarles a través de usted, o palabras a tal efecto. Ciertamente objeté que mis cartas se imprimieran y circularan como las de Pablo en los bazares de Éfeso, para el beneficio (o tal vez burla y crítica) de miembros aislados que apenas creían en nuestra existencia. Pero no tengo ninguna objeción, en caso de un acuerdo, como lo propuso C.C.M. Solo deje que primero se organicen, y que dejen afuera a fanáticos como Wyld, estrictamente abandonados a su suerte. Él se negó a admitir a la hermana del Sr. Hume, la Sra. B. porque, al no haber visto nunca un fenómeno mesmérico, ella no creía en el mesmerismo; y se negó a admitir a Crookes, recomendado por C.C.M., según me contaron. Nunca negaré mi ayuda y cooperación a un grupo de hombres sinceros y ardientes por aprender; pero si por otro lado, hombres como el Sr. Hume han de ser admitidos, hombres que generalmente se deleitan en interpretar en cada sistema organizado en el que se meten, los papeles interpretados por Tifón y Arimán en los sistemas egipcio y zoroástrico, entonces sería mejor dejar de lado el plan. Temo que aparezca publicada nuestra filosofía expuesta por el Sr. H. Leí sus tres ensayos o capítulos sobre la cosmogonía de Dios (?) y vislumbres del origen de las cosas en general, y tuve que tachar casi todo. ¡¡Él nos hace ver como agnósticos!! Nosotros no creemos en Dios porque hasta ahora, no tenemos pruebas, etc. Esto es disparatadamente ridículo: si él publica lo que leí, haré que H.P.B. o Djual Khool lo nieguen todo; ya que no puedo permitir que nuestra filosofía sagrada sea
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desfigurada de esa manera. Dice que la gente no aceptará toda la verdad; que a menos que los complazcamos con la esperanza de que pueda haber un "Padre amoroso y creador de todo en el cielo" nuestra filosofía será rechazada a priori. En tal caso cuantos menos idiotas como esos oigan nuestras doctrinas mejor para ambos. Si no quieren toda la verdad y nada más que la verdad, son bienvenidos. Pero nunca nos verán (en todo caso) transigir y condescender con los prejuicios públicos. ¿Llama usted a esto "sincero" y, honesto "desde un punto de vista europeo"? Lea la carta de él y júzguela. La verdad es, mi estimado amigo, que a pesar de la gran oleada de misticismo que ahora inunda a una parte de las clases intelectuales de Europa, los occidentales hasta ahora apenas han aprendido a reconocer lo que nosotros denominamos sabiduría en su sentido más elevado. Hasta ahora, solo se considera verdaderamente sabio en su mundo a quien puede conducir los negocios de la vida con más inteligencia, para que produzcan la mayor cantidad de ganancias materiales: honores o dinero. La cualidad de la sabiduría, siempre fue, y será aún durante mucho tiempo, hasta el final de la quinta raza, negada a aquel que busca la riqueza de la mente por el simple hecho de hacerlo, y para su propio disfrute y resultado sin el propósito secundario de sacarle provecho para obtener beneficios materiales. La mayoría de sus compatriotas adoradores del oro denominarían a nuestros hechos y teoremas divagaciones ilusorias, los sueños de los locos. Si los Fragmentos
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e incluso las magníficas cartas de usted mismo ahora publicadas en Light, caen en manos de y son leídas por el público en general, ya sean materialistas, teístas o cristianos; diez a uno que el lector promedio fruncirá los labios con una mueca de burla; y con el comentario: "todo esto puede que sea muy profundo y erudito, pero ¿de qué sirve en la vida práctica?", quitará las cartas y los Fragmentos de sus pensamientos para siempre. Pero ahora la posición de usted con C.C.M. parece cambiar, y lo está convenciendo a él gradualmente. Él anhela sinceramente darle al Ocultismo otra oportunidad y está "abierto a la convicción"; no debemos defraudarlo. Pero, no puedo comprometerme a proporcionarles ni a ellos ni incluso a usted mismo nuevos hechos hasta que todo lo que ya he dado cobre forma desde el principio [vide los Ensayos del Sr. Hume] y se les haya enseñado a ellos sistemáticamente, y que ellos lo hayan aprendido y digerido. Ahora estoy respondiendo a su numerosa serie de preguntas, científicas y psicológicas, y tendrá suficiente material para uno o dos años. Por supuesto, siempre estaré listo con más explicaciones, por lo tanto, inevitablemente, adiciones, pero me niego terminantemente a enseñar más antes de que haya entendido y aprendido todo lo que ya se ha dado. Tampoco quiero que usted publique nada de mis cartas a menos que usted lo edite previamente y le dé forma. No dispongo de tiempo |
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para escribir "artículos" regularmente, ni mi capacidad literaria se extiende hasta ese punto. Pero ¿qué, hacer con la mente de C.C.M. tan prejuiciosa contra la autora de Isis y nosotros mismos, que nos hemos atrevido a intentar introducir a Eglinton en los recintos sagrados de la S.T.B. y denominar a + un "Hermano"? ¿No se interpondrán nuestros pecados y transgresiones conjuntas, "desde un punto de vista europeo", dolorosamente en el camino de la confianza mutua; y no conducirán a interminables sospechas y conceptos erróneos? No estoy preparado en este momento para proporcionar a los teósofos británicos la prueba de nuestra existencia en carne y hueso, o que no soy del todo el "cómplice" de H.P.B.; porque todo esto es una cuestión de tiempo y, Karma. Pero, incluso suponiendo que sea muy fácil probar lo primero, sería mucho menos fácil refutar lo segundo. Un "K.H.", es decir, un mortal de apariencia muy común y familiarizado tolerablemente bien con la filosofía inglesa, vedanta y budista, e incluso con un poco de trampas de salón, es fácil de encontrar y utilizar, para demostrar su existencia objetiva más allá de toda duda o reparo. Pero, ¿cómo ofrecer la certeza moral y absoluta de que el individuo, que pueda aparecer de ese modo no es un falso K.H., un "cómplice" de H.P.B.? ¿No fueron St. Germain y Cagliostro, ambos caballeros de la más alta educación y logros —y presumiblemente europeos— no "negros" de mi clase, considerados en ese momento, y aún considerados
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por la posteridad: como impostores, cómplices, tramposos y todo eso? Me veo moralmente obligado a calmar la mente de él —a través de la amable agencia de usted— con respecto a que H.P.B. lo engaña y abusa de él. Parece que cree haber conseguido pruebas de ello absolutamente irreprochables. Yo digo que no las tiene. Lo que ha conseguido es simplemente una prueba de la maldad de algunos hombres, y exteósofos como Hurrychund Chintamon de Bombay, ahora de Manchester y de otros lugares; el hombre que les robó a los Fundadores y a Dayanand Rs. 4 000, los engañó y se aprovechó de ellos desde el principio (desde la época de Nueva York), y luego expuesto y expulsado de la Sociedad huyó a Inglaterra y desde entonces está sediento de venganza. Y otros como el Dr. Billing, el esposo de esa mujer buena y honesta, la única médium verdadera y totalmente confiable y honesta que conozco, la Sra. M. Hollis-Billing; con quien él se casó por los pocos miles de libras de ella, la arruinó durante el primer año de su vida matrimonial, entró en concubinato con otra médium; y cuando H.P.B. y Olcott se lo reprocharon con vehemencia, dejó a su esposa y a la Sociedad y se volvió con amargo odio en contra de ambas mujeres; y desde entonces siempre busca envenenar en secreto las mentes de los teósofos y espiritistas británicos en contra de su esposa y H.P.B. Que C.C.M. junte todos esos hechos; desentrañe el misterio y trace la conexión entre sus informantes y
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los dos difamadores de las dos mujeres inocentes. Que investigue a fondo y con paciencia, antes de creer en ciertos informes —e incluso en las pruebas presentadas— para que no sobrecargue su Karma con un pecado más pesado que cualquier otro. Estos dos hombres no dejan piedra por mover para tener éxito en su malvado plan. Si bien Hurrichund Chintamon nunca dejó ni una vez durante los últimos tres años de entrar en confianza con todos los teósofos que conoció, vertiendo en sus oídos noticias falsas desde Bombay sobre la duplicidad de los Fundadores; y de difundir informes entre los espiritistas sobre los supuestos fenómenos de Mad. B, mostrándolos a todos como simplemente "trucos insolentes", ya que ella no tiene una verdadera noción de los poderes del Yoga; o además mostrando cartas de ella, que él recibió mientras ella estaba en Estados Unidos; y en las que se la hace aparecer como aconsejándole a él que finja: que es un "Hermano" y, así engañar más a los teósofos británicos; mientras que H.C. está haciendo todo esto y mucho más, Billing se está "ganando" a los místicos de Londres. Ante ellos finge ser víctima de su excesiva confianza en una esposa a quien descubrió que era una falsa y engañosa médium, ayudada y apoyada en esto por H.P.B. y H.S.O.; él se queja de su cruel destino y jura por su honor (!) que la dejó solo porque había descubierto que era una impostora, y su honestidad se rebela contra una unión así. Por lo tanto, es por la fuerza y la autoridad de los informes de tales hombres, y las personas demasiado confidentes, que, creyendo en ellos los ayudan que C.C.M. gradualmente llegó a negar y repudiar al repugnante y deforme suplantador que se le impuso bajo el disfraz de H.P.B. Créanme, no es así. Si él le dice que se le mostraron pruebas documentales, respóndale que una carta de su propio puño y letra y debajo su propia firma, la cual, si se colocara en manos de la ley lo enviaría en 24 horas al banquillo de los acusados, puede falsificarse tan fácilmente como cualquier otro documento. Un hombre que fue capaz de falsificar en un falso testamento la firma del testador y luego tomar
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la mano del hombre ya muerto, poner una pluma en ella y guiarla sobre la firma hecha, para dar a los testigos la oportunidad de prestar juramento de que habían visto al hombre firmarla, está listo para hacer un trabajo más serio que simplemente calumniar a una extranjera impopular. Cuando, resentido ante el desenmascaramiento y empecinado en la venganza H. Ch. llegó hace tres años de Bombay, C.C.M. ni lo recibió ni lo vio, ni escuchó su justificación, porque Dayanand, a quien reconoció y aceptó en ese momento como su jefe espiritual, le había enviado un mensaje para que no mantuviera comunicación con el ladrón y traidor. Luego sucedió que este último y C. Carter Blake, el jesuita expulsado de la Sociedad por calumniar en la Gaceta de Pall Mall tanto a Swami como a Hurrychund, se hicieron amigos íntimos. Carter Blake había movido cielo y tierra durante más de dos años para ser readmitido en la Sociedad, pero H.P.B. había demostrado ser una muralla china en contra de tal readmisión. Ambos excompañeros hicieron las paces, unieron sus cabezas y trabajaron desde entonces en la más encantadora armonía. Esto creó el enemigo secreto: N.° 3. La devoción de C.C.M. se interponía en su camino, se pusieron a trabajar para romper el objeto de esa devoción: H.P.B., minando la confianza de él en ella. Billing, que nunca podría esperar tener éxito en esa dirección —ya que C.C.M. lo conocía demasiado bien, tras haber defendido legalmente a su arruinada y abandonada esposa— logró despertar en él sospechas en contra de la Sra. Billing como médium y en contra de la amiga de ella H.P.B. que la había defendido y apoyado en contra de él. Así quedó el terreno bien preparado para sembrar en este cualquier tipo de cizaña. Luego vino, como un rayo, el inesperado ataque de Swami a los Fundadores que demostró ser el golpe letal para la amistad de C.C.M. Debido a que ella les había retratado a Swami como un elevado chela, un iniciado, él imaginó que este nunca lo había sido, y que en el celo desacertado de ella por promover la causa ¡H.P.B. los había engañado a todos!
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Pero ¿y S. Moses? Ah, al menos él, no es un hombre que pronunciaría una falsedad deliberada, y mucho menos repetiría un informe calumnioso. Él, al menos, al igual que C.C.M., es un caballero de pies a cabeza y un hombre honesto. Y ¿qué me dice de eso? ¿Usted olvida la profunda y sincera irritación de él con nosotros y con H.P.B., como espiritista el vehículo elegido por el que optó Imperator? C.C.M. ignora las leyes y los misterios de la mediumnidad y es amigo incondicional de él. Vuelva a fijarse en Luz y vea cuán claramente su irritación crece y se hace más fuerte en sus Notas por el Camino. Él ha malentendido completamente lo que usted quiso decir, o más bien las citas (seguidas de ninguna explicación) de una carta mía a usted, quien, a su vez, nunca ha entendido correctamente la situación. Lo que dije entonces lo repito ahora: Existe un abismo entre los grados más altos y más bajos de los Planetarios (esto a su pregunta: ¿Es + un Espíritu Planetario?) y luego mi afirmación de que: "+ es un Hermano". Pero qué es un “Hermano”, en realidad, ¿usted lo sabe? Por lo que H.P.B. haya agregado desde las profundidades de su propia conciencia, tal vez, no me hago responsable; porque ella no sabe nada con plena certeza sobre +, y a menudo "al soñar sueños" extrae sus propias conclusiones originales de los mismos. Resultado: S.M. nos considera impostores y mentirosos, a menos que no seamos más que una ficción; en cuyo caso el cumplido retorna a H.P.B. Ahora [¿]cuáles son los hechos y cuáles las acusaciones en contra de H.P.B.[?] Muchos son los puntos oscuros contra ella en la mente de C.C.M. y, cada día se vuelven más oscuros y feos. Le daré un ejemplo. Mientras estaba en Londres, en la casa de los Billing, en enero de 1879, C.C.M. le pidió a H.P.B., quien había producido una tetera de porcelana de debajo de la mesa, que le diera también algún objeto producido de manera fenoménica. Consintiendo hizo que un pequeño tarjetero, como los tallados en Bombay apareciera en el bolsillo del abrigo de él que estaba colgado en el pasillo. En el interior, ya sea en ese momento o después a la noche,
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se encontró un trozo de papel, con el facsímil de la firma de Hurrychund C. En ese momento, no se le cruzó ninguna sospecha por la mente, ya que realmente no había motivo para una. Pero ahora como usted podrá ver, él cree que eso fue, si no totalmente un truco, al menos un engaño a medias. ¿Por qué? Porque en ese momento creía que H.C. era un chela, prácticamente un gran adepto, según les permitió e hizo creer H.P.B.; y ahora él sabe que H.C. nunca fue un chela, ya que él mismo lo niega; que, nunca tuvo ningún poder, niega cualquier conocimiento o creencia en tal cosa; y le dice a todos que incluso Dayanand nunca ha sido un yogui sino que es simplemente "un impostor ambicioso" como Mohamet. En resumen tantas mentiras se les achacaron a los Fundadores. Y luego las cartas de ella, y los informes de testigos confiables sobre su confabulación con la Sra. Billing. De ahí la confabulación entre ella y Eglinton. Se ha demostrado, en cualquier caso, que es una archiconspiradora, una embaucadora, un personaje astuto; ¡o eso, o una lunática visionaria, una médium obsesionada! Lógica europea y occidental. ¿Cartas? Es muy fácil alterar las palabras, de ahí todo el significado de una oración en una carta. También tiene el Swami cartas de ella, que él libremente traduce, cita y comenta en la tapa del Suplemento de Julio. Ahora le ruego, complázcame leyendo cuidadosamente de nuevo la "Defensa". Tenga en cuenta las mentiras descaradas del "gran Reformador" de la India. Recuerde lo que se le admitió a usted y luego se le negó. Y si mi palabra de honor tiene algún peso con usted, entonces debe saber que D. Swami era un yogui iniciado, un chela muy elevado en Badrinath, dotado hace algunos años de grandes poderes y un conocimiento que desde entonces ha perdido, y que H.P.B. le dijo a usted la verdad, como también que H.C. era un chela de él, que prefirió seguir el "sendero de la izquierda". Y ahora mire lo que ha sido de este verdadero gran hombre, a quien todos conocimos y pusimos nuestras esperanzas en él. Ahí está, alguien moralmente destrozado, arruinado por su ambición y jadeando para recobrar el aliento en su última lucha por la supremacía, que, él sabe que no dejaremos en sus manos. Y ahora, si este
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hombre, diez veces mayor moral e intelectualmente que Hurrychund, pudo caer tan bajo y recurrir a tan mezquino proceder, ¡de qué no sería capaz su examigo y alumno Hurrychund para satisfacer su sed de venganza! El primero tiene al menos una excusa: su feroz ambición que confunde con patriotismo; su otrora alter ego no tiene otra excusa que su deseo de dañar a quienes lo desenmascararon. Y, para lograr esos resultados, está preparado para hacer cualquier cosa. Pero usted tal vez se pregunte, ¿por qué no hemos interferido? ¿Por qué nosotros, los protectores naturales de los Fundadores, si no de la Sociedad, no hemos puesto fin a las vergonzosas conspiraciones? Una pregunta pertinente; solo dudo de que mi respuesta totalmente sincera se entienda con claridad. Usted no está familiarizado completamente con nuestro sistema, y si lograra explicárselo con claridad, diez a uno que sus "mejores sentimientos" —los sentimientos de un europeo— se verían alterados, si no peor, con una disciplina tan "impactante". El hecho es que, para la última y suprema iniciación a cada chela — (e incluso a algunos adeptos)— se lo deja actuar por su propia cuenta y criterio. Tenemos que librar nuestras propias batallas, y el conocido adagio: "el adepto se convierte en uno, no es hecho" es fiel a la letra. Dado que cada uno de nosotros es el creador y productor de las causas que conducen a uno o otro tipo de resultados, tenemos que cosechar lo que hemos sembrado. Nuestros chelas reciben ayuda solo cuando son inocentes de las causas que les acarrean problemas; cuando dichas causas son generadas por influencias externas. La vida y la lucha por el adeptado serían demasiado fáciles, si todos nosotros tuviésemos recolectores de basura por detrás barriendo los efectos que hemos generado a través de nuestra propia imprudencia
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y presunción. Antes de que se les permita ingresar al mundo ellos, — los chelas — están todos dotados de poderes más o menos clarividentes; y, con la excepción de esa facultad que, a menos que sea paralizada y vigilada los llevaría tal vez a divulgar ciertos secretos que no deben ser revelados, se los deja en el pleno ejercicio de sus poderes, cualesquiera que sean: ¿por qué no los ejercen? Así, paso a paso, y tras una serie de castigos, la amarga experiencia le enseña al chela a suprimir y guiar sus impulsos; pierde su imprudencia, su autosuficiencia y nunca recae en los mismos errores. Todo lo que ahora sucede es provocado por la propia H.P.B.; y a usted, mi amigo y hermano, le revelaré los defectos de ella, porque usted fue probado y evaluado, y hasta ahora solo usted no ha fallado —al menos no en una dirección— la de la discreción y el silencio. Pero antes de que le revele a usted una gran falla de ella (una falla, de hecho, en los desastrosos resultados, sin embargo a la vez una virtud) debo recordarle eso, que usted odia de todo corazón: a saber, que nadie entra en contacto con nosotros, nadie muestra el deseo de saber más de nosotros, sino se somete a ser probado y puesto en probación por nosotros. Por lo tanto, C.C.M. no podría más que cualquier otro escapar de su destino. Él ha sido tentado y permitió ser engañado por las apariencias y caer con demasiada facilidad presa de su debilidad: la sospecha y la falta de confianza en sí mismo. En resumen, se lo halla carente del primer elemento de éxito en un candidato: la fe inquebrantable, una vez que su convicción se basa y se ha arraigado en el conocimiento, no en la simple creencia en ciertos hechos. Ahora C.C.M. sabe que ciertos
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fenómenos de ella son innegablemente genuinos; la posición de él con respecto a eso, siendo precisamente la posición de usted y su señora, en referencia al anillo de piedra amarillo. Pensando usted que tenía razones para creer que la piedra en cuestión simplemente fue traída (como la muñeca) no duplicada, como ella afirmó, y disgustado usted en lo más profundo de su alma por un engaño tan inútil —como usted siempre creyó— de parte de ella, no la ha repudiado por todo eso, ni la ha desenmascarado ni se ha quejado de ella en los periódicos como él lo hizo. En resumen, incluso cuando le niegan a ella el beneficio de la duda en sus propios corazones, usted no ha dudado del fenómeno sino solo de su precisión al explicarlo; y aunque estaba totalmente equivocado, innegablemente tuvo razón al actuar con tanta discreción en ese asunto. No es así, en el caso de él. Después de sostener durante el período de tres años una fe ciega, en ella, casi equivalente a un sentimiento de veneración, al primer suspiro de calumnia exitosa, él, un amigo acérrimo y un excelente abogado cae víctima de un malvado complot, ¡y su respeto por ella se convierte en un categórico desprecio y convicción de su culpa! En lugar de actuar como usted habría actuado en ese caso, es decir o bien nunca mencionarle el hecho a ella o bien, pedirle una explicación, dándole a la acusada la oportunidad de defenderse y, así actuar de manera coherente con su naturaleza honesta, él prefirió dar rienda suelta a sus sentimientos en la prensa pública y satisfacer su rencor contra ella y contra nosotros adoptando un medio indirecto de atacar las afirmaciones de ella en Isis. Dicho sea de paso, y disculpándome por esta digresión, ¡él no, parece considerar la respuesta de ella en el Teósofo: "sincera"! Extraña lógica, cuando proviene de un lógico tan agudo. Si él hubiera proclamado en todos los periódicos y en voz alta que la autora o autores de Isis no han sido sinceros al escribir el libro; que a menudo y deliberadamente engañan al lector al retener las explicaciones necesarias y han dado solo
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NOTAS:
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- ↑ Jagadis Chunder Bose, Sir Jagadis Chunder Bose, His Life and Speeches, Madras: Cambridge Press, 19??. Available at Project Gutenberg
- ↑ Samanth Subramanian, "The Long View: the Partition Before Partition," International Herald Tribune (October 3, 2011). Available at New York Time web page.